LA MODA Y LA PANDEMIA

La pandemia lo ha cambiado todo… ¿La moda también?

Pues creo que sí.

Todo cambió de un momento a otro, y comenzó una época de transformación, probando nuevas formas de relacionarnos con los demás y con nosotros mismos. Se cambiaron y alternaron los horarios, las conexiones y también las rutinas de consumo, tanto en la alimentación y el ocio como en la ropa.

Y con ellas, en algunos casos, la inseguridad se ha convertido en desgana o viceversa, y han surgido un sinfín de preguntas: ¿estás preparado para estar en casa? ¿Ponerme al día en una reunión haciendo zoom? ¿Por qué debo llevar tacones si sólo se ve la mitad superior de la ropa? ¿Es necesario comprar más ropa de la que tengo en el armario? ¿Cuándo me las pondré?

NI COMPRAR NI USAR…

También hubo una transformación externa: la calle dejó de ser un podio, tanto para la exposición in situ como para las posteriores publicaciones en las redes sociales, y se convirtió en un campo de batalla contra el virus.

Todo el mundo llevaba la mascarilla en la barbilla y, en algunos casos, trajes de materiales antisépticos y protección plástica, al principio improvisados con elementos caseros, pero luego con soluciones más sofisticadas.

Desde el momento en que comenzó el aislamiento social preventivo y obligatorio, más conocido como ASPO -el 20 de marzo de 2020-, los ambientes de cada departamento tomaron la forma de oficinas, salas de reuniones, aulas de aprendizaje y hasta restaurantes comunes a distancia.

NUEVOS LOOKS

El ritual de vestirse para trabajar o ir a la universidad ha llegado a aceptar que el torso está lo único que muestras (videollamadas) y el resto del cuerpo se esconde bajo el escritorio y frente a la pantalla.

Así, si el atuendo típico solía incluir una blusa y unos pantalones, una falda o un vestido y unos zapatos para las mujeres y un ambo y una camisa para los hombres, se ha transformado en un atuendo pandémico más asociado a la ropa deportiva y de interior.

Tendencias que, aunque estaban presentes antes de la aparición de Covid-19, se han confirmado en la traslación de la ropa deportiva y de interior.

Esto le ha pasado a mucha gente que se ha alejado de un trabajo en una multinacional donde sólo llevaba corbata y chaqueta y planchaba las camisas.

La forma de vestir ha cambiado por completo, nos levantamos y llevamos ropa deportiva, sólo para las videoconferencias me pongo ropa más formal.

¿Nuevas compras?

Este año casi no me he comprado ropa para salir, la he anulado, sólo pantalones más cómodos, zapatillas y pantalones cortos y pijamas.

Mi amiga que estudia relaciones laborales también está en la misma línea:

A principios de los 40 no llevaba más que un pijama, pero luego, cuando se dio cuenta de que eso era deprimente, empezó a arreglarse, aunque a veces, cuando tiene que hacer una videollamada, se pone una camisa o una chaqueta formal, hasta un pantalón de pijama y unas zapatillas.

¿Maquillaje? Ya no se plancha el pelo ni se maquilla, pero antes sólo se ponía un poco de sombra de ojos, barra de labios y pestañas, así que no ha cambiado mucho.

¿Cuál es el siguiente paso?

Ahora estamos como locas buscando nuevos looks, probándolos y divirtiéndonos con ello. Salimos todos los fines de semana a patios de bares, restaurantes para cenar y eventos sociales (siempre con la precaución de Covid 19).

¿Nuevas compras?

Lo último que nos hemos comprado son estas botas de mujer de Radikalemotion, nos encantan.

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