Soy Manuela Cano, estudiante de Ciencia Política y elegí la ciudad de Turín, Italia como destino para mi intercambio académico.

El calendario académico del semestre de primavera empezó el 20 de febrero, el primer día de clase fue una inducción a todas las actividades que ofrece la Universidad de Turín, deportes, encuentros entre los estudiantes de intercambio, viajes, entre otras cosas. Hasta ese momento, nadie pensaba que todo el tema del coronavirus se convertiría en una crisis sanitaria grave, todo iba normalmente.

Un día después de la inducción, se reportó el primer muerto en Italia por coronavirus y 16 contagiados en la región de Lombardía (región vecina a Piamonte, donde yo me encontraba). Ese día rondaban muchos rumores sobre pánico colectivo en el norte de Italia, supermercados colapsados, calles vacías, etc, mis papás estaban preocupados por mi y para tranquilizarlos, decidí salir a la calle y a comprar unas cuantas cosas para comprobar si todo esto era verdad. Al final todo eran fake news, sí habían mas personas de lo habitual en el supermercado, pero se encontraba todo lo necesario, las calles estaban normales.

El 24 de febrero cancelaron todas las clases en el norte de Italia hasta el 3 de marzo por la crisis del coronavirus, sin embargo, se podía salir a la calle con normalidad, ir a restaurantes, discotecas y demás lugares de ocio. Desde mucho antes de todo eso, yo tenía un viaje planeado a Milán, capital de Lombardía, y aunque al principio tuve mis dudas sobre ir, amigos que vivían allí me dijeron que todo estaba normal, simplemente habían menos personas en la calle, lo cual era mucho mejor para mí que iba de turista.

El 27 de febrero fui a Milán en bus, el día anterior se reportaron 445 contagiados y 12 muertos por coronavirus en todo el norte de Italia, sin embargo cuando llegué a Milán todo andaba normal, solo habían ciertas personas con tapabocas. Todo mi viaje salió bien, conocí bien la ciudad y era muy fácil caminar por la falta de turistas.

Días después, específicamente el 29 de febrero me dirigí a la ciudad de Verona, también al norte del país, ese día Italia ya contaba con más de 1000 contagiados y 29 muertos. Ese día ya habían unos cuantos lugares turísticos cerrados en Verona, pero se podía hacer el recorrido turístico y disfrutar de algunos restaurantes.

Llegué el 2 de marzo a Turín con la esperanza de empezar mi clases al día siguiente, sin embargo, extendieron la cancelación de las clases hasta el 7 de marzo. Ese día ya me empecé a preocupar, hablaba con mis amigos que también estaban de intercambio, practica o maestría en Turín y todos teníamos opiniones diferentes: Algunos decidieron irse rápido esperando lo peor y otros manteníamos la esperanza de que todo se normalizaría pronto.

Otra semana sin clase, esta vez empezaron a cerrar las iglesias y los sitios turísticos, solo estaban abiertos algunos restaurantes. A pesar de esto, todo parecía ir bien en otros lugares de Italia y todavía no habían prohibido viajar, por lo que planee un viaje a Florencia y Roma con unas amigas colombianas que estaban de intercambio en Milán.

El plan era que ellas llegaran a mi casa en Turín el 9 de marzo y al otro día salir para Florencia, sin embargo ese día cerraron Milán, la ciudad ya estaba en cuarentena y era prohibido salir de esta a no ser que se tuviera una emergencia laboral o médica, o que tuvieras que regresar a tu país de origen (si eras turista). Mis amigas estaban muy asustadas por la situación, empacaron sus maletas, cancelaron su renta y se fueron a la estación de tren de Milán esperando que las dejaran tomar un tren a Turín, con la excusa de que tenían un vuelo para Colombia que salía desde allí (lo cual no era así).

                                   Manuela Cano Giraldo 1                                                                  Manuela Cano Giraldo 2

Después de pasar varios retenes con el ejercito y mucho estrés, mis amigas lograron tomar ese tren a Turín. Yo ya estaba muy preocupada por la situación, solo quería que ellas llegaran para ver qué hacíamos, si devolvernos para Colombia o hacer nuestro viaje y decidir luego si volvíamos a nuestro país o no.

Cuando llegaron, aproximadamente a las 10 pm, prendimos el televisor y empezamos a pensar qué hacer. Minutos después, comenzó una transmisión del primer ministro de Italia, casi no entendíamos lo que decía pero no nos imaginamos que fuera bueno, así que fuimos cancelando todos nuestros viajes y planes, hasta que en un momento dijo algo que sí entendimos perfectamente: “misure restrittive a tutta Italia dal 10 marzo”, es decir que el gobierno italiano había extendido las medidas restrictivas que ya había en Milán, a toda Italia desde el 10 de marzo. En ese momento, la Universidad de Turín envió un correo a todos los estudiantes de intercambio en el que nos recomendaba regresar a nuestro país de origen. 

Después de esto ya tenía algo muy claro, tenía que devolverme a Colombia. Decidimos que lo mejor era salir de Italia lo más pronto posible y de ahí salir para nuestro país con más tranquilidad. Buscamos tiquetes de bus y vuelos a España, Suiza, Alemania pero salían al otro día en horas de la tarde, hasta que encontramos un tiquete a Niza, Francia, que salía a las 6 a.m.

Aunque ya era 10 de marzo y se supone que estaba prohibido salir de Italia, mis amigas y yo ya teníamos el tiquete comprado para Francia. Cada una tenía como 3 maletas, la gente en Italia normalmente comienza el día tipo 10 de la mañana, por tanto, no había ni policía, ni taxis, ni nada abierto, las únicas personas que trabajan en la madrugada son los conductores de bus, tanto urbanos, como intermunicipales. Para ir a la parada de bus tuvimos que llamar a un amigo para que nos recogiera en un carro rentado, cuando llegó nos dimos cuenta que era muy pequeño, pero nos las arreglamos para meternos a nosotras y a las maletas allí. No nos podíamos dar el lujo de hacer dos viajes o llamar a alguien más porque se nos podía hacer tarde.

Llegamos a la parada, esperamos unos minutos y el bus llegó a tiempo. Teníamos mucho miedo de que no llegara o lo cancelaran por toda la situación, pero no fue así, logramos abordar normal y salir rápido, sin embargo, entre conversaciones de los pasajeros y los conductores, nos dimos cuenta de que el problema podría darse en la frontera entre Italia y Francia, por la crisis del coronavirus, el gobierno francés podría no permitirnos la entrada.

El viaje en bus hacía Francia estuvo lleno de hermosos paisajes que me hacían olvidar del estrés que tenía por toda la situación, cuando llegamos a la frontera nos abordaron unos miembros del ejercito Francés, preguntaron por nuestros pasaportes y por fortuna, pudimos ingresar con normalidad al país.

Niza es un lugar precioso, allá todo estaba funcionando con completa normalidad, por tanto tuve la oportunidad de conocer y disfrutar todo lo que la ciudad ofrece. Estando allí decidí comprar el tiquete para Colombia, el cual tuvo muchos cambios y dificultades ya que la situación empeoraba en cuestión de horas.

Al final y gracias a Dios, pude regresar a Colombia. Llegué el 13 de marzo y tuve que estar en aislamiento preventivo durante 15 días, el cual empató con la cuarentena que seguimos viviendo. En este momento estoy continuando con mis estudios online, al ser una estudiante de intercambio proveniente de Colombia, me queda casi imposible asistir a las clases en vivo; por el cambio de horario, estas clases empiezan a las 3 de la mañana. Sin embargo, los profesores han sido muy comprensivos con mi situación y me comparten otro tipo de materiales para cumplir con la clase y poder hacer el examen al final del curso.