¿LOS PAÍSES QUE AUMENTAN SUS EXPORTACIONES LES VA MEJOR? (II)

JOSÉ ROBERTO CONCHA VELÁSQUEZ1, LINA VANESA LOZANO2, RICARDO RUIZ VALDERRAMA3.

1Ph.D Tulane University, New Orleans, USA. Director MBA, Universidad Icesi. Cali. Colombia, Master of Management, Tulane University, Magíster en Ingeniería Industrial y de Sistemas, Universidad del Valle. Ingeniero Químico, Universidad del Valle. email: jrconcha@icesi.edu.co

2Estudiante Economía y Negocios Internacionales, Universidad Icesi. Cali.

3Estudiante de Economía y Negocios Internacionales, Universidad Icesi. Cali.

Fecha de recepción: 8-2-2005 Fecha de aceptación: 31-5-2005


SUMMARY

This research shows the correlations between the total exports and the Gini index for a sample of fourteen countries during the period: 1992- 2002. The study confirm the hypotheses that when the countries increase the exportations, the index Gini also increases, showing a deterioration of the distribution of the income. This tendency is confirmed for twelve of the fourteen countries, except for United States and Colombia, where the increase in exportations are showing a better distribution of the income.

KEY WORDS

Gini index, exportations, income distribution, social effects.

Rating: A

RESUMEN

Esta investigación realiza comparaciones entre las exportaciones totales y el índice Gini, en una muestra de catorce países para los años de 1992 al 2002, constatando que a medida que aumentan sus exportaciones totales los países aumentan también sus índices de desigualdad con excepción de Colombia y Estados Unidos.

PALABRAS CLAVE

Indice Gini, exportaciones, distribución del ingreso, efectos sociales.

Clasificación: A


INTRODUCCIÓN

Para comenzar se puede decir que esta investigación pretende confirmar o negar la hipótesis que a «los países que aumentan sus exportaciones les va mejor». Para ello se diseñó una muestra que representara de forma homogénea los países de los cinco continentes tomando como base el período 1992-2002. Sin embargo, debido a la dificultad para encontrar información relacionada con el índice Gini en muchos países durante la década base del estudio, se decidió modificar el procedimiento para finalmente trabajar sólo con los países que tenían más de cinco datos sobre el Gini en el período en cuestión (con excepción de Estados Unidos e India que sólo tienen cuatro datos cada uno).

Sobre el tema de las exportaciones es posible afirmar que las personas piensan que los países que exportan mayores cantidades de bienes y servicios y tienen una mayor apertura económica presentan menores índices de desigualdad. La razón es que se generan más oportunidades de empleo con mayores ingresos, lo que a su vez provoca crecimiento económico. Igualmente, consideran la apertura económica como un sinónimo de crecimiento, sin tener en cuenta los efectos sociales que ésta trae consigo. Por tales preocupaciones, el principal interés de este estudio es analizar cómo el incremento en las exportaciones afecta los índices de igualdad o de desigualdad en los diferentes países seleccionados.

Es importante señalar que la preocupación por la adecuada medición de la desigualdad, como la de la pobreza, ha sido uno de los temas centrales de interés del premio Nóbel de Economía Amartya Sen.1 Este autor argumenta que las características de la desigualdad en diferentes ámbitos, tales como el ingreso, la riqueza o la felicidad, tienden a ser divergentes entre sí. De este modo, la igualdad medida en una dimensión puede no coincidir con otras.

En cuanto a los indicadores disponibles para estudiar la desigualdad en el mundo, por el momento, existen el coeficiente de Gini y los porcentajes de riqueza que concentran porcentajes correspondientes de población, en cada país; aunque, para este estudio, sólo tendremos en cuenta el coeficiente Gini.

El coeficiente Gini es pues una de las formas estadísticas más conocidas y utilizadas para medir la distribución del ingreso (en términos de desigualdad), este es empleado para hacer comparaciones de distribuciones entre distintos años o países, varía entre 0, que representa el valor mínimo (ausencia de desigualdad), y 1, que es el grado máximo de desigualdad.

Además, es importante mencionar que este índice de desigualdad puede definirse a partir de la Curva de Lorenz. De allí que en el Gráfico 1 el eje horizontal representa el porcentaje acumulado de los individuos u hogares ordenados de modo ascendente en función de su nivel de ingresos, mientras que en el eje vertical se indica el porcentaje acumulado del ingreso que perciben esos individuos u hogares. La diagonal de 45° (línea de equidistribución) muestra la situación teórica de perfecta igualdad en la distribución del ingreso, donde el 50% de la población percibe el 50% de los ingresos. La Curva de Lorenz refleja entonces la distribución del ingreso real en una sociedad. En consecuencia, cuanto más cercana está la Curva de Lorenz a la diagonal, más igualitaria es la distribución del ingreso en una comunidad; y a la inversa, cuanto más se aleja de la línea de equidistribución, mayor es la desigualdad del ingreso (como se muestra en el Gráfico1, donde el 50% de la población percibe sólo el 15% de los ingresos).

El Coeficiente de Gini es el cociente del área comprendida entre la diagonal de 45° y la Curva de Lorenz (área A), sobre el área constituida por el triángulo debajo de la línea de 45° graficada como (A + B). En la práctica se calcula con diversas fórmulas y metodologías que arrojan resultados no siempre equivalentes. Valores de hasta 0,30 (que se ven en Polonia y Suecia) reflejan una distribución del ingreso equitativa. Se puede hablar de situaciones de desigualdad a partir de 0,40 y hasta 0,60, intervalo donde se encuentran en su mayoría los países latinoamericanos. Por encima de 0,60 el índice expresa una distribución gravemente inequitativa.

Además, es importante hacer referencia a que hay diferentes maneras de distribuir el ingreso, existen diversos enfoques y, según la unidad de estudio, puede ser: geográfico-espacial, funcional o personal. La primera es aquella que marca diferencias de espacios entre habitantes de distintas regiones donde estas diferencias espaciales del ingreso se derivan de la distribución física. La distribución sectorial se obtiene al repartir las rentas de la producción entre los distintos sectores de esta, esto se refiere a la distribución de la producción en sectores primario, secundario y terciario. La distribución funcional muestra las rentas según su participación en el ingreso nacional de la economía, es decir de acuerdo con los ingresos de los diversos propietarios, según la función de los factores productivos: tierra, trabajo, capital. Salvador Brand plantea que una alta concentración de la propiedad de los factores de capital y tierra genera que gran parte del ingreso del proceso productivo fluya en manos de quienes poseen estos factores y por eso no se genere una distribución equitativa de los ingresos.2

Para la evaluación de este estudio se tomaron los datos de las exportaciones totales de los catorce países para los años entre 1992 y 2001 de la WDI (World Development Indicators) y para recopilación de datos del coeficiente Gini se utilizaron las bases de datos del Banco Mundial, la WDI y la ONU.

ANTECEDENTES

Existe una amplia literatura sobre los impactos de la apertura comercial en la distribución del ingreso. El estudio realizado por Chakrabarti en el 2000, con una muestra de 73 países, revela que el comercio reduce las desigualdades existentes entre las diferentes clases sociales.3 Sin embargo, hay aún muchas controversias sobre el impacto que tiene el comercio en la disminución de las desigualdades de ingresos de las personas en los distintos países.4 Por su parte Wood (1994) atribuye casi las dos terceras partes de las desigualdades salariales al comercio, mientras que Lawrence y Slaughter (1993) argumentan que ninguna diferencia salarial puede ser explicada por el comercio.5

De acuerdo con la teoría estándar de comercio internacional, y en especial con el teorema de Hecksher - Ohlin, se espera que con la liberalización del comercio se produzca un cambio en la composición de la producción hacia los sectores que hacen uso intensivo de un factor relativamente abundante. De esta forma se esperaría que la producción se dirigiera hacia aquellas industrias que hacen uso intensivo del factor trabajo aprovechando la ventaja comparativa y que este movimiento se tradujera en una mayor demanda de trabajo. Adicionalmente, según el teorema de Stolper - Samuelson, la liberalización del comercio beneficiaría a los factores relativamente abundantes, por las mayores remuneraciones que reciben.

La evidencia empírica basada en la muestra de los catorce países que se tomó para realizar la investigación sugiere, no obstante, resultados contrarios a los que predice la teoría convencional. De allí que se pueda decir que para el caso de algunos países, como el de México por ejemplo, se encontró que los procesos de apertura generaron una reducción en la demanda relativa de trabajo de baja calificación, afectando el empleo en los sectores intensivos en este tipo de trabajo y los niveles de empleo total.6 Sin embargo, lo que provoca un deterioro en la distribución del ingreso no es la apertura sino el hecho de que la disminución de los aranceles a los bienes de capital induce a un cambio tecnológico sesgado hacia el trabajo calificado, aumentando la demanda relativa de este tipo de trabajo.

En Colombia, utilizando herramientas distintas se han observado evidencias que están en contravía de la teoría convencional, Mesa y Gutiérrez (1996) encuentran que la liberalización comercial conllevó una reducción de la proporción en el número de trabajadores no calificados en el sector industrial, acompañadas de un aumento en la brecha salarial.7 Ocampo et. al. (1998), Robbins (1995) y (1998) y Ocampo et al. (2002) consideran el mismo impacto de la apertura comercial sobre la brecha salarial por nivel de calificación y lo explican por el cambio en la composición de la demanda laboral por mayor mano de obra calificada, la reducción en la demanda de mano de obra total y el incremento en la inversión de capital fijo, asociados a la apertura comercial. Robbins (1996) sugiere que la internacionalización de las economías y la transferencia tecnológica involucrada están sesgadas a favor del trabajo calificado.

Rodrik (1997) apunta que el aumento en la elasticidad de la demanda de trabajo derivado de la internacionalización de los mercados y la posibilidad de relocalización de la producción es un efecto generalizado para todos los países y afecta especialmente a los trabajadores con menores niveles de calificación.8 Behrman et al. (2000), encontraron, para 18 países de América Latina entre 1980 y 1998, que es el cambio tecnológico más que el incremento en los flujos comerciales el canal directo por medio del cual el conjunto de reformas estructurales afectó la desigualdad en los salarios.9

Se puede entonces hacer alusión al hecho de que teniendo en cuenta los resultados arrojados por la investigación (que con un aumento de las exportaciones no disminuye el índice de coeficiente Gini sino que por el contrario éste aumenta), se hace evidente la necesidad de implementar reformas estructurales más profundas y estrategias de reducción de la pobreza. Además, es de suma importancia para los países el poder alcanzar un crecimiento rápido y sostenido, que conlleve a la reducción de la pobreza. Sin embargo, y aunque esta política permanece en la mayoría de los países como la de máxima prioridad, la desigualdad de los ingresos se ha incrementado, en detrimento de los más pobres.

En consecuencia, se podía afirmar que las diversas reformas que se han llevado a cabo en los diferentes países han sido insuficientes, bajas en intensidad e incapaces de traer la sustancial y tan esperada transformación de la distribución del ingreso. En consecuencia, se hace necesario efectuar cambios drásticos y definitivos que vayan acompañados de políticas sociales que de forma progresiva permitan alcanzar un crecimiento económico sólido y sostenible, así como reducciones en la pobreza y la desigualdad.

El nivel de pobreza está determinado directamente por el comportamiento del ingreso real de la población y la distribución del ingreso, depende a su vez, directamente de todas aquellas variables que determinan el ingreso real. En ese sentido el nivel de pobreza alcanzado en un determinado período va a depender del crecimiento económico, del nivel de inversión, del comportamiento de los precios, de las exportaciones, de la política fiscal, de la política monetaria, de la política cambiaria, del desempleo y de la productividad.10 De allí que se puede decir que en cuanto a las exportaciones de los países, las estrategias de promoción de estas han sido criticadas por sus inconsistencias, sus limitaciones, sus efectos redistributivos insuficientes e insignificantes ante la incapacidad de generar una disminución en los niveles de pobreza y de desigualdad.

En este sentido, la evolución del nivel de pobreza de una población puede ser considerada como un indicador del desempeño económico de un país y de la eficacia de las políticas económicas aplicadas. La política económica en general será eficaz desde el punto de vista social si ella logra que la economía evolucione de tal manera que sea capaz de mejorar el nivel de vida de la población porque si por el contrario, el ingreso real o el poder adquisitivo se reducen, las políticas económicas habrán fracasado.

Se debe hacer referencia a que el ataque a la pobreza, en el corto plazo, debería concentrar sus esfuerzos en el mejoramiento de los ingresos reales ya que la redistribución del ingreso es un fenómeno que opera más lentamente y, por lo tanto, sus efectos sobre la pobreza son de mediano y largo plazos.

Se alude al hecho que los resultados del estudio que muestran que cuando aumentan las exportaciones el índice Gini aumenta también, puede ser en gran medida debido a que los factores más determinantes de la desigualdad de la distribución de los ingresos entre los hogares son las diferencias de escolaridad, las disparidades regionales, las diferencias en las condiciones laborales en los diversos sectores económicos y las disparidades en el ámbito urbano-rural. Igualmente, en el mercado laboral hay factores que contribuyen a la desigualdad como el crecimiento de la informalidad y la situación de la mujer trabajadora. Por ello, se puede decir que estos podrían ser algunos de los factores que influyen en el hecho de que no disminuya el índice Gini al aumentar las exportaciones en los países (con excepción de Estados Unidos y de Colombia).

Los sistemas económicos llevan un ciclo que regula el funcionamiento de la economía, este ciclo funcionará adecuadamente si se cuenta con un contexto internacional favorable, así como con un sistema político-leyes e instituciones transparentes y viablesy un sistema económico estable, que se reflejará entonces en una mayor estabilidad social. De allí que con una mejor situación económica y el crecimiento económico nacional se logrará también una mejor distribución de los ingresos. En caso contrario, de no contarse con una prosperidad económica, o de contar con ella, pero no redistribuirse adecuadamente las ganancias, habrá manifestaciones negativas que se reflejarían en los ámbitos social, internacional, de seguridad nacional, o en discordancias económicas que revelarían la parte de la pobreza, la marginación y posibles descontentos sociales.

MUESTRA

Inicialmente, con el propósito de obtener una representativa se escogieron países desarrollados, en vías de desarrollo y emergentes de los diferentes continentes que sumaban en total 42. Sin embargo, su estudio estaba condicionado a la disponibilidad de datos estadísticos del índice del coeficiente Gini suficientes y válidos. Por ser el coeficiente Gini un indicador de difícil recolección, la muestra debió ser reducida hasta quedar finalmente con catorce países, entre los que están Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, China, Colombia, Costa Rica, Estados Unidos, Honduras, India, Panamá, Polonia, Suecia y Uruguay durante los años de 1992 y 2002. Para estos datos se buscaron el coeficiente Gini y las exportaciones en dicho período.

CONCLUSIONES

Como se ha determinado en los distintos estudios, se podría concluir de esta investigación bibliográfica que un aumento en el comercio internacional resultado de una apertura económica, no tiene efectos perversos en la distribución y en la pobreza, sino más bien es el cambio tecnológico asociado a la liberación e internacionalización de la economía quien pone la balanza a favor de los calificados, afectando así la igualdad en estos países, por lo que un aumento de las exportaciones llevaría a un aumento en la desigualdad por medio del coeficiente Gini, ya que al necesitar mayor mano de obra calificada para manejar la maquinaria tecnológica para llegar a la competitividad internacional y exportar, deja por fuera una porción de mano de obra no calificada que en el caso de muchos de los países constituye la gran mayoría. Así mismo, se puede decir que para combatir la pobreza y la desigualdad constituye una necesidad la implementación de cambios definitivos (y que surtan efecto) en la estructura macroeconómica de los países. De igual forma, y para evitar problemas de descontento social que podrían tener consecuencias funestas en un país, es necesario realizar reformas políticas, económicas y sociales que fomenten, por ejemplo, la educación, la seguridad social, y que mejoren la calidad de vida de las personas; es preciso entonces enfocar el gasto gubernamental en los menos favorecidos, siempre y cuando esto no se haga a costa de los empresarios. Igualmente, es importante asegurarse de que las medidas gubernamentales tomadas no conlleven a que se genere una concentración de los ingresos en las capas más altas de la población, es decir, que no se produzca una ampliación - aunque poca- de los ingresos de los niveles más bajos de la población, una disminución de la participación de la clase media en el ingreso nacional y un amplio aumento de los ingresos en los estratos altos. La concentración de los ingresos es síntoma de desigualdad, lo cual tiene consecuencias en el bienestar de la población en lo que respecta al acceso y disponibilidad de recursos, selección de satisfactores de necesidades básicas, potencialización de las capacidades y desarrollo de habilidades del individuo, etc. La equidad requiere de una mayor distribución del ingreso y de la propiedad, empleo, etc.

Por último, en cuanto al estudio realizado es indispensable hacer alusión a las correlaciones, teniendo en cuenta que cuando esta es positiva y alta lo que significa en teoría, es que con un aumento de las exportaciones se dé un aumento del índice Gini, como sucede en países como Argentina, Bolivia, Uruguay, China, Chile, Costa Rica y Honduras, lo que nos llevaría a concluir nuevamente a favor de lo visto bibliográficamente. Mientras que si la correlación es negativa lo que traduce es que al aumentar las exportaciones, el índice Gini disminuye, como sucede en países tales como Colombia y Estados Unidos, que posiblemente por su estructura social y económica demuestran lo contrario. Igualmente estos cambios se pueden observar con más claridad en los gráficos presentados en la hoja de Anexos, donde se muestra la curva de exportaciones versus la curva del coeficiente Gini durante los años comprendidos para cada país de la muestra de estudio.

De acuerdo con esta muestra se puede observar que para la mayoría de los países la curva de exportaciones tiene la misma tendencia creciente que la curva del coeficiente Gini, lo que confirma una correlación positiva entre ambas. Por otra parte, se constata que en este estudio existen dos excepciones, como se había comentado anteriormente, que es el caso de Colombia y Estados Unidos que gráficamente muestran lo contrario y su correlación es negativa.

Por último, gráficamente en los últimos años se puede observar una tendencia de la curva del coeficiente Gini hacia una menor desigualdad en varios de los países, lo que deja la esperanza de que en los próximos años esta sea la tendencia marcada en la mayoría de ellos.

NOTAS AL PIE DE PÁGINA

1. Amartya Sen, «Sobre conceptos y medidas de pobreza», Comercio Exterior, vol. 42, núm. 4, abril, México, 1992.

2. Salvador, Califa. La distribución del ingreso, una reconsideración del problema distributivo.

3. Chakrabarti, Avik, 2000. Do nations that trade more have a more unequal distribution of income? University of Wisconsin, Milwaukee.

4. José Roberto Concha Velásquez ¿Cuando los países aumentan sus exportaciones les va mejor? Departamento de Mercadeo, Universidad ICESI, Colombia.

5. Koushik Ghosh, Saunders Peter J, Biswas Basudeb. An empirical investigation of the relations among wage differentials, productivity growth, and trade. Contemporary Economic Policy. Vol. 20, Issue 1, Pg 83-92. Jan 2002. Hungtington Beach.

6. Varios trabajos sustentan esta evidencia. Para México ver Cragg y Epelbaum (1996), Feenstra y Jonson (1997) y Hanson y Harrison (1999); para Costa Rica Robbins y Gindling (1999), y Robbins (1994) para el caso chileno.

7. Adicionalmente encontraron que la profundización de la brecha salarial está asociada con el sesgo en la demanda de mano de obra hacia trabajadores con mayores niveles de calificación que se produjo en los sectores intensivos en mano de obra poco calificada que presentaron un mayor deterioro en sus balanzas comerciales, mientras que en las industrias con mayores índices de trabajadores sindicalizados e intensivas en el uso de trabajo calificado y capital, la brecha salarial no se aumentó.

8. En concreto, aumenta el costo no laboral que deben asumir, aumenta la volatilidad de sus ingresos y las horas trabajadas frente a los choques de demanda y reduce el poder de negociación, afectando la distribución del ingreso y las relaciones de empleo en general.

9. Analizan el impacto conjunto de seis reformas específicas: Liberalización de la cuenta de capitales, comercial, reforma al mercado laboral, tributaria, privatización de las empresas estatales y liberalización de los mercados financieros domésticos.

10. Matías Riutort y Ronald Balza (2001) «Salario real, tipo de cambio real y pobreza». Instituto de investigaciones económicas y sociales.


BIBLIOGRAFÍA

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