Mercadeo por Internet Juliana Arenas

Uno puede pensar en el futuro, mejorando inimaginablemente todas las herramientas que nos facilitan la vida dentro de la sociedad.

En clase de Estrategias de mercadeo por internet nos dejaron una tarea el primer día que, personalmente, me dejó pensando toda la semana. La pregunta era relativamente sencilla: ¿Qué viene después de Internet? Y lo primero que pensé, que seguramente muchos han pensado, es imaginar una herramienta más avanzada pero con el mismo funcionamiento. Explicándome mejor, pensaba que, por ejemplo, unos computadores virtuales que no necesiten ni de un teclado; donde sólo hablando, la computadora personalizada pueda acceder a todos los archivos o investigación que necesite. Es más, algo tan futurista como que todo se muestre en tercera dimensión y sea como un holograma. Pero en realidad, y para mayor preocupación, no se me hizo nada interesante. Y no me parecería raro que en menos de 10 años ya existiera.

Pero, seguía estancada con la pregunta. Así sea holograma, así no necesite ni teclado y todo sea a tercera dimensión o a cuarta o a quinta, sigue teniendo la misma función del internet. Entonces, ¿Qué sigue después de internet? Y encontré una respuesta:

Internet tiene un problema para mí que es muy importante. Se dejó a un lado literatura tan valiosa, libros hermosos y tan grandes que con sólo verlos  se personificaban. Porque, a pesar de que hoy en día se puede leer cualquier libro por internet, no tiene la misma personalidad; así contenga las mismas palabras, letras y esté escrito por el mismo autor, no es lo mismo. Entonces, después de internet siguen espacios del mundo (Real World Wide Web) donde dentro de la casa vamos a poder navegar a otros espacios como una realidad virtual. Así, si queremos buscar un libro en la biblioteca de Shunde, en China, pues sólo vamos a tener que dar un paso y entrar en una realidad donde sintamos que estamos buscando el libro mientras vemos millones de ellos, y luego de encontrarlo, poderlo ver, abrir, ojear y lo más importante, leer sin cansarnos tanto como cuando leemos desde una pantalla. Creo que esto viene después de internet y es más que seguro que pase.