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Un comienzo extraño

Dicen que el éxito de un texto está en los buenos inicios. En los que son claros, contundentes e ingeniosos para atrapar a un lector y no dejarlo escapar. Por eso mismo decidí contarles que esto que estoy realizando ahora, es un inicio extraño, quizá hecho sin la lucidez que debería o que quiero creer que me caracteriza cuando me pongo mano a mano con un teclado.

En un momento como estos, en donde la pandemia del coronavirus parece haber llegado para cambiar, lo que más hago en mi casa cuando puedo hacerle una que otra gambeta al teletrabajo, es suspirar. Suspirar por lo que planeé y no será, suspirar por por una hora más que se ha ido, suspirar por un momento que se convirtió en un recuerdo lleno de polvo, suspirar por lo que todavía quiero, suspirar como un acto de nostalgia y fe.

Así que, si usted es una de esas personas románticas y enamoradas de lo efímero que es soltar un deseo o una añoranza al aire, lo invito a pasar. Venga, síentese, póngase cómodo y entre relajado.

Por favor, dejar los zapatos en la entrada.

Publicado enCentro de los sentimientos

Un comentario

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