Entorno laboral tóxico: Diagnóstico y tratamiento

¿Qué es un entorno laboral tóxico? Los entornos laborales tóxicos son un problema común. Tanto es así que hay artículos que recogen citas inspiradoras para dotar a los seres humanos de todo el mundo de la paciencia necesaria para sobrevivir a ellos.

Pero, ¿Cómo definirlos? Podríamos decir que un entorno tóxico es “uno en el que reinan la disfunción y el drama”. Puede ser el resultado de una variedad de causas, como empleados tóxicos, ausencia de orden o valores culturales enquistados. Puedes utilizar el diagnostico de clima laboral para averiguar si este problema frena a tu organización.

¿A qué puede llevar la toxicidad?

Este tipo de toxicidad puede afectar a la moral, el rendimiento y la salud física y mental.

“Cuando un lugar de trabajo se vuelve tóxico, su veneno se extiende más allá de las paredes y llega a las vidas de los trabajadores y sus familias”, escribió Gary Chapman en Rising Above a Toxic Workplace.

La toxicidad también tiene un impacto nefasto en su empresa: El 38% de los empleados afirma que disminuye la calidad de su trabajo en un entorno laboral tóxico, el 25% dice haber descargado su frustración en los clientes y el 12% simplemente ha dejado su trabajo como consecuencia de un lugar de trabajo tóxico.

Por tanto, es vital que lo combatas, pero no puedes luchar contra lo que no puedes ver. Si la toxicidad en el trabajo es una enfermedad, ¿Cuáles son sus síntomas? ¿Cuáles son sus causas? ¿Y cuáles son los remedios más eficaces para combatirla?

¿Cuáles son los síntomas de un entorno laboral tóxico?

Por mencionar algunos signos reveladores, la toxicidad de un entorno laboral puede manifestarse a través de:

  • Una cultura de exceso de trabajo
  • Acoso vertical y horizontal
  • Mala comunicación
  • Mal comportamiento generalizado, tanto de los jefes como de los empleados
  • Abundante dramatismo en la oficina
  • Chismes
  • Disfunción generalizada
  • Tiranía de los directivos
  • Falta de crecimiento profesional de la plantilla
  • Falta de oportunidades para todas o parte de las minorías
  • Altos niveles de estrés
  • Respuestas laxas de la dirección a los problemas

Las razones de la toxicidad son principalmente tres. Si observamos una empresa en su conjunto, podemos acusar una cultura corrupta. Si miramos más de cerca, a nivel de equipo, podemos notar las consecuencias de un mal liderazgo. Y por último, los empleados perjudiciales pueden formar parte de la ecuación. Analicemos uno por uno, en correlación con los síntomas que desencadenan.

La primera causa de los entornos laborales tóxicos: una cultura corrupta

“Si vas a entornos con una cultura fuerte, lo más probable es que tengan valores culturales muy significativos para ellos. A menudo. […] Un entorno tóxico es cuando ves que esos valores culturales se convierten en armas, que se utilizan de forma egoísta en lugar de noble”, dice la profesora Frances Frei.

Lamentablemente, resulta que hasta el valor más bello puede ser convertido en un arma. Como mencionó la profesora de la Escuela de Negocios de Harvard, esto afecta incluso al valor de la meritocracia, que puede hacer cantar a cualquiera, ya que actualmente se está convirtiendo en un arma en muchos entornos laborales de rápido crecimiento. Se está utilizando para justificar el statu quo en las empresas, donde sólo una delgada porción del pastel de la demografía es recompensada con la posibilidad de tener una carrera exitosa.

La segunda causa de los entornos laborales tóxicos: el mal liderazgo

Por lo general, el liderazgo es deficiente cuando el jefe piensa que todo gira en torno a él. Esto puede hacer que sean desconfiados, ansiosos y a veces incluso tiranos.

La microgestión y el exceso de trabajo pueden convertirse en la nueva norma para tu equipo, y un jefe tóxico a menudo tampoco asume la responsabilidad de sus errores.

La tercera causa de los entornos laborales tóxicos: los empleados perjudiciales

Hay cuatro tipos principales de empleados perjudiciales: los vampiros del poder, los cotillas, los sabelotodo y los adictos a la validación. Algunas de estas categorías son, por desgracia, imposibles de reformar, pero hay casos en los que, por ejemplo, la cuarta categoría, formada por empleados inseguros, puede progresar enormemente.