Boletín de Prensa #032

Prólogo 

ANGELICA azul

Angélica Burbano Collazos

Estudié ingeniería industrial, trabajé por casi 8 años en la industria de alimentos. Realicé una especialización en Gerencia de Producción, una maestría en Administración y el doctorado en Ingeniería. Actualmente me desempeño como jefe del Departamento de Ingeniería Industrial de la Universidad Icesi, institución en la que he crecido durante los últimos 21 años.

Me he desempeñado como directora de programa de pregrado, directora de maestría y en paralelo un rol que disfruto mucho, ser profe. Amo lo que hago, aprender y enseñar. Trabajo de la mano de los profesores del departamento en la elaboración de ambientes de aprendizaje y acompaño a los estudiantes en su paso por la universidad para que disfruten lo que hacen. Mis áreas de investigación han estado relacionadas con la ingeniería industrial y recientemente investigo sobre cómo aprendemos y cómo enseñamos. Después de muchos años he desarrollado mi pasión por la lectura y la escritura, quiero ser escritora de cuentos. El rol que más disfruto es el de mamá de Sofi y Juanpa, además de compañera de vida de Ignacio, la luz que siempre me acompaña. Me encanta bailar, leer de cosmología andina y me declaro amante de los gatos.

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Después de experimentar lo que debe sentir uno de mis estudiantes cuando le devuelvo su anteproyecto corregido, vuelvo a empezar. Sigo intentando escribir para el proyecto editorial Las Profes. No ha sido fácil. Me cuesta escribir de manera diferente, estoy acostumbrada al formato del artículo científico. Eso era lo que le había entregado a mi tutora de escritura: un texto escueto con introducción, metodología, resultados, conclusiones y cierre, hasta con referencias. Lo intentaré de nuevo tomando sus enseñanzas: “escribe con el corazón y ten siempre presente a quién le escribes”.

Soy una investigadora que se hace mil preguntas mientras está inmersa en la realidad de ser jefe de un área académica. Para responderlas, aprendí a leer sobre autores y temas distintos a los de mi disciplina, tanto así que, en una de esas búsquedas incesantes, encontré –y quedé atrapada– a autores como Lipovetsky y Bauman, a quienes considero fascinantes porque me han dado nuevas perspectivas para entenderme y entender mi entorno. Como expresé antes, soy una jefa que quiere mejorar los procesos a su cargo, que tiene la esperanza de hacer su trabajo y el de los demás integrantes del equipo mucho más sencillo y ameno, que disfruta lo que hace, que me encantan los retos, que se pone triste a veces y no sabe por qué. Soy también una jefa que se esmera por sacarle tiempo a todo, sin sacrificar el tiempo familiar y personal.

También soy una profesora que pasó por una depresión –más de un año en tratamiento psicológico– por un “no encontrarse” después de su regreso del doctorado, hace ya casi siete años. Y, tal vez ese “no encontrarse” se deba a que quería o imaginaba algo distinto tras mi regreso, porque lo que deseaba era investigar y hacerlo todo sola. Pero como nada sucede tal y como lo esperas, debí y logré reinventarme, pude aprovechar mi formación como investigadora para ser jefa de un área académica, dimensión que no dominaba del todo en ese momento.

A la luz de mi trabajo y de los proyectos realizados en los últimos cinco años he identificado una serie de principios, que me llevaron a dos “descubrimientos” y que quiero compartir en este texto. Además, quiero contar cómo llegué a ellos y por qué han hecho click con mi realidad, así como cuando un estudiante hace click con algo que le tratamos de explicar y podemos ver en sus ojos que nos entiende y que todo cobra un sentido de ahí en adelante. Esos dos “descubrimientos” me llevan a ver mi trabajo de una manera diferente y permiten que lo disfrute, a pesar de lo sola que a veces me siento y de lo retador que llega a ser el jugar en el equipo como la jefa.

El primero de los “descubrimientos” es el concepto de comunidades de aprendizaje y, el segundo, el de reflexión colaborativa. Espero a ustedes también les hagan click y más si tienen a su cargo una unidad académica o un trabajo que les demande motivar a otros, mejorar procesos sin dejar de ser lo que se es y disfrutar de lo que se hace.

Primer descubrimiento

Después de la visita de los pares de ABET, en el año 2016, era claro para mí que necesitábamos promover y avanzar en el tema de desarrollo de los profesores (faculty development). Quedé con la inquietud, o más bien la tarea, de hacer un plan de formación para los profesores del departamento de ingeniería industrial y debo confesar que no terminaba de tener claro cómo hacerlo. Inicié como cuando un estudiante tiene un proyecto y comienza a hacer la revisión de la literatura en el tema de interés. Encontré y revisé varios artículos, pero me llamaba la atención que eran de la década pasada. Esa búsqueda también estuvo unida al interés de revisar lo que tenemos adelantado en nuestra institución en cuanto a aprendizaje activo, así como la relación que podía existir en- tre las diferentes prácticas de aprendizaje activo y el desarrollo de las competencias de los estudiantes. Entonces, con un grupo de colegas, con quienes comparto ideas –me divierto montones mientras conversamos–, logramos estructurar un proyecto para la convocatoria interna para financiación de proyectos de investigación del año 2017. Considerando los antecedentes de Icesi que, desde su Proyecto Educativo Institucional (PEI), declara el aprendizaje activo como uno de sus pilares, el proyecto trata de resolver las inquietudes planteadas frente a las necesidades de formación de los docentes y también respecto a cómo estamos enseñando. Nos planteamos inicialmente la siguiente pregunta: ¿qué entendemos por aprendizaje activo? Para resolverla realizamos una encuesta a profesores de la Facultad de Ingeniería en el primer semestre de 2017, aplicada a 144 docentes. Obtuvimos las respuestas necesarias para considerar los resultados como “válidos”, pero lo interesante no eran los datos numéricos como tal, sino las discusiones y los eventos que se generaron a partir de ellos.

La primera parte de la encuesta indagaba respecto a los participantes y su formación. Sólo para destacar algunos hallazgos: los docentes hora cátedra constituyeron el 58 % de la muestra y, con relación a la pregunta sobre participación en programas de capacitación en docencia o pedagogía, las respuestas indicaron que el 75 % de los encuestados sí recibió alguna capacitación y el 25 % restante, no. Cabe resaltar que el 57 % de los docentes que manifestó haber participado en programas de capacitación realizó el Diplomado en Docencia Universitaria, ofrecido por el Centro de Recursos para el Aprendizaje (CREA), de la Universidad Icesi.

En la segunda parte de la encuesta indagaba por el aprendizaje activo y una posible definición. El resultado fue similar al que se registró en otros artículos revisados: no es posible definirlo como tal, pero sí sabemos que es todo lo que hagamos para que el estudiante actúe y aprenda de manera diferente a la de estar simplemente sentado, frente a nosotros, y escuchándonos. Le preguntamos también a los profesores por las actividades de aprendizaje activo que realizaban. Clasificamos las actividades reportadas por ellos, de acuerdo con un marco de referencia ya existente, y encontramos que el 73 % de las actividades reportadas fueron clasificadas y cayeron en la definición común de “actividad de aplicación”. El porcentaje restante de las actividades reportadas no “cuadraban” en ese marco de referencia y las analizamos una a una. Tuvimos evidencia de que la actividad “leer antes de clase” corresponde a la mitad de dichas actividades que no pudimos clasificar. Este hallazgo nos permitió iniciar reuniones con los profesores para tratar de entender lo que había detrás de sus respuestas. La lectura como tal antes de clase no es aprendizaje activo per se, es un recurso que puede ser utilizado para desarrollar una actividad en clase. Logramos aclarar las diferencias entre recursos y actividades. Además, escuchando a los profesores, pudimos identificar algunas de sus necesidades de capacitación.

Los resultados de la encuesta fueron una provocación. Además de la socialización, propusimos un plan de capacitación con expertos internacionales para la Facultad de Ingeniería, en 2018. Todo ello, alineado con los esfuerzos institucionales de formación docente de la Universidad Icesi. Durante ese año se desarrolló en paralelo un espacio denominado Lunch and Learn, cuyo objetivo fue generar discusiones frente a un tema de interés común. Hicimos tres cada semestre durante ese año.

Ya para el 2019 se organizó un evento a finales del primer semestre, en el que se presentaron experiencias de profesores que habían transformado sus cursos. Como alguno de ellos no lo hizo directamente en relación con las capacitaciones que ofrecimos, surgió la necesidad de indagar con ellos cómo llegaron a tales cambios. Esta indagación será uno de nuestros siguientes pasos, lo que contempla, entonces, la elaboración de los instrumentos para las entrevistas y las observaciones de aula que permitan entender estos casos particulares y evaluar el impacto de la formación docente en las transformaciones de los cursos. Este proyecto aún continúa y los hallazgos existentes a la fecha fueron presentados en la Conferencia de la American Society for Engineering Education, ASEE, 2019, con el artículo Active Learning: Faculty Minsets and the Need for Faculty Development.

Lo que aprendí: comunidades de aprendizaje

Si me preguntan qué ha sido lo más más interesante de este proceso, diría que poder ver y dimensionar que en el campo de la educación en ingeniería hay aún mucho por avanzar, y no sólo en las instituciones de Colombia sino también en lo que aún queda por seguir en la senda ya recorrida por algunas instituciones e investigadores de Estados Unidos y de Europa. En ese sentido, me queda siempre la sensación y satisfacción de que vamos por buen camino y estamos en capacidad de adaptar, adoptar y mejorar una vez hayamos establecido las brechas y las oportunidades. Es importante, entonces, estructurar un proyecto, con referentes internacionales tanto en bibliografía como con expertos que nos visiten, eso nos ayuda a establecer la brecha internacional y local.

Desde mi rol de jefa es importante no tanto obligar a los profesores a seguir un plan de capacitación, sino más bien tratar de tener una oferta coherente y ajustada a sus necesidades y a su disciplina. Considero que lo importante es tener claridad sobre cuáles son las competencias que debe tener ese profesor y que esos planes de formación, tanto a nivel de facultad como los institucionales, estén alineados en ese sentido y que le permitan desarrollarlas.

Después de terminar la primera fase de este proyecto me doy cuenta de que no es suficiente el plan ni las competencias que se puedan definir, lo serán en cambio las comunidades de aprendizaje, ya que éstas per- miten que uno pueda facilitar que, entre varios docentes interesados en un tema, aprendamos y desarrollemos las competencias requeridas para nuestro rol. Compartir lo que hacemos nos nutre a todos, es un aprendizaje en ambas vías.

Un profesor aprende si está interesado y si comparte con otros. La mayoría de los profesores están interesados en compartir sus experiencias y en aprender, la participación en el evento de finales del primer semestre de 2019 es una muestra de ello. De hecho, quieren que se repita. Esos momentos de reunión son indescriptibles, todos nos emocionamos, o bueno yo me emociono. Aprendo cuando le cuento a otros lo que hago en mi clase y los que me ven aprenden también.

Retos identificados: el tiempo que tanto nos hace falta

Entre los retos está encontrar la forma de sacarle el tiempo a los proyectos, a las capacitaciones y a las reuniones. Sé que no es fácil encontrar el tiempo para poder coincidir, pero respetar las agendas y programar sesiones con agendas de todos a la mano, facilita esta ardua tarea.

También está el trabajo en equipo, que en este proyecto se observa en la cooperación entre la Facultad de Ingeniería y el CREA, que ha sido, además, fundamental. Si bien no es fácil coordinar esfuerzos y agendas, lo hemos logrado, quizá por esa convicción firme que todos tenemos en el poder de la educación y la calidad para ofrecer a los estudiantes. La falta de trabajo en equipo se evidencia en la existencia aún de proyectos por departamento, contamos con pocos proyectos interdisciplinarios entre profesores y estudiantes de la facultad, por ello, es necesario encontrar los mecanismos para poder fomentar y coordinar trabajos conjuntos.

Otro reto es la financiación. En Colombia contamos con recursos limitados para hacer proyectos de educación en ingeniería, a diferencia de Estados Unidos donde se cuenta con fondos de National Science Foundation (NFS). Por eso, resalto lo que hemos logrado, se requiere el apoyo de una institución como Icesi para lograr este tipo avances que, aunque incipientes, son el inicio de un camino que hay que continuar. En Icesi contamos con la convocatoria interna que permite o facilita este tipo de iniciativas, pero que aún necesitamos más apoyo.

Segundo descubrimiento

A mi segundo descubrimiento llegué después de la revisión del artículo que presentamos para la Conferencia de la ASEE 2018: Engaging Faculty in Continuous Improvement: the Context of an ABET Accreditation Process. Fue durante el proceso de revisión por pares del artículo que uno de ellos me indicó que debía acercarme a esa literatura relacionada con reflexión colaborativa. Fue muy interesante para mí descubrir este tema y ver cómo estaba relacionado con lo que estábamos adelantando en la Facultad de Ingeniería, en el marco del proceso de mejora continua. El par evaluador también me cuestionó frente a lo que podían estar pensando los profesores de la propuesta que planteaba y de cómo involucrarlos en procesos de mejora continua. De esta conversación surgieron también conversaciones con los profesores. Este proyecto nació como un requerimiento y también como una necesidad desde mi rol que debe de alguna manera hacer que los indicadores de la acreditación internacional se cumplan.

Como jefa de departamento he recibido las inquietudes de los profesores respecto al proceso que los llevaba a “reflexionar” como si fuera una orden en sí misma o una obligación al final de cada semestre. Eso me llevó a preguntar ¿Cómo se puede mejorar ese proceso? Esa inquietud que tenía resonó en un pequeño grupo de directivos académicos de la facultad con el que nos reunimos semanalmente. Son reuniones amenas, a veces estresantes pero interesantes y puedo decir que las disfruto. Todos estamos interesados en temas de calidad en la educación y mejora continua. Pasamos de reunirnos inicialmente por obligación, liderando la acreditación ABET, y ahora por iniciativa propia para sacar adelante proyectos de interés común, como parte del proceso de mejora continua que estábamos consolidando.

En un sistema de gestión de la calidad se establece que debe quedar evidencias de la mejora de los cursos. para ello se diseñó un portafolio docente, que es alimentado con el programa del curso, las evidencias de los trabajos y evaluaciones realizadas, también se debe incluir el memorando reflexivo. El memorando reflexivo es un elemento fundamental del portafolio, que no puedo negar es difícil de diligenciar si se llena al final del curso; es recomendable, entonces, llevarlo como una bitácora del curso y hacer anotaciones en aquel con frecuencia.

Desde mi rol en la búsqueda de cómo alivianar esas cargas y poder alinear esfuerzos fue que concebí la idea de presentar un resumen para la ASEE 2018 como estrategia para formalizar el proyecto que ya estaba rodando. Fue así como tomé la iniciativa de presentar a la ASEE 2018 lo que habíamos desarrollado: en nombre del equipo de trabajo presenté el articulo a nombre de todos lo que colaboramos en esta iniciativa.

Desde diciembre de 2017 se están realizando reuniones de reflexión colaborativa al cierre de cada semestre (semana 20-22) una mañana completa. La tarea para esa reunión es llevar el portafolio y el memorando diligenciado. Las reuniones de reflexión colaborativa son productivas y amenas, son mejor que llenar el memorando reflexivo, lo dicen los mismos profesores. Nos organizamos por bloques o áreas curriculares, los profesores hablan lo que no han podido conversar durante el semestre, incluso se conocen los que nunca se han visto, nos reímos. En estas reuniones se revisa la alineación entre los cursos, qué le “entrega” un curso a otros, se proponen acciones de mejora y se revisan los resultados de acciones previas.

Lo que aprendí: reflexión colaborativa

El tema de la mejora continua de los cursos y cómo el profesor en su reflexión puede contribuir no sólo a la mejora de su curso sino también a mejorarse a sí mismo, nos llevó a encontrar que la reflexión con otros puede ser más productiva que una reflexión individual tal como se “exigía” semestralmente al diligenciar el memorando reflexivo o autoevaluación. Preguntarles a los profesores es fundamental, haber realizado focus groups con ellos para revisar su percepción frente al memorando reflexivo arrojó resultados importantes, fueron ellos mismos quienes indicaron que no querían seguir reflexionando en solitario.

Es aquí donde también aprendo que la autoevaluación en sí misma puede ser útil, cuando entendemos para qué sirve y por qué se exige, pero puede ser más productiva cuando lo hacemos con otros. Porque cuando compartimos nuestras reflexiones con profesores de áreas curriculares (o bloques) encontramos que tenemos inquietudes similares y que podemos llegar a encontrar soluciones sencillas y fáciles de implementar para resolver los problemas de alineación que pueden darse en nuestros cursos. Así como los estudiantes aprenden cuando están con otros, nosotros como profesores también lo hacemos cuando compartimos lo que hacemos, compartimos nuestras reflexiones.

Organizar un proyecto para una conferencia internacional en educación en ingeniería como la ASEE ayuda a encontrar referentes en procesos que estamos realizando, sometiéndonos a una rigurosa revisión por pares in- ternacionales que nos ayuda a mejorar. De esa manera podemos aprender cómo lo hacen en otros países e instituciones e incluso hacerlo mejor.

Es importante darle sentido e importancia a lo que como jefa debo exigir para contribuir al funcionamiento del sistema de aseguramiento de la calidad de los aprendizajes, en este caso es importante no obligar, hasta donde se pueda, a los docentes sino convencerlos del proceso y dejar claro su rol.

Retos identificados: trabajar en equipo no es fácil

Como en el proyecto de aprendizaje activo, uno de los retos es encontrar el tiempo y los espacios en los que podamos coincidir para no solo reflexionar juntos sino tomar acción y hacer seguimiento a los planes de mejora que surjan de nuestros encuentros.

El reto también es cómo trabajamos en equipo para lograr hacer realidad esas mejoras. Se requieren hacer mejoras a los cursos, mejoras desde los bloques y mejoras del programa académico. La sostenibilidad de un sistema de gestión de calidad está relacionada también con una cultura de registro, que es incipiente. Una cultura de registro implica llevar documentación y seguimiento a lo que hacemos, es claro que debe mantenerse liviana pero no puede eliminarse, tanto por los mandatos de la acreditación como por la importancia de contar con la evidencia para hacer la trazabilidad tanto a las mejoras como a las acciones derivadas de los planes propuestos.

Retos comunes y posibles soluciones

He identificado dos retos: la falta de tiempo y las dificultades que pueden presentarse al trabajar en equipo. Respecto al manejo del tiempo, considero importante capacitarnos para ello. En el departamento de ingeniería industrial participamos de un taller del manejo del tiempo, que nos permitió refrescar conceptos básicos sobre el tema. Saber que debemos respetar las agendas de nuestros compañeros, planear el tiempo y contenido de las reuniones, llevar la tarea hecha, entre otros, son puntos clave para avanzar. Por ahora sólo puedo decir que he aprendido que es cuestión de sacar el tiempo, de agendarlo. Siempre habrá un colega con quien resonar, con quien compartir de manera formal o informal, de quien aprender.

Respecto al trabajo en equipo lo importante es promover la confianza, pero es más fácil decirlo que hacerlo, aún nos falta también la colaboración interdisciplinaria, proyectos entre departamentos de la misma facultad, con otras facultades. Esto se logra promoviendo proyectos con proyección internacional, para escribir juntos y así participar en eventos en los que podamos tanto ser referentes como aprendices.

Mis descubrimientos, mis aprendizajes

He logrado comprender que, como docentes, aprendemos con otros cuando le encontramos sentido a ese compartir. Como profesores aprendemos juntos cuando compartimos lo que hacemos, bien sea en comunidades de aprendizaje (aprendiendo de un tema de interés común, como PBL) o en reflexión colaborativa (compartiendo nuestras reflexiones a final de semestre).

Desde mi rol como directiva académica he podido aproximarme a preguntas que como docente siempre habían estado en mi cabeza, pero que desde mi rol de investigadora he logrado profundizar. En ambos proyectos he publicado y ambos proyectos me han permitido alinear mis esfuerzos desde mi rol como jefa de departamento en pro de asegurar la calidad de uno de los procesos académicos más importantes –lo que sucede en el aula de clase–, que está a cargo de los docentes y que sucede, hora tras hora, día tras día, semestre a semestre.

Las respuestas (mis descubrimientos) que encontré a mis preguntas están relacionadas con dos términos que me transportan 20 años atrás, al inicio de mi historia aquí en la institución. Esas palabras son apren- dizaje activo (comunidades de aprendizaje) y autoevaluación (reflexión colaborativa), eran dos palabras que no entendía en su totalidad, pero ahora puedo decir que he logrado apropiarlas, hacerlas parte de mí, gracias al camino que he recorrido.

Libro completo:  Las Profes. Ellas enseñan, ellas relatan

Más informes: Angélica Burbano Collazos, Jefa del Departamento de Ingeniería Industrial, Facultad de Ingeniería, Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Necesita activar JavaScript para visualizarla.