Desde que entré a la Universidad Icesi siempre tuve en mente que debía aprovechar el hecho de que ésta tiene un buen reconocimiento internacional para realizar un intercambio académico. Para ello desde el tercer semestre empecé a adelantar materias para que el noveno semestre fuese el más liviano de todos, y así fue, logré llegar a noveno con tan solo tres materias las cuales serían fácil de homologar si las viese en el exterior.
Desde pequeño siempre me ha dado la curiosidad conocer otras culturas, lugares, comidas y demás costumbres de países diferentes al mío. Ese sueño se empezó a cumplir en una misión académica internacional en México que tuve gracias a la gestión que hicieron las directoras de carrera de Ingeniería de Sistemas e Ingeniería Telemática con la respectiva asistente. Esa experiencia me encantó, el hecho de recorrer las calles de la Ciudad de México, conocer su zoológico, sus amables personas, los ritos y costumbres que tienen los nativos hacia mitos y leyendas, hacía que me enamorara cada día más acerca de ese país, lo único con lo que no pude fue con la comida picante porque siendo sincero el picante nunca me ha gustado, sin embargo, tenían otros tipos de comida con la que pasé excelente.
La misión solo tuvo una duración de 10 días, pero fue suficiente para motivarme más en hacer un intercambio académico internacional. Fue así como empecé a indagar sobre universidades de Europa ya que quería conocer dicho continente por el hecho de que algunas de nuestras costumbres provienen de allá. Al principio solo tenía en mente España ya que era uno de dos lugares donde se habla español en Europa, aunque yo quería hacer el intercambio en un país donde tuviera como reto aprender una nueva lengua y defenderme llegado el caso con el inglés (realicé todos los niveles en Icesi, desde el 1 hasta el 8). No buscaba universidades en países donde no se hablara en español ya que pensaba que sí o sí tenía que presentar algún examen que demostrara mi conocimiento de inglés como el toefl o el ielts y esos son exámenes costosos y largos, cosa que no quería hacer ya que el tiempo que le dedicaba a la universidad era suficiente. Fue en esos momentos donde me comentaron que había universidades en Alemania que no exigían dichos exámenes y que era suficiente el que expedía la Universidad Icesi. Esa fue la bomba que me hizo que investigar más sobre Alemania y me permitiera hacer crecer mi curiosidad hacia su cultura, economía, educación, transporte, clima, personas, comida y muchas cosas más.
Dentro de mis consultas en la web, me di cuenta de que la Julius-Maximilians Universität Würzburg es una de las más importantes y longevas del país (fundada en 1402) y que además cuenta con muchos premios nobel ganados a través de la historia (en total 14). Eso y mucho más me permitió saber que esa era la universidad donde quería hacer mi intercambio. Abriendo un paréntesis, considero que cualquiera puede realizar un intercambio académico internacional si se lo propone. Sé que muchos de los que somos becados consideran que puede ser algo difícil de conseguir, sin embargo, déjenme decirles que no es imposible, de hecho, tengo la beca ¡Ser pilo paga! Por si se lo preguntan. Cerrando el paréntesis decidí aplicar al intercambio y lo estoy realizando ahora en el 2019-1. Debo admitir que el viaje en avión se me hizo algo largo, pero fue porque tenía muchos pensamientos que rodeaban mi cabeza y no me dejaban dormir. Una vez que llegué a Frankfurt empezó mi reto, tenía que llegar a la ciudad de Würzburg y nadie sabía español, por lo que fue mi primera vez hablando inglés para poder conseguir lo que necesitaba, al principio fue un poco duro, pero el oído se va agudizando y uno va mejorando la pronunciación de acuerdo con lo que uno escucha.
Una vez llegué a Würzburg tuve un recibimiento grato por parte de mi tutora, quien me ayudó con las maletas a llegar a mi residencia, ese día no pude dormir por la emoción de pensar que me encontraba en Europa, que me encontraba en ¡Alemania! Todo fue de bien a mejor cuando me doy cuenta de que a los dos días celebraban una costumbre que es muy propia de la ciudad llamada El Super Fasching, que consistía en un desfile donde mostraban un poco de su historia a través de disfraces, además de que todo el mundo también estaba disfrazado, no solo los del desfile. Mi tutora me presentó algunas personas de Latinoamérica :D y me empezaron a explicar cómo es la vida acá, donde podía encontrar cosas baratas, qué lugares son turísticos y muchas cosas más, ese día fue fantástico, conocí la verdadera cerveza alemana y me encantó (y eso que no soy de los que toman mucho :D).
Después de eso empecé mi curso de alemán (actualmente) y conocí gente maravillosa, obvio todos solo hablamos inglés porque de alemán no sabemos nada, pero pues ahí uno va aprendiendo. Son personas muy amables y que vienen de todas partes del mundo como Italia, Egipto, Pakistán, Francia, Ecuador, Perú, Chile, Reino Unido, Turquía, entre otros. Me encuentro muy feliz haciendo mi intercambio conociendo diferentes culturas, con decirles que una compañera del Sur de Corea nos regaló sándwiches a todos los del salón como disculpa por haber enviado un mensaje al grupo de WhatsApp a las 2am, ¡por favor! Una disculpa así no se ve en ningún lado.
Por último, creo que lo que he vivido hasta ahora me ha permitido crecer tanto personal como profesionalmente, ya que he logrado ver el mundo desde otros puntos de vista, aprendiendo de las diferencias de los demás y convirtiéndolas en valores positivos que uno puede sacar provecho por ejemplo en mi carrera para hacer software más empático. Aquí entro a recalcar y es que me gustaría que muchos estudiantes específicamente de mi carrera puedan realizar un intercambio académico ya que es algo que de alguna forma les va a nutrir la vida, para mis compañeros de carrera les digo ¡háganlo! Ustedes mismos se agradecerán por vivir una experiencia así. Finalmente, Estoy muy agradecido con Dios y con mis padres por haberme regalado esta oportunidad la cuál no desaprovecharé para nada.
Desde pequeño siempre me ha dado la curiosidad conocer otras culturas, lugares, comidas y demás costumbres de países diferentes al mío. Ese sueño se empezó a cumplir en una misión académica internacional en México que tuve gracias a la gestión que hicieron las directoras de carrera de Ingeniería de Sistemas e Ingeniería Telemática con la respectiva asistente. Esa experiencia me encantó, el hecho de recorrer las calles de la Ciudad de México, conocer su zoológico, sus amables personas, los ritos y costumbres que tienen los nativos hacia mitos y leyendas, hacía que me enamorara cada día más acerca de ese país, lo único con lo que no pude fue con la comida picante porque siendo sincero el picante nunca me ha gustado, sin embargo, tenían otros tipos de comida con la que pasé excelente.
La misión solo tuvo una duración de 10 días, pero fue suficiente para motivarme más en hacer un intercambio académico internacional. Fue así como empecé a indagar sobre universidades de Europa ya que quería conocer dicho continente por el hecho de que algunas de nuestras costumbres provienen de allá. Al principio solo tenía en mente España ya que era uno de dos lugares donde se habla español en Europa, aunque yo quería hacer el intercambio en un país donde tuviera como reto aprender una nueva lengua y defenderme llegado el caso con el inglés (realicé todos los niveles en Icesi, desde el 1 hasta el 8). No buscaba universidades en países donde no se hablara en español ya que pensaba que sí o sí tenía que presentar algún examen que demostrara mi conocimiento de inglés como el toefl o el ielts y esos son exámenes costosos y largos, cosa que no quería hacer ya que el tiempo que le dedicaba a la universidad era suficiente. Fue en esos momentos donde me comentaron que había universidades en Alemania que no exigían dichos exámenes y que era suficiente el que expedía la Universidad Icesi. Esa fue la bomba que me hizo que investigar más sobre Alemania y me permitiera hacer crecer mi curiosidad hacia su cultura, economía, educación, transporte, clima, personas, comida y muchas cosas más.
Dentro de mis consultas en la web, me di cuenta de que la Julius-Maximilians Universität Würzburg es una de las más importantes y longevas del país (fundada en 1402) y que además cuenta con muchos premios nobel ganados a través de la historia (en total 14). Eso y mucho más me permitió saber que esa era la universidad donde quería hacer mi intercambio. Abriendo un paréntesis, considero que cualquiera puede realizar un intercambio académico internacional si se lo propone. Sé que muchos de los que somos becados consideran que puede ser algo difícil de conseguir, sin embargo, déjenme decirles que no es imposible, de hecho, tengo la beca ¡Ser pilo paga! Por si se lo preguntan. Cerrando el paréntesis decidí aplicar al intercambio y lo estoy realizando ahora en el 2019-1. Debo admitir que el viaje en avión se me hizo algo largo, pero fue porque tenía muchos pensamientos que rodeaban mi cabeza y no me dejaban dormir. Una vez que llegué a Frankfurt empezó mi reto, tenía que llegar a la ciudad de Würzburg y nadie sabía español, por lo que fue mi primera vez hablando inglés para poder conseguir lo que necesitaba, al principio fue un poco duro, pero el oído se va agudizando y uno va mejorando la pronunciación de acuerdo con lo que uno escucha.
Una vez llegué a Würzburg tuve un recibimiento grato por parte de mi tutora, quien me ayudó con las maletas a llegar a mi residencia, ese día no pude dormir por la emoción de pensar que me encontraba en Europa, que me encontraba en ¡Alemania! Todo fue de bien a mejor cuando me doy cuenta de que a los dos días celebraban una costumbre que es muy propia de la ciudad llamada El Super Fasching, que consistía en un desfile donde mostraban un poco de su historia a través de disfraces, además de que todo el mundo también estaba disfrazado, no solo los del desfile. Mi tutora me presentó algunas personas de Latinoamérica :D y me empezaron a explicar cómo es la vida acá, donde podía encontrar cosas baratas, qué lugares son turísticos y muchas cosas más, ese día fue fantástico, conocí la verdadera cerveza alemana y me encantó (y eso que no soy de los que toman mucho :D).
Después de eso empecé mi curso de alemán (actualmente) y conocí gente maravillosa, obvio todos solo hablamos inglés porque de alemán no sabemos nada, pero pues ahí uno va aprendiendo. Son personas muy amables y que vienen de todas partes del mundo como Italia, Egipto, Pakistán, Francia, Ecuador, Perú, Chile, Reino Unido, Turquía, entre otros. Me encuentro muy feliz haciendo mi intercambio conociendo diferentes culturas, con decirles que una compañera del Sur de Corea nos regaló sándwiches a todos los del salón como disculpa por haber enviado un mensaje al grupo de WhatsApp a las 2am, ¡por favor! Una disculpa así no se ve en ningún lado.
Por último, creo que lo que he vivido hasta ahora me ha permitido crecer tanto personal como profesionalmente, ya que he logrado ver el mundo desde otros puntos de vista, aprendiendo de las diferencias de los demás y convirtiéndolas en valores positivos que uno puede sacar provecho por ejemplo en mi carrera para hacer software más empático. Aquí entro a recalcar y es que me gustaría que muchos estudiantes específicamente de mi carrera puedan realizar un intercambio académico ya que es algo que de alguna forma les va a nutrir la vida, para mis compañeros de carrera les digo ¡háganlo! Ustedes mismos se agradecerán por vivir una experiencia así. Finalmente, Estoy muy agradecido con Dios y con mis padres por haberme regalado esta oportunidad la cuál no desaprovecharé para nada.
