Después de seis meses de este intercambio estudiantil, sigo considerando que es una experiencia única que debe se debe vivir, ya que es la oportunidad perfecta para desprenderse de la zona de confort, para aprender de nuevas personas y situaciones, y para entender que la vida hay que disfrutarla sin miedos que lo cohíban y con total empoderamiento porque solo tenemos una y las experiencias no se vuelven a repetir de la misma forma.
En cuanto a la universidad, después del primer semestre, les cuento que la dificultad académica no es nada comparada con la de ICESI. Aunque, al principio para mí fue difícil por la dificultad que tenia para entender el idioma y el tiempo que me tomaba leer en inglés, reconozco que nuestro nivel académico es mucho más alto por su enfoque en aprendizaje activo. No obstante, durante las clases logras aprender mucho y fuera del horario académico también, dado que en Montpellier Business School (MBS) la revisión constante de la plataforma Moodle es muy importante para ver clases en línea (E-learnings) o para hacer quices y exámenes. Por otro lado, algo que también es muy distinto a nuestro modelo educativo son los porcentajes de los exámenes finales, ya que son bastante significativos (50% o 70% de la nota final) a pesar de que durante el semestre hayas realizado todos los trabajos o deberes asignados.
Durante este segundo semestre de intercambio, el frio de Montpellier-Francia ha aumentado considerablemente, en ocasiones te puedes desesperar porque en invierno la temperatura es demasiado baja (-1 a 8 Grados Celsius) comparada con la de Cali- Colombia (18 – 22 Grados Celsius), pero igual el cuerpo se va adaptando y se hace aguantable. Definitivamente el ambiente de Montpellier es espectacular para vivir esta experiencia por ser una ciudad pequeña, acogedora, llena de estudiantes internacionales que la llenan de vida y de diversidad cultural. Además, todo queda tan cerca que ir al supermercado, al centro comercial, a la universidad, al gym etc. no es nada tedioso si quieres caminar y mucho menos teniendo a disponibilidad el Tram (uno de los medios de transporte de Montpellier).
Sin duda alguna vivir “sola”, sin las comodidades de mi hogar, sin la ayuda de mi padre y mi hermana, que son mi núcleo familiar más cercano, me ha enriquecido como persona y me ha permitido ser mucho más independiente. Igualmente, cada momento de estos seis meses he aprendido a valorar muchísimo más a mi familia, a mis amigos y a mi cultura, ya que en ocasiones lo paso por alto o no le doy la suficiente importancia por estar tan acostumbrada a la rutina, olvidando lo afortunada que soy de contar con ellos y tenerlos cerca.
Finalmente, a todos los estudiantes que tengan la oportunidad les recomiendo vivir esta experiencia para que despejen la mente, viajen y conozcan muchos lugares Europeos llenos de arquitectura e historia y vivan nuevas aventuras llenas de emociones, aprendizajes, madurez y crecimiento personal y profesional.
