Preparación de los remedios naturales

Existen multitud de maneras y formas para preparar remedios naturales, a mi personalmente lo que más me gusta son los zumos de verduras y frutas que prepara o con mi licuadora moulinex, aunque a veces simplemente enchufo la batidora de vaso y mezclo alguna fruta con leche.

Pero el mundo de los preparados naturales va mucho más allá, por eso a continuación vamos a explicar las diferentes formas de aprovechar los beneficios de las plantas:

Cataplasma: es el remedio utilizado para tratar las inflamaciones de la piel, hinchazones, contusiones, heridas, llagas, úlceras y dolores reumáticos. Para preparar la cataplasma se machacan las plantas frescas y se vierte la pasta sobre un pedazo de tela que se aplica sobre la parte enferma. O bien se hace hervir la planta con un poco de leche, evaporada la cual se extiende la planta templada sobre el pedazo de tela. En ciertos casos, en lugar de leche se utiliza vinagre.

Decocción: este tipo de preparación se adopta para aquellas plantas que no pierden su eficacia con el calor, o bien cuando se utilizan las partes compactas o leñosas de una planta, como raíces, corteza, ramas y semillas. La cocción permite extraer completamente de la planta todos los principios activos. Tallos y raíces antes de ser puestos a hervir, deben ser picados o raspados, cortados o desmenuzados y después puestos a macerar en agua fría durante 12 horas.

La ebullición a fuego lento puede durar desde pocos minutos hasta varias horas, según la indicación. Generalmente la decocción se pasa en seguida por un colador corriente, o bien se filtra por un pedazo de tela que, al terminar, se retorcerá con los dedos para recuperar la máxima cantidad de zumo y también de los residuos.

Infusión: es la preparación más sencilla. La finalidad es obtener una bebida más ligera que la decocción, pero igualmente eficaz.

Para la infusión se utilizan aquellas plantas a las cuales puede perjudicar una cocción demasiado prolongada. Hojas, flores, raíces u otras partes de la planta, deben ser cortadas y desmenuzadas y seguidamente vertidas en agua hirviendo. El recipiente estará tapado mientras el material permanece en infusión, por lo menos, durante un cuarto de hora. Para colar o filtrar el líquido, se puede utilizar un colador corriente o un pedazo de tela.

Algunas veces, para obtener una infusión se utilizan, en lugar de agua, vino, vinagre o alcohol.

En cualquier caso, nunca hay que olvidarse de escurrir al máximo el residuo de la infusión, para obtener todos los principios activos contenidos en las plantas.

Maceración: para extraer todos los principios medicamentosos de una o más plantas, se vierten éstas en una dosis previamente establecida de agua fría, alcohol, vinagre o vino y se dejan en maceración durante varias horas, días o semanas. También en este caso, después de haber colado o filtrado todo el líquido, se debe escurrir el residuo que haya quedado en el colador, o en el pedazo de tela.

Zumo fresco: para obtenerlo, existen dos sistemas. El primero consiste en exprimir a través de una manga de tela de algodón. Se reúnen las plantas, bayas o frutos, se lavan y. si es posible, se enjugan con un pedazo de tela o se dejan escurrir y después se extienden un momento al aire. Se cortan, se recogen en la manga de tela o en un trapo y se confecciona una especie de paquete que se empieza a retorcer manteniéndolo sobre un recipiente. Se sigue retorciendo hasta que ya no emite más zumo.

El segundo sistema se puede adoptar cuando se trata de exprimir el zumo de poca planta. Después de haberla preparado, lavado y secado, se corta un poco, se vierte en un mortero y se bate con el mazo hasta obtener una papilla que pueda filtrarse a través de un pedazo de tela de algodón para liberarla de los residuos inútiles.

: es una infusión que se prepara con un pedacito de corteza de limón o naranja, con algún clavo de especia o con un pedacito de corteza de canela.

Tintura: es la maceración de las hojas u otras partes de una planta, que se hace en frío y en alcohol de 60° o de 70°.

La operación puede realizarse de dos formas. En la primera, se vierte el alcohol del grado indicado en un frasco y se le echa la planta medicinal muy cortada durante 4 ó 5 días; se pasa después el líquido a través de un papel de filtro, y se recoge en un frasquito provisto de tapón cuentagotas. En el segundo método, se divide la dosis de alcohol en dos partes. En la primera parte se pone a macerar la planta durante 4 ó 5 días. Se filtra el líquido, se vierte en un frasquito, mientras el residuo de la maceración se pone nuevamente a macerar en la segunda parte de alcohol. Pasados otros 4 ó 5 días, se filtra también este segundo líquido y se une al primero. Las tinturas se suministran a gotas, en la dosis indicada en la receta, y se diluyen en poca agua o bien se vierten sobre un terrón de azúcar.

Ungüento: se prepara mezclando plantas o zumo de plantas, con una substancia grasa. Generalmente se usa vaselina, lanolina o manteca de cerdo; no obstante, esta última debe evitarse debido a que se enrancia fácilmente, pero puede utilizarse para la preparación de aquellos ungüentos que se agotan en el espacio de un día.

Vino medicinal: generalmente es diurético o estomacal. Se vierten en él, las plantas establecidas, secas y cortadas a pedacitos o trituradas, v se maceran durante cierto periodo de tiempo. Después se filtra y se conserva en una botella.

Para la preparación de este género de medicamentos se aconseja utilizar siempre un vino de primerísima calidad y mejor blanco.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*