EL CASO
Author: Andres Lopez Astudillo
Llueve…….
Mientras contemplo a través de la ventana, absorto escuchando el ulular del viento, el sonido de las gotas de lluvia sobre los árboles y tratando de percibir el sonido del río, una descarga eléctrica ilumina la vegetación llenándola de sombras, con un sonido ensordecedor y mágico que golpea mi pecho. Como todas las noches de lluvia, mi hija abraza mis piernas y trata de sentir la compañía y seguridad de estar junto a su padre, pues como todos los pequeños, mi hija teme a los rayos.
Recuerdo cuando hace ya casi 35 años en esta misma ventana, que pertenece a mi estudio, el mismo estudio que le perteneció a mi padre, yo abrazaba sus piernas y trataba de sentir la seguridad de su presencia, pues como mi hija, yo también le temía a los rayos. …… Mi padre ….. Sus lápices de colores…… su regla de cálculo de sus años de colegial, su lapicero…, sus enseñanzas …….
Mi padre, aunque católico, era descendiente de judíos españoles; de estatura promedio, sus ojos eran verde esmeralda y pese a sus 67 años, su piel era blanca y tersa y sin manchas propias de la edad. En su forma de proceder mi padre era un hombre correcto; consideraba que un verdadero hombre debía tener tiempo para su trabajo y para su familia y ser ante todo una persona íntegra y correcta. Odiaba los sobornos y toda clase de manipulación para obtener dinero a costillas del trabajo de otros. Desde muy niño me enseño el código de ética de su familia, donde se recalcaba que el hombre justo y honrado, era un hombre bendecido, quien gracias a su comportamiento sería tratado de la misma manera por sus semejantes y siempre triunfaría en su trabajo.
Su trabajo en ¨su empresa¨, SALUD EPS, que aunque no era de su propiedad la amaba como si fuera suya, sufría cuando ésta obtenía desaciertos y festejaba cuando obtenía grandes logros, era para él, la bendición a su proceder integro y todo un modelo a imitar. Es en esta empresa donde por sugerencia suya, actualmente yo trabajo, el lugar donde voy porque tengo que ir y no porque lo ame.
Esta es la historia de la empresa en la que mi padre trabajo durante más de veinte años y que desafortunadamente, estuvo a punto de desaparecer por causa de empleados inescrupulosos que no la querían como él, a quienes solo les interesaba sacarle provecho y desangrarla hasta último momento. La empresa que hizo ricos a gerentes inescrupulosos y a gente del común; la empresa que en el fondo amo, aunque no lo reconozca, la empresa donde yo crecí, correteando entre sus pasillos y oficinas, la empresa de mi padre.
En los años 70, cuando mi padre comenzó a trabajar en SALUD EPS, hace ya 37 años, su oficina era un lugar acogedor con hermosa vista de la ciudad. Había 12 empleados en el área de auditoría de cuentas, que pronto, al ingresar mi padre, junto con Marco y Alexander, 2 nuevos auditores de quienes hablaré más adelante, se convirtieron en 15.
Su jefe inmediato, Martha, jefe del área de auditoría, era una mujer menuda y de poca estatura, pero con un gran conocimiento y liderazgo, era una excelente líder, que respetaba y amaba su trabajo y defendía a capa y espada sus empleados, sus intereses y el patrimonio de la firma. “Las empresas que nos prestan los servicios respetaban nuestras decisiones y nuestro criterio profesional”, contaba mi padre emocionado en sus primeros días de trabajo, cuando aún era un empleado que disfrutaba su jornada.
Su trabajo como auditor consistía en corroborar que las cuentas de cobro de las empresas prestadoras de servicios, estuvieran acorde con el servicio prestado y no se cobraran rubros por actividades no realizadas ó en caso de haberlas realizado, los costos no fueran excesivos. Si se daba el caso, la cuenta se glosaba[1] y al precio facturado se le restaba la diferencia y como ya he dicho, los prestadores respetaban esa decisión.
Para esta labor como auditores, papá, Marco y Alexander a quienes mi hermana y yo llamábamos los tres mosqueteros, se reunían en el estudio de mi padre. En un principio las reuniones eran solamente de trabajo, pero con el paso de los meses, que mas tarde serian años y al final décadas, dichas reuniones comenzaron a presentar un matiz algo diferente. Marco que era un hombre pintoresco, nacido en un pueblo del Valle del Cauca y en una familia de escasos recursos, quien no tenía reparo en limpiar los dedos de sus pies o su nariz, delante de todos, de cabello negro y de raza mestiza con rasgos más indígenas, aportaba las bromas y el desorden al grupo. Fue él quien comenzó a ambientar el salón, con música del Conjunto América y de Agustín Lara y a cambiar el tradicional jugo de limón de papá, por jugo ¨póker en botella¨. Alexander, nacido en Boyacá, más refinado en sus maneras, era beligerante y siempre mantenía el orden en las reuniones, aportando el control cuando la situación se encaminaba en cursos diferentes al trabajo, lentamente comenzó a aceptar el cambio y a reunirse con ¨Athos y Porthos [2]¨ para labores menos ¨auditatorias¨.
Fue en esas reuniones donde comenzaron a gestarse los paseos a un rio situado al sur de Cali, donde las familias adineradas llevaban en sus flamantes Renault 12 y Volkswagen escarabajo modelo 1966, grandes ollas para cocinar sancocho valluno.
En la rivera de dicho rio, de gran caudal y profundo, donde papá me enseño a hacer clavados, pasaría yo los domingos de mis primeros 12 años de vida, pues en esa época, nuestro país solo contaba con 2 canales de televisión y no existían los juegos de video, ni las computadoras personales hacían parte de los electrodomésticos de una casa moderna, por lo que la visita al rio era la forma de diversión de la clase media, pues solo la clase social alta, gozaba de los 3 únicos clubes que existían en Cali en 1972. Cuánto dolor causa recordar aquel rio corrientoso y profundo, el rio Pance, que ya ahora es solo un recuerdo del rio imponente que años atrás fue.
Mi padre, Jesús, a quien ya he descrito, un hombre sumamente inteligente y aunque más preparado que sus colegas, un hombre sencillo que disfrutaba las cosas simples y toleraba a sus compañeros, a quienes llegó a amar como hermanos, basaba su vida en su trabajo como auditor y sus reuniones en casa y sus paseos al rio Pance con sus 2 amigos y algún otro trío impreso en acetato o en cinta magnética, pues en esa época no existían los discos laser ni los Ipod.
Pasaron muchos años, al menos 30, en los que aprendí la importancia de ser comprometidos y entregados en nuestro trabajo, de amar a SALUD EPS como si se tratara de un ser vivo, de respetarla y honrarla como si ésta fuera nuestra madre. Pero como toda historia de amor, no siempre el final es feliz; a veces existen las historias trágicas. En esta historia, mi padre quedaría huérfano.
Fue comenzando el nuevo milenio que Martha, la jefe de auditoría, quien había laborado por años con papá y quien debido a cambios en la cadena de mando estaba considerando otras opciones, recibió una oferta de trabajo tentadora y partió en busca de mejores oportunidades. Lamentablemente, el nuevo jefe de auditoría que fue contratado era un personaje deshonesto que no tenía el perfil para el cargo y que solo buscaba beneficiarse económicamente, haciendo mal uso de su poder.
Este funesto personaje a quien llamaremos Fabio, un hombre minúsculo en estatura, frustrado en la vida y con una separación a cuestas, no tenía los conocimientos de Auditoría necesarios para desempeñar su cargo y por lo tanto nunca tuvo comprensión de la labor que se realizaba en el área de auditoría de cuentas y significaría un cambio drástico en la vida de papá y de sus compañeros de trabajo. De nada valieron los esfuerzos de quienes trabajaron durante tantos años para ver crecer a SALUD EPS, empresa en la que creían; poco a poco vieron como se desmoronaba lo que se había logrado construir.
SALUD EPS era una empresa centralizada en Bogotá, donde se encargaban de nombrar al gerente regional dependiendo del gobierno de turno. Por varios años los gerentes eran cambiados cada periodo de gobierno, dependiendo del manejo político. Usualmente los gerentes se encargaban de la alta dirección y se podría decir que no se notaban fuera del área de la gerencia. Esta manera usual cambiaria drásticamente, coincidiendo con el cambio de milenio y la llegada de un nuevo jefe de auditoría.
El nuevo milenio trajo consigo un nuevo gerente regional para SALUD EPS, a quien llamaremos Mauricio, un político habilidoso, con un gran olfato para sacar provecho de las situaciones y ajustarlas a su beneficio económico, de un trato cortés y zalamero que producía desconfianza, venía de una empresa pública en donde manejaba muy bien sus nexos y vicios políticos. Mauricio comenzó su dirección e inicialmente respetaba las decisiones tomadas por Fabio y el área de auditoría, dándoles su respaldo.
La oficina de auditoría y sus tres mosqueteros, en un principio no notaron diferencia entre su antigua jefe y Fabio, pero con el pasar de los días algo comenzaría a cambiar drásticamente.
Papá, siempre metódico y organizado, guardaba resumen de las decisiones sobre las glosas realizadas por su pequeño grupo de mosqueteros, para poder documentar y responder cualquier pregunta futura sobre alguna cuenta. Recuerdo a mi padre extrañado, al notar que el monto descontado a una empresa era menor que el monto declarado por su grupo[3]. Inicialmente papá creyó que se trataba de errores humanos al digitar las cuentas y lo atribuyó a que las personas confiaban demasiado en la tecnología y habían olvidado las reglas básicas de la aritmética. Él creía que los computadores, aunque eran una ayuda inmensurable para manejar archivos rápidamente, hacia que las personas no pudieran concebir su existencia sin una de esas ¨calculadoras híper desarrolladas¨ y ya no pudiese sumar cifras de 3 dígitos, sin la ayuda de esas poderosas máquinas.
Mi padre inmediatamente documentaba[4] el supuesto error y lo enviaba a su jefe para que fuera corregido, pues según mi padre, la compañía no podía perder dividendos por errores tan simples, como no saber sumar. (Anexo 1: ejemplo de glosa)
No había pasado un año, cuando a los 3 mosqueteros se les designó a una esquina más pequeña de la oficina, antes utilizada para guardar archivos físicos y comenzaron a delegarles informes de cuentas más pequeñas, donde la labor de auditoría era casi innecesaria. Fue en esta esquina, donde cambiando de lugar unos archivadores, papá encontró las glosas que él ya había documentado como error matemático, pagadas a las compañías y sin la corrección que él había solicitado.
Los 3 mosqueteros comenzaban ¨mosquete[5] en mano¨, a revisar nuevamente las cuentas, para preparar un informe a su jefe sobre la no revisión de la documentación presentada, como si fuera un trofeo de guerra y para sentar un precedente sobre la forma irresponsable como se estaba manejando los activos de la empresa.
Notaron inmediatamente como Fabio comenzó a defender las justificaciones ante las glosas de las empresas a las cuales habían contratado y parecía que su verdadera preocupación era siempre la rentabilidad económica de los terceros y no la de su empresa y su propio personal. Aunque los informes habían sido habilidosamente enviados con copia al gerente, extrañamente Mauricio no objetaba estas decisiones y además parecía que las secundaba. Esta nueva alianza entre Mauricio, alto y delgado y Fabio de baja estatura y con apariencia y conducta impúber [6] a quienes por su parecido a Batman y Robin, algunos en SALUD EPS llamaban el dúo dinámico, fue el detonante para la decadencia y casi desaparición de SALUD EPS.
Mientras el nuevo milenio continuaba, en el año 2001, papá decía que él se había convertido en una figura para esconder y lo que es más grave, una figura en la que no se podía depositar confianza. Con su ¨nueva oficina en un rincón¨, la depresión comenzó a hacer que se sintiera burlado y minimizado como persona. Mi padre, quien en un principio madrugaba y despertaba a toda la familia, jocoso y ¨siempre listo¨[7], deseaba ahora que llegara el fin de semana, para dedicarse a ver televisión y pasar largos ratos en la cama, sin salir de su cuarto. Jesús, antes altivo y orgulloso de ser honesto, comenzaba a expresar que sería despedido y que el motivo de su despido seria ¨por ser intachable¨. Su nueva frase cotidiana era ¨Para poder trabajar hoy en día, hay que ser ladrón¨. Fue por esa época, cuando al llamar a mi padre de manera jocosa D´Artagnan[8], me respondió no yo soy más bien Betty, fea[9],
Esta nueva posición adoptada por SALUD EPS, fue aprovechada inmediatamente por las empresas prestadoras de servicios, las cuales comenzaron a evitar a toda costa que sus glosas, anteriormente constantes, volvieran a presentarse.
Esas empresas siempre habían tenido vicios de facturación, cobrando insumos que no se habían utilizado y procedimientos que se no se habían realizado ó incrementaban hasta en un 30 % el valor del insumo o procedimiento, ya no se tomaban el trabajo de corregirlos. Una vez recibían la glosa se ponían en contacto con el dúo dinámico y la esta glosa desaparecía, perdiéndose todo el trabajo y el esfuerzo realizado por papa y sus compañeros. Con el tiempo hacia el año 2003, trabajando en un ambiente intolerable, los 3 mosqueteros fueron convirtiéndose en los únicos enseres de su área, pues muchos de los auditores comenzaron a presentar su renuncia. La oficina de Auditoria, antes amplia y con una hermosa vista de la ciudad, fue reubicada en un pequeño cuarto, donde con dificultades cabía su personal, los 3 mosqueteros y en contadas ocasiones, su enemigo y jefe Fabio a quien mi hermana, fiel lectora de Alejandro Dumas lo denominaba ¨el cardenal Richelieu[10]¨
Para nadie ya era desconocido, que SALUD EPS era una empresa moribunda y las personas con poder dentro de ella, deseaban obtener el máximo lucro posible, antes de que esta desapareciera del todo. En manos de los tres mosqueteros estaba la posibilidad de frenar un poco lo que estaba sucediendo. Si lograban destruir a Fabio, quien encaraba a Richelieu, su enemigo mortal, podrían destruir los planes del dúo dinámico y así, rescatar lo poco que quedaba de la empresa. Solo se necesitaba reunir la documentación que mantenía guardada papá en su estudio y lo encontrado en su diminuta oficina para comenzar la batalla.
Mientras esto ocurría, Mauricio, el gerente de SALUD EPS, había sentido la necesidad de dejar de lado a los tres mosqueteros, quienes hacían demasiadas preguntas y tomo la decisión de contratar urgentemente auditores externos, argumentando que en el área de auditoría solamente quedaban 3 auditores. Quince se habían convertido en tres, en menos de un año. Aprovechando esa circunstancia, sin hacer una licitación pública y valiéndose de trampas y artimañas, Mauricio consiguió gestionar la contratación de una empresa de auditoría externa ¨AUDITAR¨ que había sido creada una semana antes de comenzar a funcionar y era dirigida por una ejecutiva llamada Rita, que casualmente era su cuñada. Aunque el contrato firmado con AUDITAR debido a su gran volumen los obligaba a laborar tiempo completo, Rita casi nunca iba a la oficina, hacia todo por medio de su secretaria y sólo permanecía en SALUD EPS en las horas del almuerzo, porque trabajaba ocho horas en otra empresa donde debía cumplir con un horario establecido.
Como si todo esto fuera poco, Fabio al ser víctima de sus propias inseguridades, pensaba que cualquier cuestionamiento realizado, era producto de su desconocimiento en auditoría y jamás les permitió a los tres mosqueteros cuestionar su forma de pensar y siempre encontró la manera de imponerles sus decisiones, en la mayoría de los casos, inconvenientes y equivocadas. Por ese motivo papá no confiaba en él y trataba todos sus asuntos laborales en privado.
Según contaba mi padre, las inconsistencias comenzaron a suceder justo después de realizarse la contratación con la empresa de auditoría externa. El y sus compañeros fueron testigos de cómo Fabio participaba de ellas.
El contrato convenido con AUDITAR, consistía en revisar las cuentas de cobro entregadas por las empresas que prestaban servicios a SALUD EPS, servicios que ascendían a la suma de doce mil millones de pesos, contrato por el que SALUD EPS pagaría a AUDITAR noventa millones de pesos, como pago a sus servicios.
Según nos contaba papá, AUDITAR, la empresa fantasma de auditoría, había contratado una secretaria muy joven, quien pasaba el día jugando en el computador y hablando por teléfono con sus amigas. A esta empresa nunca se le conoció quiénes eran los trabajadores del personal de auditoría que laboraba para ellos, pues no contaba con una sede propia y además, aunque Mauricio les había permitido utilizar una oficina, en esta oficina sucursal de AUDITAR solo se encontraba la secretaria, 4 escritorios para que fueran utilizados por los auditores al redactar sus informes y una mesa de reuniones, que siempre estaban vacíos.
Papá comentaba que los informes presentados por Rita ¨Milady¨ [11] y su equipo de auditores, se hacían en la papelería de SALUD EPS, aunque nadie se podía contestar a las preguntas ¿Dónde y cuando eran realizados?
Fue muy triste para papá descubrir que no contaban con el apoyo de Mauricio, porque él también hacia parte del fraude. Recuerdo que papá nos leyó un informe mensual donde se hacía hincapié en que en diciembre de 2002, en una reunión de trabajo entre el personal de SALUD EPS y AUDITAR, se habían revisado las disconformidades en las facturas de cobro del mes de octubre de 2002 por servicios prestados, enviadas por una Clínica de Cali por cuatrocientos millones de pesos, donde se les había glosado ciento cuarenta y cinco millones y por error de omisión por parte del personal de SALUD EPS de algunas evidencias de auditoría[12], se justificaba el pago de la totalidad de la factura y el levantamiento de la glosa entregada por los 3 mosqueteros a Fabio. Esta reunión jamás había sido realizada, pues en diciembre el personal de AUDITAR se encontraba de vacaciones y Fabio estaba fuera del país y los únicos empleados de auditoría presentes durante ese mes en SALUD EPS, eran mi padre y sus dos amigos, quienes no tenían vacaciones en ese momento.
Mi padre comprendió que la idea de Mauricio, era continuar haciendo tratos con aquella empresa de auditores privados dirigidos por Rita y poner al equipo de trabajo de SALUD EPS a disposición de AUDITAR, para ayudarlos a funcionar.
A Mauricio y su fiel lacayo Fabio, nunca les dolió el desangre de SALUD EPS y siempre estaban a favor de las empresas prestadoras. Le dolía más cuando los tres mosqueteros encontraban inconsistencias en las cuentas y glosaban las facturas. Era evidente que ambos recibían beneficios económicos, pues tenían la costumbre de hacer viajes frecuentes al extranjero con toda su familia, asistir a almuerzos y cenas suntuosas ofrecidos por auditores de otras empresas y recibir incontables regalos en Navidad. No les importaba comprometerse ayudando subsanar errores en la facturación de otras empresas para favorecerlos y no glosar cuentas; esto creaba un ambiente pésimo entre los empleados que notaban como todos sus esfuerzos eran en vano y ya casi eran simplemente un retrato dentro de una oficina.
Fue entonces cuando los tres mosqueteros decidieron comunicarse directamente con la Vicepresidencia de SALUD EPS, cuya sede es en Bogotá y contar los detalles de la historia.
Inmediatamente la oficina central ordenó una meticulosa investigación, solicitaron a los 3 mosqueteros que enviaran toda la documentación que ellos habían obtenido y enviaron auditores propios a revisar factura por factura y acta por acta, además de investigar las hojas de vida y los itinerarios de cada uno de los trabajadores de SALUD EPS y AUDITAR y se entrevistó al personal de SALUD EPS, tanto al personal de aseo, de servicios generales como al personal de planta, acerca de las fechas de cada reunión y quien había redactado cada informe, para poder determinar su veracidad. Fue así, como se pudo establecer que, efectivamente, Fabio no era un hombre limpio. Figuraba tanto en la nomina de SALUD EPS una empresa pública, como en la de otra empresa como empleado de tiempo completo, una prueba fehaciente de corrupción. Aun con esta prueba, fue muy difícil lograr su retiro, pues contaba con el apoyo incondicional de su compinche Mauricio, quien trataba de ayudarlo a justificar cualquier acción realizada.
Papá y sus 2 amigos se encargaron de demostrar la no veracidad en los documentos firmados por el jefe de auditoría, pues estos supuestamente habían sido realizados en reuniones conjuntas hasta altas horas de la noche entre SALUD EPS y AUDITAR que habían durado una y dos semanas, incluyendo sábados y domingos, reuniones que no pudieron demostrar que hubiesen ocurrido, pues no existían reportes de ingreso en días feriados en portería y el personal encargado de logística que se entrevistó fue enfático en decir que jamás habían ocurrido. Además se revisaron las copias de las evidencias de auditoría y de las cartas de informes y de no conformidades de nuestros 3 mosqueteros. Luego de dos meses de enfrentamientos y conflictos, la Presidencia de SALUD EPS en Bogotá ordenó la no renovación del contrato de Fabio y de AUDITAR, la empresa de auditora externa, quien debido a su participación en el desfalco, perdió la oportunidad de nuevos contratos con SALUD EPS.
Finalmente se hizo justicia, aunque despertaron la furia del enemigo. A partir de ese momento, sus acciones en auditoría eran comentadas con sátira y en tono burlesco por parte de Mauricio, quien no encontraba como atacarlos por haberlo dejado en ridículo frente a la Vicepresidencia en Bogotá.
Cada informe que los 3 mosqueteros redactaban, era leído minuciosamente y se les exigían innumerables justificaciones, para poder tomar una acción, tildándolos de corruptos y de no querer pagar a las empresas que proveían a SALUD EPS, para quedar bien ante Bogotá, al hacer creer que era por su gestión en auditoria, que SALUD EPS se ahorraba miles de millones en pesos.
En el último año de su gestión, Mauricio dejó a la deriva la empresa a su cargo y delegaba a los subalternos casi todas sus funciones. Estaba muy pendiente de que Rita su cuñada y jefe de la empresa de auditoría, pudiera justificar la mayor cantidad de trabajo de auditoría posible para que AUDITAR pudiera terminar la labor pactada en el contrato y poder pagarle los noventa millones convenidos, no importando si la labor había sido realizada por los empleados directos de SALUD EPS, esta se reescribía y se hacía pasar como realizada por AUDITAR. Como si fuera poco, cuando Mauricio rendía sus informes a la Dirección Nacional de SALUD EPS, no enviaba los reportes finales de los 3 mosqueteros y además los culpabilizaba de la demora. Como es obvio, cuando había discrepancias entre los informes de mi padre y sus compañeros y AUDITAR, Bogotá devolvía ambos reportes a Mauricio, quien los revisaba ¨personalmente¨, y rendía un informe definitivo, menospreciando la calidad y la capacidad laboral de mi padre y sus compañeros. Así, enlodando los informes de gestión, logró su venganza contra los tres mosqueteros y recibió de mi hermana, el merecido apodo de LUIS XIII.[13]
Todo esto debilitó enormemente el patrimonio de la empresa donde trabajaba papá, pero sobre todo lo debilitó a él. Debilitó su fe. Aprendió a desconfiar de los demás, algo que nunca había hecho en cincuenta años y perdiendo parte de aquella inocencia con la cual se había entregado siempre a las cosas que amaba. Recuerdo que antes de morir, su pregunta fue. ¿Por qué no pude triunfar?
Aun llueve… y es con el lapicero de mi padre, con el lapicero que había comprado cuando recibió su primer salario, un Parker sencillo, que comienzo mi historia, pues esta historia no ha terminado. Mauricio y Fabio no dirigen ya los destinos de SALUD EPS y los 3 mosqueteros son solo un recuerdo. En esta nueva historia, soy conocido como el hijo de Dártagnan y un nuevo Cardenal[14] ha sido nombrado. Pero a diferencia de mi padre, que era un Mosquetero que peleó por la libertad de la empresa que amó, yo no lo soy. Es por esta razón por la que he resuelto firmar mi renuncia irrevocable SALUD EPS, la empresa donde laboró mi padre, la empresa que amó……..la empresa de mi padre.
REFLEXION AL CASO PRESENTADO
Después de contar nuestra triste historia y de haber leído el libro “Momentos Determinantes” de Joseph L. Badaracco, jr., Analizaremos la conducta que debió seguir el gerente.
La razón por la cual se escogió el libro momentos determinantes, es porque este libro es un claro ejemplo de cuál es la conducta correcta a seguir y lo difícil que puede resultar para un gerente optar por decisiones acertadas a favor de la empresa u organización, pero también a favor de los empleados. Ante una decisión trascendental, los gerentes se ven atrapados en tales situaciones, donde lo que está en juego no solo es una conducta gerencial, sino también su imagen como gerente y como persona decente y responsable.
Es esta elección entre dos líneas correctas de conducta, lo que se entiende mejor como momentos determinantes, los cuales son decisiones con tres características básicas: revelan, someten a prueba y moldean. Una decisión entre lo correcto y lo correcto revelan los valores básicos de un gerente, y en algunos casos de una organización; al mismo tiempo, somete a prueba la fortaleza de los compromisos que una persona u organización han asumido y finalmente, proyecta sombras hacia el porvenir. Esa decisión moldea el carácter de una persona y en algunos casos, también de una organización.
Cuando se presenta un dilema, es crucial ver más allá de las consecuencias inmediatas de una decisión y examinar como dicha decisión puede afectar los puntos de vista y las obligaciones de los gerentes, su trabajo y su vida.
El alcance de poder y la responsabilidad de un gerente, le crea interrogantes como ¿quién soy yo? Y ¿Qué defiendo?, además de interrogantes organizacionales básicos, como ¿quiénes somos nosotros?, ¿Que defendemos?, ¿Que normas y principios guían la manera como trabajamos juntos y como nos tratamos unos a otros?
A veces es necesario ir más allá de los credos corporativos y los deberes legales y buscar sólidos principios filosóficos, pues esto puede ayudar a los gerentes a interpretar las declaraciones de misión de sus compañías, armonizar sus obligaciones para con los diversos interesados y resolver los conflictos entre dos conductas correctas.
El gerente tiene la obligación de explicar sus decisiones y como sus responsabilidades lo han direccionado en una línea gerencial particular y si espera que sus subalternos lo sigan, debe ser particularmente convincente.
Los momentos determinantes aunque hondamente personales, son también profundamente sociales, pues impactan la vida y la experiencia de los individuos y el entorno en el cual se desempeñan. Estos momentos someten a prueba los valores de una persona, indicando si apego y lealtad a dichos valores es auténtica.
En una empresa, los momentos determinantes imprimen la imagen que los empleados y los particulares tienen de una organización y de sus líderes, pues están en juego los compromisos y valores del gerente, además del carácter y el espíritu de trabajo de una organización. Los gerentes solo pueden cumplir con sus responsabilidades éticas si disponen de excelentes destrezas administrativas y políticas.
Maquiavelo utilizó la palabra VIRTU para designar el código moral de la vida pública. Virtu denota una combinación de vigor, confianza, imaginación, sagacidad, audacia, destreza práctica, fuerza personal, determinación y disciplina. Sin embargo, hay muchos gerentes que practican la virtu sin virtud llevando a las compañías al ocaso y en los casos de grandes compañías, haciendo al mundo peor de lo que es.
Una profesión se convierte en una manera de vivir, que exige ciertas virtudes, expone a ciertos vicios y forma a los individuos de determinadas maneras. Los gerentes viven y trabajan en dos mundos diferentes simultáneamente. Uno es la red de responsabilidades, compromisos y aspiraciones éticas; las mejores guías en este mundo son la búsqueda del equilibrio y la práctica de las virtudes. El otro mundo es un campo de competencia intensa y a veces brutal; Aquí el éxito exige virtu. Por estas dos razones se aconsejaría a los gerentes tratar de convertirse en observadores astutos y perspicaces de la vida.
Al contrastar nuestro caso con el libro momentos determinantes, podemos concluir que los gerentes deben ser los maestros de la ética de sus compañías, pues justos o pecadores, con o sin intensión de que sus actos se ajusten a la moral, sus acciones y omisiones transmiten mensajes.
El gerente de esta empresa tomo la decisión de transgredir sus valores para comenzar el descenso a lo que sería un hábito de conducta en sus actos y una seria traición de la moral.
[1] Glosa: Es una no conformidad que afecta en forma parcial o total el valor de la factura por prestación de servicios de salud, encontrada por la entidad responsable del pago durante la revisión integral, que requiere ser resuelta por parte del prestador de servicios de salud.
[2] Athos, Porthos, el jesuita Aramis y D´Artagnan, los 3 mosqueteros de Alejandro Dumas, que en realidad eran 4.
[3] Cuando se encuentra una no conformidad que afecta en forma parcial o total el valor de la factura, lo cual se denomina glosa, esta se descuenta al valor total de la factura.
[4] Documentar una glosa es reunir las pruebas que demuestran la razón de la no conformidad, para proceder a justificar el descuento monetario de la factura.
[5] El mosquete fue un arma de fuego de infantería empleada desde el siglo XVI hasta el siglo XIX, que se caracteriza por cargarse por el cañón y porque el mecanismo de disparo podía ser de mecha o de pedernal. Surgió como evolución del arcabuz y su cañón medía hasta metro y medio. Era grande y pesado y se necesitaba una horquilla para apoyarlo, si se quería apuntar de manera correcta.
[6] Impúber: Primera fase de la adolescencia
[7] Slogan de los Boy Scouts.
[8] D’Artagnan, teniente capitán de la primera compañía de los Mosqueteros del rey.
[9] Yo soy Betty, la fea fue una telenovela colombiana, escrita por Fernando Gaitán y producida por RCN Televisión entre 1999 y 2001
[10] Richelieu, cardenal en 1622, y primer ministro del rey Luis XIII en 1624, es descrito por Alexandre Dumas, autor de Los tres mosqueteros, como un ministro codicioso y hambriento de poder.
[11] Athos, personaje literario inventado por Alexandre Dumas, miembro del cuerpo de mosqueteros del Rey Luis XIII, hombre de extremada valentía y eximio espadachín, de personalidad reservada y modales refinados y cuya verdadera identidad es la del Conde de la Fère, se casa muy joven y descubre que su esposa era una mujer marcada por la justicia (una marca hecha por un hierro ardiente, con forma de una flor de lis), por haber cometido un grave delito. En un rapto impulsivo, cuelga a la mujer y la deja creyéndola muerta, pero ella volverá a reaparecer con otra identidad Milady aliada del Cardenal Richelieu.
[12] La evidencia de auditoría se obtiene de una mezcla apropiada de pruebas de control y de procedimientos sustantivos.
“Pruebas de control” significan pruebas realizadas para obtener evidencia de auditoría sobre la adecuación del diseño y operación efectiva de los sistemas de contabilidad y de control interno.
“Procedimientos sustantivos” significa pruebas realizadas para obtener evidencia de auditoría para detectar representaciones erróneas de importancia en los estados financieros.
[13] Luis XIII: es rey, pero no es ni líder ni sabe manejar el país. Lo domina su primer ministro, el Cardenal Richelieu.
[14] Con la muerte del cardenal Richelieu, es nombrado como sucesor el cardenal Mazarino, quien realmente había sido nombrado por Richelieu para continuar su obra