Probablemente, en algún momento se ha oído el término de aromaterapia. Solo al oírlo es posible relacionarlo con un buen olor, relajación y estado de bienestar. Y es eso lo que en líneas generales significa. Se trata de un tratamiento en el que se emplean los aceites y esencias extraídos de las plantas y flores, con el objetivo de aliviar malestares físicos.
En las terapias son muy utilizados esos agentes químicos que se sacan de las plantas y se colocan en cualquier parte del cuerpo, con un proceso de masajes o bien sea, a través de inhalación.
La palabra aromaterapia surgió públicamente en la década de los años 20, cuando René-Maurice Gettefosé, un químico de Francia, acuñó el término para nombrar lo que él realizaba dentro de su laboratorio. Allí, podía mezclar los aceites de las plantas, que emanaban deliciosos aromas. No obstante, él no fue el creador, pues esta técnica se remonta a muchos años atrás, en las eras de los romanos.
En esas épocas, la aromaterapia se utilizaba para sanar a las personas que presentaban complicaciones de salud. A estas alturas, aún este tipo de terapia no es incluida dentro de la medicina tradicional como se conoce, pero eso no le quita sus múltiples beneficios en la salud de las personas.
Relajación y tranquilidad
Los diversos estudios científicos han comprobado que cuando se practica el aromaterapia, las personas ven estimulados sus nervios olfativos a través de la inhalación de olores que activan elementos químicos del cerebro. Esto, contribuye a la calma, relajación y tranquilidad en el individuo.
Cada planta y sus aceites tienen distintos químicos que aportan algún tipo de beneficio a la persona que se somete a este tipo de sistemas de relajación. Así, esos olores también tienen que ver con propiedades de salud que mejoran las infecciones, las inflamaciones, reduce las bacterias y virus, entre otros.
Acá, algunas patologías que pueden tratarse con la aromaterapia:
1.- Infecciones y problemas inmunológicos: la aromaterapia contribuye a aliviar cuadros de complicaciones respiratorias o afecciones relacionadas.
2.- Problemas en la piel: muchas personas llegan a padecer de eczemas (irritaciones o erupciones en la dermis), acné o cualquier otra enfermedad que les causa bastantes molestias debido al picor y los daños. Con la aromaterapia, el proceso de cicatrización puede agilizarse, además de brindarle mayor calma a los pacientes.
3.- Casos de depresión y ansiedad: el mundo está muy convulso y el estrés es una de las principales causas de otras enfermedades tanto físicas como mentales. Muchos casos desencadenan depresión, ansiedad o cualquier estado de exaltación que no contribuyen para nada en la estabilidad emocional de la persona. La aromaterapia es un buen mecanismo que ayudará a mejorar la paz y tranquilidad de los pacientes.
4.- Menos dolores: la aromaterapia es ideal como analgésico cuando los dolores físicos se hacen insoportables. Cada masaje con aceites naturales, junto con el olor, generan todo un coctel de tranquilidad y mejoría en cada parte del cuerpo.
5.- Defensas contra las enfermedades: el organismo estará listo para combatir contra cualquier enfermedad, gracias al efecto sanador de la aromaterapia. La persona estará mucho más sana, tranquila y con un régimen alimenticio acorde para que haya un balance.
6.- Afrodisíaco: ¿quién no disfruta de un masaje relajante donde se puede sentir la piel de una manera excitante, cuando el caso lo amerite? Por esta razón, muchas parejas experimentar con la aromaterapia para volver a encender la llama de la pasión. Cuentan con la asesoría de los especialistas, quienes recomendarán los aceites apropiados para este tipo de sesiones.
7.- Retrasa el envejecimiento: las plantas tienen propiedades antioxidantes que son muy valiosas para ayudar a la renovación de la piel. Por ello, muchas cremas corporales y faciales cuentan con este tipo de aceites. Con la aromaterapia, las células no envejecerán rápidamente. Hay que ser constantes con las sesiones a fin de ver resultados rápidamente.
Una alternativa
Es importante aclarar, que los médicos solo recomiendan la aromaterapia como una alternativa y complemento de los tratamientos tradicionales. Jamás se deben obviar las indicaciones de los galenos, pues la aromaterapia no es un sustituto.
Es necesario, buscar a verdaderos expertos en aromaterapia (que hayan aprobado un curso de aromaterapia) y no caer en manos improvisadas, pues de lo contrario cada tratamiento puede tener efectos contrarios y adversos. Por ejemplo, quien sabe de este oficio tiene entendido que hay tipos de aceites naturales que no pueden aplicarse directamente en la piel porque pueden producir serias quemaduras. Tampoco se pueden ingerir ni tener contacto con los ojos.
Otra contraindicación de la aromaterapia es que no debe realizarse en el primer trimestre del embarazo, pues según los especialistas, podrían generar contracciones uterinas que desencadenarían abortos espontáneos.
Igualmente, antes de someterse a esta técnica se debe constatar antes no ser alérgico a algunos de los aceites. En los niños, hay que tener precaución por lo fuerte que pueden ser los aceites y sus aromas.