Cómo aumentar la productividad de una empresa

La productividad es la métrica más importante para medir el desempeño de una empresa. Sin embargo, al hablar de negocios, no debe confundirse el término “productividad” con aspectos como las ganancias, el crecimiento o, por más irónico que parezca, tampoco se refiere a la cantidad de unidades de un producto o servicio que una empresa es capaz de elaborar.

La productividad, es la capacidad de una empresa para producir un bien sacando el máximo provecho posible de sus factores de producción. En esencia, estamos hablando de una función de Cobb-Douglas:

Y = ALᵝKᵅ

Donde Y se refiere al valor de producción en un determinado espacio de tiempo (comúnmente un año) y que, a su vez, se construye (en su forma básica) de la mano de obra (L), maquinas, inmuebles, equipos (K), todo esto a su vez es ponderado por la productividad total de factores (A), que representa el decremento o incremento entre la cantidad de bienes producidos entre la cantidad de factores de producción usados. Los valores α y β, son las elasticidades de salida de cada factor de producción que nos ayudan a determinar cuál es la cantidad óptima de bienes y/o servicios que a una empresa le conviene producir para conseguir sus objetivos, por ejemplo, el máximo posible de utilidades netas.

Lo anterior puede parecer un tanto complejo, aunque de hecho, esta función es la forma más básica de una estructura de producción y, para qué objetivos de desarrollo empresarial se alcancen, es necesario conocer cómo funciona el motor de productividad de cada empresa en cuestión, pero en términos simples, todo esto es la forma matemática que permite a una empresa determinar cómo organizar sus operaciones y recursos para producir la cantidad de bienes o servicios que más utilidades netas dejará a la empresa.  Esto es importante comprenderlo ya que, producir más unidades de un bien no significa más ganancias, ya que, los márgenes de utilidad son decrecientes conforme la producción aumenta, es por esta razón que, por ejemplo, usted no verá a Lamborghini fabricando cien mil autos al año, ya que su sector y estrato de mercado le genera mejores ganancias fabricando solo unos pocos miles de unidades de autos.

Por supuesto, la ecuación es una simplificación, en la práctica, los factores de producción involucrados pueden más diversos y diferentes de una empresa a otra, por ello, algunos aspectos que se pueden considerar para implementar pautas que, en el corto, mediano o largo plazo mejoren la productividad de una empresa son:

Capacitación y actualización del personal: todos los giros de negocio se han visto afectados de un modo u otro por las innovaciones tecnológicas del último par de décadas. Desde el punto de visto general, estas innovaciones son vistas como una ventaja, pero esto solo es así cuando las empresas invierten los recursos necesarios en entender y adaptarse a las nuevas tendencias, así como incorporar para su beneficio las nuevas tecnologías. Dicho esto, la capacitación y actualización del personal es clave para la productividad de una empresa, así como para su desarrollo y consolidación en el mercado.

Invertir en la formación profesional de nuestro capital humano permite a las empresas contar con una fuerza de trabajo capaz de mucho más que simplemente planificar la producción con base a información técnica, sino que hace posible contar con un equipo con mejor visión y recursos intelectuales, todo lo cual permite a las empresas comprender los cambios en sus respectivos mercados, adaptarse a ellos, así como encontrar oportunidades de negocio que hagan posible una mejor productividad, si no lo cree, solo tiene que dar un vistazo a las compañías más exitosas en la actualidad y hacer una comparación con lo que eran hace veinte años. Con esto es sencillo entender cómo de importante es para una empresa contar con un equipo de trabajo capacitado y actualizado.

Estrategia downsizing: en el aspecto laboral y de negocios, el downsizing se refiere a reducir el tamaño de alguno de los factores de producción de una empresa en pro de mejorar la productividad.

Las estrategias de downsizing pueden involucrar decisiones como la reducción de personal, fusión de departamentos para simplificar el flujo de operaciones y comunicación interna de una empresa, reducción de equipos cuyos costos de mantenimiento y/o almacenamiento impactan en los márgenes de utilidad y, en esencia, el downsizing está enfocado es reducir el tamaño de una empresa para mejorar la productividad, es decir, mejorar los beneficios totales y netos que obtiene de los recursos que emplea.

En el ámbito empresariales claro que tener exceso de recursos no lleva a mayores ganancias debido a la ley económica y empírica de los rendimientos decrecientes, la clave de esto, es saber cómo reducir el tamaño de una empresa para que sea más productiva y esto tiene que ver mucho con la función de producción Cobb-Douglas que describimos al inicio de este artículo. Entonces, cuando contamos con personal clave capacitado y actualizado, se toman buenas decisiones y, con ello, una empresa puede incorporar estrategias de downsizing óptimas que hagan de una empresa lo suficientemente flexible para obtener la mejor productividad en base no solo a sus recursos, sino adaptándose a los cambios de mercado, innovaciones, tecnología, etc.

Estrategias de fidelización: todos los cambios en los factores de producción de una empresa dependen de una cosa, la demanda, es decir, las personas que quieren adquirir los productos y/o servicios que tu empresa ofrece. Sin embargo, los consumidores no eligen simplemente que producto o servicio adquirir con base a su precio, de hecho, la mayor parte de las veces lo hace por familiaridad con la marca, buenas experiencias previas, costumbre, entre muchos otros factores.

Cuando analizamos nuestro tipo de cliente potencial, podemos analizar cómo promover los productos y servicios de nuestra empresa para no solo llegar a nuevos clientes, sino para fidelizarlos, es decir, conseguir que prefieran nuestra marca antes que la de la competencia. Esto beneficia la productividad de una empresa de forma notable, ya que, esta base de clientes no solo es estable a largo plazo, sino que preferirá nuestra marca aún y cuando existan opciones más económicas, y la razón es simple, el consumidor habitual detesta la incertidumbre, por ello, cuando un consumidor sabe que un producto o servicio satisface sus necesidades, pro comodidad tenderá a preferir la marca que le proporcione seguridad o una experiencia única, haciéndose fiel a la misma.

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