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La Quebrada Guarrús en la Comuna 20: un río que aún suena en Cali

Cuando el río suena, es porque piedras lleva”, nada más acertado para hablar de la quebrada Guarrús ubicada en la comuna 20 de Cali. Y es que esta quebrada no sólo arrastra piedras, sino también colchones, escombros de construcción, residuos sólidos como plásticos y poliestireno expandido, conocido en Colombia como “Icopor”, y hasta residuos orgánicos (incluyendo materia fecal). Adicionalmente, es el hogar de roedores y cientos de caracoles africanos, una especie insertada que produce verdaderos dolores de cabeza a los habitantes de las riberas. A pesar de que el ruido producido por esta quebrada debería ser suficiente para ensordecer a los y las caleñas y a sus autoridades, en la práctica no alcanza ni siquiera para alertar sobre la grave crisis ambiental a quienes habitan en el sector, que a falta de sistema de alcantarillado en algunas zonas, usan la quebrada con este fin.

Esta es una realidad que no está lejos del corazón de la ciudad de Cali. Para conocer el estado de la quebrada basta con tomar  el MIO Cable (Teleférico) con destino a la estación Lleras Camargo en la Comuna 20. Una vez ahí y con la ayuda de líderes comunitarios preocupados por el medio ambiente como “Lomerito”, se asciende “loma arriba” a través del barrio Lleras Camargo hacia el sector conocido como La Sultanita. En este lugar unen sus aguas la quebrada Guarrús y la quebrada La Cristalina, ambas en evidente estado de contaminación. Un poco más arriba, en el sector de La Playa  se encuentra una pequeña reserva conocida como el Pozo. En este punto, alguien como “Lomerito”, que lleva viviendo en la comuna más de 30 años, contará que en ese sitio hace poco menos de dos décadas, los habitantes de la zona iban al lugar para recoger agua potable para sus hogares, e incluso se podían apreciar algunas especies de peces. Hoy el cuadro es menos optimista.

Desde “La Playa” se puede ascender hacia una pequeña reserva forestal, quizá la más alta de toda la comuna 20, en donde los lugareños creen que nace la Quebrada Guarrús. Según “Lomerito”, la reserva sufre constantes incendios durante las temporadas de sequía. No obstante,  gracias al aviso oportuno de la comunidad, se ha podido evitar de alguna manera que los incendios se propaguen y que las construcciones de invasión en la reserva se lleven a cabo. Aunque como se podrá apreciar en la siguiente fotografía, hay zonas que se encuentran cercadas, no se sabe si las mismas fueron puestas por las autoridades ambientales para la protección del lugar, o por habitantes del sector para otros fines.

Al cruzar esta pequeña reserva el paisaje cambia notoriamente. La Quebrada renace, o mejor  nace,  y es posible percibir los distintos tonos de verde en las especies de flora presentes en el sitio. Igualmente, el agua  es cristalina, y no se percibe ningún olor diferente al del bosque y el de la humedad de la quebrada, tampoco se evidencia la presencia de residuos sólidos o vertimientos líquidos a la afluente.En este punto, la naturaleza nos recuerda que puede regenerase y sonar, esta vez para trasmitir tranquilidad y aire puro. En este lugar se está produciendo una reforestación natural gracias a las lluvias de los últimos meses, por lo que es necesario evitar cualquier intervención humana que pueda obstaculizar este proceso. 

Si no se interviene este sitio para protegerlo y permitir que la naturaleza haga su trabajo, probablemente podría convertirse en lugar de  asentamientos ilegales. Hoy día, hay algunos tubos de PVC conectados de forma artesanal a la quebrada y que extraen el liquido vital para trasportarlo hasta las viviendas más cercanas para consumo doméstico.

Nuevamente, al descender a la comuna y específicamente en el barrio Brisas de Mayo, el paisaje se trasforma y la disposición de residuos sobre el cauce de la quebrada es casi que violenta, a la vez triste y genera impotencia. Varios tubos o desagües de las casas construidas sobre o al lado de la quebrada vierten sus residuos líquidos en  la fuente acuífera, como si de un caño se tratara.

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Este recorrido de la quebrada finaliza en el barrio Urbanización Venezuela. En este lugar, EMCALI E.I.C.E E.S.P, autorizado por las autoridades ambientales, construyó un embalse de cemento conocido como “desarenador”, con el fin de frenar los residuos sólidos arrojados desde la zona de ladera por medio de las quebradas, para evitar un impacto ambiental nocivo mayor sobre el río Cañaveralejo. La pretendida solución es más bien otro foco de contaminación, pues allí se represan una cantidad considerable de residuos de todo tipo y cuyos olores se perciben en el aire.

 

El impapcto ambiental de esta construcción, es el resultado de una de las tantas medidas contraproducentes que han llevado a cabo las entidades municipales,  las cuales parecieran olvidar que el mayor capital de una ciudad son sus recursos naturales y su gente, de ahí que sea necesario resolver el problema de la escaza educación ambiental y la falta de un servicio de alcantarillado, para conciliar la protección del medio ambiente con la satisfacción de las necesidades básicas de los habitantes de la zona de ladera.

Bajo esta lógica, el Grupo de Acciones Pública de la Universidad Icesi (GAPI), ha realizado desde el año 2009 diversas actividades encaminadas a la protección de la quebrada Guarrús, ejerciendo el acompañamiento a la comunidad en temas de educación ambiental y empoderamiento de sus derechos fundamentales y colectivos. También, en 2011 presentó una acción popular la cual fue conocida por el Tribunal Contencioso Administrativo del Valle del Cauca, quien en su sentencia de enero de 2015 ordenó a las autoridades ambientales y municipales  proteger los derechos colectivos del goce un ambiente sano, al acceso a los servicios públicos, a la salubridad pública y al aprovechamiento racional de los recursos naturales de los residentes de la comuna, y a su vez que se implementaran jornadas de educación orientadas a la protección de la fuente hídrica y al manejo de los residuos generados por las actividades, principalmente, domésticas del sector. El fallo concedido por el Tribunal fue apelado por el Municipio de Cali, y se encuentra actualmente en manos del Consejo de Estado quien decidirá de forma definitiva el asunto. Miestra esto ocurre, el GAPI seguirá trabajando arduamente con y por la comunidad y el medio ambiente de la Comuna 20 de Cali. No obstante, este caso es un llamado de atención para todos los caleños y las caleñas para que escuchemos a este río que suena y pide ser recuperado.

Nota elaborada por: Sergio Daniel Gutierrez. Estudiante de IX Semestre de Derecho Universidad Icesi- Miembro activo del GAPIperíodo 2016.

Publicado enCaso quebrada Guarrús Comuna 20

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