Alianza del Pacífico, ¿llegó el momento de consolidarse?
En el segundo semestre de este año, tres de los cuatro países miembro de la Alianza del Pacífico (AP) alcanzaron récords históricos: en Chile, el precio del dólar alcanzó su máximo de los últimos doce años, mientras que Colombia y México superaron marcas históricas en el precio del dólar, por lo que sus monedas nacionales entraron en el top 10 de las más devaluadas del mundo. Con la devaluación de estas monedas frente al dólar, se esperaba que las exportaciones de estos países aumentaran. Sin embargo, esto no ha ocurrido. Por el contrario, de acuerdo a los últimos datos publicados por los diferentes institutos nacionales de estadística, en el mes de julio las exportaciones cayeron en los cuatro miembros de la AP: 17,7% en Chile, 40,5% en Colombia, 2,6% en México y 16,0% en Perú. Esta contradictoria situación puede entenderse a partir de dos hechos: la desaceleración económica de China, destino de gran parte de las exportaciones de estos países, y la caída en los precios internacionales de los commodities. El efecto que estos dos hechos han tenido sobre el desempeño económico de los países miembros de la AP conlleva entonces a preguntarse cómo evitarán estos cuatro países una reprimarización de sus economías. Hasta el momento, diferentes analistas coinciden en que la AP debe generar cadenas productivas que sumen valor agregado a las exportaciones y que dinamicen otros sectores económicos con potencial para exportar. En este sentido, sectores como el de automotores en Colombia y México, y el de alimentos en Chile y Perú, han incrementado sus exportaciones a pesar del contexto económico internacional. No obstante, es importante que la AP no se convierta en una etiqueta compartida entre un conjunto de países que actúan de manera independiente en el plano comercial, por el contrario, que se consolide como una plataforma de integración en medio de la actual coyuntura económica.