Vladimir_rouvinsk2i El Director del Centro Interdisciplinario de Estudios jurídicos,  Sociales y Humanistas –CIES, de la Universidad Icesi,  Vladimir Rouvinski, escribió una columna para el diario El País de Cali sobre los ataques terroristas en Asia y Estados Unidos.  

Los “lobos solitarios”

Los nuevos ataques terroristas en Asia y Estados Unidos y las sospechas de la existencia de una amenaza de acciones impulsadas por el fanatismo religioso en otras partes del mundo -hasta la América Latina-, llaman la atención a la trasformación del fenómeno.  El hecho es que, en muchos casos, ya no se trata de la actuación de una organización clandestina, con una estructura bien diseñada, nidos de operaciones conectados y una planeación sofisticada. Son los resultados de la acción de los individuos que aparentemente no tienen vínculos con las organizaciones terroristas, sino que son los “lobos solitarios”. ¿A qué se debe esta novedad? El terrorismo tiene una larga historia. Pero es en el siglo XIX, cuando algunos sectores de las sociedades europeas comienzan a explotar el terror como una herramienta con la que se busca adelantar un cambio político. Desde entonces, la evolución del terrorismo iba por el camino de una mejor organización, con la creación de centros de operación clandestinos, redes escondidas, y acumulación de recursos financieros. Al mismo tiempo, como ya no se trata de unos pocos individuos sino de unos grupos relativamente numerosos, los chances de las autoridades, sobre todo con la introducción de nuevas tecnologías en los últimos años, para prevenir los actos terroristas, han aumentado significativamente. Lo que se observa ahora, es una historia distinta. Aunque las autoridades estadounidenses jamás sospecharon de la pareja californiana, el daño que hicieron Syed Farook y Tashfeen Malik fue muy sensible: la matanza de San Bernardino fue el acto terrorista más grande en Estados Unidos después del 11 de septiembre de 2001. En este contexto, es importante notar lo siguiente. A pesar de que las personas antes mencionadas operaron como “lobos solitarios”, ellos, por un lado, fueron expuestos a los textos y videos radicales mucho tiempo antes de su actuación, y, por otro lado, tenían acceso a las armas. Por esta razón, no debe sorprender que para las organizaciones terroristas como el Estado Islámico, el aumento de su propaganda en Internet, sea una de las tareas prioritarias. Para el ISIS, se trata de otra modalidad para alcanzar sus objetivos: aterrorizar al mundo occidental y asegurar su incidencia global.