El turbocompresor es un componente mecánico en el que se trabaja mucho y que puede provocar daños muy costosos si no se cuida adecuadamente. Hoy, aprenderás a detectar los fallos básicos del turbo para saber si está dañado o no.
Sea como sea, contar con un turbo de alta gama y fiable como el Turbo 454135 te quitará muchos dolores de cabeza.
Un turbocompresor puede girar hasta 200.000 rpm y alcanzar los 1000 ºC. Consta de varias piezas móviles que deben lubricarse constantemente con aceite de calidad, y deben mantenerse los tiempos de calentamiento y enfriamiento. Si no se hace así, el turbocompresor puede fallar y mostrar síntomas incluso antes de fallar.
CÓMO SABER SI EL TURBO DE MI COCHE ESTÁ AVERIADO
Consumo de aceite y humo azul/blanco
Todos los motores de los coches consumen aceite, aunque esto no se note con un buen mantenimiento. Es nuestro deber comprobar mensualmente el nivel de aceite. Si nota que el consumo de aceite aumenta considerablemente, significa que pronto habrá problemas.
El eje de la turbina o cartucho del turbo está rodeado de casquillos en baño de aceite que giran. Con un mal mantenimiento, uso o un defecto de fabricación, estos casquillos pueden tener holgura. El aflojamiento del cartucho del turbo hace que éste pierda su sello hermético, permitiendo que el aceite que lubrica el turbo entre en el tracto de admisión y se queme en el motor. Si al acelerar notas que sale un humo blanco y azulado y un olor “fétido” del escape, estás quemando aceite.
Nuestra recomendación es que se detenga y llame a una grúa antes de que sea demasiado tarde. Es mejor tener que sustituir sólo los casquillos del turbo que toda la unidad. Si no te detienes a tiempo, el motor puede entrar en una etapa llamada backfiring, especialmente si es un motor diesel. El motor comenzará a quemar aceite y a utilizarlo como combustible, alcanzando la máxima potencia. En este punto, usted retirará la llave y verá que el motor sigue funcionando. Con un motor de gasolina, al quitar la llave se detendrá la chispa y el motor dejará de funcionar, pero no con un motor diésel, que funcionará por compresión cuando se ponga en marcha atrás.
Lo que tienes que hacer cuando el coche acelera solo es pisar el pedal de freno y el freno de mano, pisar el embrague y meter la marcha más alta que tengas, y soltar de golpe el embrague. La intención es parar el motor, ya que es la única manera de detenerlo.
Suena raro
Muchas averías mecánicas se pueden detectar por el oído. Si notas que el coche resopla o suena más apagado de lo habitual al acelerar, y además la potencia es menor, puede haber una pérdida de presión en el sistema. Lo más frecuente es que los manguitos del turbo estén agrietados o sueltos. Esto se suele notar cuando se requiere mucha potencia.
También es probable que el vehículo haya entrado en modo de protección y se haya restringido su uso. No te preocupes, reparar esta avería del turbo es muy barato. De hecho, te recomendamos que hagas revisar los latiguillos del turbo de vez en cuando y que los incluyas en tu mantenimiento, al igual que el embrague.
¿Es un turbo o una sirena?
Si escucha un sonido de sirena similar al de una ambulancia o un ruido parecido al de una aspiradora cuando levanta el pie del acelerador, prepárese para lo peor. Los álabes de la turbina empiezan a hacer contacto con la carcasa del turbocompresor a altas velocidades y acaban desintegrándose. Lo peor no es que se rompan, sino que, cuando lo hacen, entran directamente en el motor y destruyen los cilindros y los pistones.
Si escuchas este tipo de ruido, debes llevar el vehículo al taller lo antes posible y hacer que arreglen el daño del turbo antes de que empeore.