A los 10 meses los movimientos del bebé son mucho más coordinados. A esta edad no solo logra agarrar los objetos con fuerza sino que también mueve sus manitas con más precisión y suavidad.
Sin embargo, todavía no es capaz de cepillarse los dientes por sí solo, esta es una habilidad que alcanzará mucho más tarde. Aún así, puedes ir comprando uno de los mejores cepillos de dientes eléctricos para los más pequeños, no te pierdas la comparativa de 4 Mejores. No obstante, a esta edad los padres ya pueden ir estimulando la adquisición de algunos hábitos relacionados con la higiene bucal.
Predicar con el ejemplo
Debes tener presente que en esta etapa el niño aprende básicamente por imitación. Es decir, mirando lo que hacen los adultos e intentando copiar sus movimientos. Por eso, nada mejor que predicar con el ejemplo.
Por ende, para fomentar una buena higiene bucal el primer paso es que el bebé vea cómo sus padres se cepillan los dientes todos los días. Después, deberás tomar una toallita húmeda y limpiarle sus dientecitos. Hazlo siempre después de cada comida para ir creando el hábito. No obstante, recuerda que aún no se recomienda el uso del dentífrico, este se introducirá más adelante y siempre apostando por una marca que no contenga flúor.
La clave está en la diversión
Para desarrollar un hábito, sin importar de cuál se trate, la clave está en la diversión. Por tanto, haz que limpiarse los dientes sea algo divertido. Puedes cantarle una canción mientras lo haces de manera que el pequeño asocie esta actividad con algo positivo y placentero.
Una excelente idea es hacer un títere con un calcetín viejo. Cerciórate de que el calcetín esté bien limpio y que sea blanco, dibuja los ojos y la boca. Después, mete la mano dentro y haz como si le limpiases los dientes. Incita al bebé a hacerlo.
Precaución ante todo
Finalmente, recuerda que si notas manchas blancas en sus dientes, esta puede ser una señal de caries por lo que deberías consultar al dentista. En realidad, las caries a esta edad suelen ser muy raras pero un estudio desarrollado en la Universidad de Illinois ha descubierto que la saliva de los bebés contiene numerosas bacterias, que son las principales causantes de este problema.