En algún punto de nuestras vidas todos hemos escuchado la famosa frase: “el tiempo de Dios es perfecto” y creyentes o no les diré que en mi caso así lo fue. Desde que entré a la universidad y me entere de sus convenios de intercambio estudiantil internacional estuve interesada en vivir esta experiencia; sin embargo siempre lo aplazaba y no me decidía a enviar los documentos para aplicar. Fue así, como casi una semana antes de la fecha límite para la entrega de estos me decidí  a hacerlo. A pesar de que fue un proceso arduo, pues el tiempo estaba en contra, mágicamente logre cumplir todos los pasos y plazos que me permiten ahora vivir una experiencia única.

 Al principio no sabía qué esperar sobre el intercambio, por mi cabeza solo rondaban pensamientos de ansiedad y temor pues al imaginarme viviendo sola por primera vez sentía muchos nervios. Además del miedo que me causaba estar tan lejos de mi familia, pensaba en lo mucho que me iba a costar adaptarme a una ciudad tan diferente a la mía, y es que la ciudad en la que nací y he vivido toda mi vida es casi lo opuesto a Madrid. Cali, está ubicado en el suroccidente de Colombia, su clima es tropical por lo que la temperatura más baja que se ha llegado a registrar en la historia es de 14ºC y generalmente es de 32ºC,  y con 2.420.013 habitantes es la tercera ciudad más poblada de Colombia. Por otro lado, Madrid es la capital de España y la más poblada de este país, cuenta con 3.182.981 de habitantes por lo que puede deducirse que es mucho más grande que mi ciudad natal. A su vez, es una ciudad que se encuentra en un continente con estaciones, lo que hizo mi llegada bastante dura debido a las bajas temperaturas y fuertes vientos que puede tener Madrid. Pase de estar en un clima tropical a vivir el invierno y tener que comprar muchos artículos para mantenerme caliente, como: chaquetas, medias, bufandas, ropa térmica, entre otros.

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Otro impacto fue la diferencia de horarios, ya sea para comer, despertarse, salir de fiesta o inclusive para el comercio en general de Madrid, estas dos ciudades cuentan con un horario muy diferente.  En Cali, yo estaba acostumbrada a que todo se debía hacer temprano, es decir, me levantaba temprano, desayunaba temprano e inclusive mis salidas hacia las fiestas oscilaban entre las 10:00 p.m – 12:00 a.m. Por otro lado, en España todo se hace mucho más tarde; por ejemplo, levantarse para clase de 10:00 a.m, es equivalente a como si lo estuvieras haciendo para la clase de las 7:00 a.m en Colombia y esto se debe a que en Madrid amanece casi a las 8:00 a.m.

A grandes rasgos, viendo tantas diferencias entre mi ciudad y Madrid era normal mi sentimiento de angustia porque estaba llegando a un lugar completamente diferente, pero en estos dos meses me he dado cuenta que Madrid es una ciudad que me deja sin palabras. Esta llena de multiculturalismo, tranquilidad, gastronomía, arte, parques, museos, cultura ciudadana, amigos, historia, vida nocturna y costumbres que han llegado a marcar mi vida a nivel personal y que se que me han hecho madurar para la profesional que seré. Siento que en este tiempo he logrado aprender mucho de mi, de otras personas y en general de la vida.

Un intercambio es una experiencia que le recomendaría a cualquier persona, pues no solo implica una vivencia académica sino personal. Tener esta opinión no fue del todo fácil para mi. La verdad llegue sin saber qué esperar de la ciudad, con mi personalidad tímida y un poco cerrada a lo que la ciudad tenía por ofrecerme pero rápidamente me di cuenta que cada día que pasaba en Madrid me hacia enamorarme de la ciudad. Gran parte de este descubrimiento se lo debo a las personas que fui conociendo desde que llegué a España, personas de Portugal, México, Italia, Alemania, Puerto Rico, Inglaterra, Estados Unidos, Perú, Panamá, Venezuela, Francia, España, Argentina e inclusive de Colombia. Todas llenas de costumbres, personalidades, idiomas y mentalidades diferentes, lo cual me ha permitido ampliar mi visión del mundo y de las quienes me rodean. Asimismo, he logrado aprender a ser flexible  y aventurera con mis experiencias diarias lo que me ha proporcionado tener vivencias únicas, las cuales al regresar a Colombia serán excelentes anécdotas.

En cuanto a la universidad puedo decir que ha sido de mi agrado y tiene un ambiente muy parecido a  Icesi, a diferencia de muchas otras universidades en Madrid la Universidad Antonio de Nebrija es privada y pequeña por lo que manejan salones de máximo 30 estudiantes. También, es presencial por lo que casi en todas las clases toman asistencia y después de cierta cantidad de faltas no se pasa la materia. Claramente existen diferencias como el método de aprendizaje, el orden de los salones, los breaks entre clases y el esquema de calificación, pero es fácil adaptarse. Otro aspecto que me ha gustado mucho acerca de la universidad es su apoyo hacia los estudiantes internacionales, pues nos han brindado asesoramiento en todo momento e inclusive los profesores están pendientes ante cualquier duda que podamos tener. Definitivamente volvería a escoger esta universidad si me encontrara aplicando nuevamente al intercambio, por diversas razones como su prestigio, ubicación, atención al estudiante, profesores, metodología y clases con pocos estudiantes.

Al leer mi testimonio espero que logren sentir ánimo por vivir una experiencia internacional, debido a que es una oportunidad para llenarse de aprendizaje. Por mi parte puedo decir que he aprendido desde lo más básico como lavar, cocinar y hacer aseo hasta cosas a nivel más personal como la apertura a nuevas amistades, la flexibilidad, el disfrutar cada momento al máximo y a valorar lo que tengo en mí día a día. 

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