Unos días después de haber llegado a la ciudad que será mi casa por al menos un año leí una frase que decía “Viajar es un ejercicio con consecuencias fatales para los prejuicios, la intolerancia y la estrechez de mente” – Mark Twain reflexioné un poco sobre esta frase y me di cuenta que es muy cierta, comprendí que si quería tener la mejor experiencia de mi vida debía abrir mi mente y mi corazón para entender, aprender y llenarme de vivencias extraordinarias.
Desde que supe que la universidad Icesi me brindaba la oportunidad de realizar una doble titulación en Francia, no dude un segundo en afirmar que eso era lo que quería hacer. Para entonces estaba en segundo semestre, llevaba algunos años estudiando francés (una lengua que me encanta) y una de mis tías que vive en parís todo el tiempo me decía que me fuera a estudiar allá y no era para menos desde que estaba en el colegio eso era lo que yo más quería hacer. De manera que siendo todavía una primípara comencé a indagar e investigar sobre el proceso que debía llevar para prepararme y preparar a mis padres con tiempo, por qué llegar a donde estoy no ha sido nada fácil, ha requerido de mucho esfuerzo y sacrificio por parte mía y de mis padres. Además, el irme a vivir tan lejos, por tanto tiempo no es una decisión que se toma solo ni a la ligera, y como sabemos el tiempo pasa muy rápido y es mejor hacer las cosas con tiempo.
Tengo que decir que jamás olvidare el día que me subí al avión; no deje de pensar ni un segundo cómo sería mi nueva vida, tan lejos de casa y de mis padres. Me imagine mil veces mi apartamento, la ciudad, la universidad y las personas; todo me abrumaba y me asustaba un poco. No obstante, una vez llegué a Montpellier me di cuenta que no era la única que estaba pasando por lo mismo. Montpellier es una ciudad donde maso menos el 45% de sus habitantes son jóvenes y en su mayoría extranjeros, de modo que todo tipo angustia que pudiera tener desapareció cuando empecé a conocer gente y hacer amigos, por qué comprendí que mi situación era igual la de la mayoría de estudiantes con los que me relacionaba. Sin embargo, debo aclarar que sentir el apoyo incondicional de mis padres y saber que están bien y tranquilos con mi estadía tan lejos de casa, ha sido de gran ayuda para sentirme bien y adaptarme más fácil a todos los cambios por lo que estoy pasando y eso me hace muy feliz.
Por otra parte, Montpellier es una ciudad fantástica, con un centro histórico que te enamora desde el primer momento; caminar por sus calles sin dudarlo te hace viajar en el tiempo. Cuenta con un tranvía que recorre todas las zonas de la ciudad y cumple puntualmente con sus horarios, haciendo que muy pocas veces, por no decir ninguna vez, llegues tarde a una clase o a una cita, pues la puntualidad es uno de los valores más importantes para los franceses y eso es una prueba de gran aprendizaje para nosotros. Adicionalmente, como es una ciudad que acoge una gran cantidad de estudiantes de todas partes del mundo, durante toda la semana hay diversos eventos a los que puedes asistir, pasarla bien y hacer muchos amigos. Tienes el mar a unos 40 minutos del centro de la ciudad y para hacerlo más increíble hay muchas
ciudades hermosas cerca de Montpellier que puedes visitar en un día o en un fin de semana a un excelente precio y con tus amigos.
La “Universidad” reconocida como una prestigiosa escuela de negocios, desde que fuimos aceptados han estado muy pendientes de nosotros; de conocer exactamente la forma cómo viviremos los meses que estudiaremos en Montpellier y eso me ha dado mucha tranquilidad. Primero lo hicieron por e-mail y ya estando a acá, quienes trabajan en la oficina de relaciones internacionales nos han brindado toda la información que como estudiantes de intercambio debemos saber, han establecido horarios permanentes durante las dos primeras semanas para que podamos resolver dudas y han habilitado la opción de obtener citas individuales si las necesitamos. Es importante mencionar que el 2 de septiembre nos dieron un agradable recibimiento e idearon un juego en grupos que nos permitió conocer el centro de Montpellier y compartir con otros estudiantes de intercambio, poniéndome a prueba con el idioma, pues ninguno hablaba español, todos éramos de nacionalidades diferentes y hablábamos idiomas muy diferentes, lo que hizo que tuviéramos un día bastante agradable. Me siento feliz, orgullosa y afortunada de ser parte de Montpellier Business School; es una escuela de negocios muy reconocida y estoy segura que me permitirá crecer enormemente como una excelente economista. Vivo muy cerca de la universidad, me puedo ir a pie, tengo la posibilidad de almorzar en casa y de dormir un poco más. Sin embargo, existen cosas a las que no estoy acostumbrada, pero que espero poder acostumbrarme, como por ejemplo el hecho de que el horario de clases cambie cada semana, obligándonos a estar más pendientes de nuestras clases o que los estudiantes tengan total libertad de fumar por todo el campus sin ninguna restricción, y es que en Francia la gente fuma todo el tiempo en todo lugar. Sé que puede haber más cosas diferentes a lo que estoy acostumbrada, pero aún no lo sé, por qué las clases del programa inician el 23 de septiembre, por el momento solo hemos tenido clases intensivas de francés, hecho que me fascina.
En definitiva, amo lo que estoy viviendo, me encanta mi nueva universidad, me fascina conocer gente de diferentes partes del mundo todos los días y aprender algo de sus culturas, es un reto increíble aprender y hablar el francés y es divertido, aunque a veces perezoso, el tener que cocinar, lavar y limpiar todo yo sola. Estoy muy feliz de vivir esta experiencia y deseo regresar a Colombia llena de nuevos conocimientos y anécdotas, con amigos de todas partes del mundo y con muchas ganas de inspirar a mis compañeros Icesitas a que, como yo, se embarquen en esta aventura que no solo nos hace creer profesionalmente, sino también personalmente
“ORGULLOSA DE SER ICESITA Y AGRADECIDA POR LA OPORTUNIDAD DE SER PARTE DE MONTPELLIER BUSINESS SCHOOL”
