Boletín de prensa # 627

Hace más de 51 años que llegó el primer carro Renault a Colombia, consigo también llegó la multinacional dueña de la marca que estableció la planta de ensamblaje de vehículos Renault-Sofasa en Envigado, Antioquia y que,sin saberlo, comercializó uno de los productos más icónicos del anterior siglo en Colombia: El Renault 4. Fue publicitado como “El carro colombiano” y conocido en las calles como el “amigo fiel”; pero como el mundo cambia y llegan nuevos avances, “el amigo fiel” prácticamente desapareció de las calles. Algo similar ha ocurrido con muchos productos tradicionales de inversión, ya que a medida que estamos inmersos en una economía digital que crece a tasas de doble dígito, el interés de los colombianos (de todas las edades) por invertir en activos de riesgo ha ido creciendo, pues los mercados financieros, y la industria de la inversión particularmente, siempre están tratando de encontrar los límites de lo que las personas pueden soportar para que haya oportunidades y en consecuencia, alguien, en algún lugar, tratará de aprovecharlas.

Janet Yellen, presidente de la Reserva Federal. Mientras Yellen declaraba ante el Senado de los EE.UU, un asistente muestra un mensaje que dice “Buy Bitcoin” (Compra Bitcoin). Año 2017.

Janet Yellen, presidente de la Reserva Federal. Mientras Yellen declaraba ante el Senado de los EE.UU, un asistente muestra un mensaje que dice “Buy Bitcoin” (Compra Bitcoin). Año 2017.

Esta economía digital va a desafiar a varias generaciones y va a requerir que tengamos la capacidad de desaprender conocimientos antiguos que pueden ser una desventaja en lugar de una ventaja. ¿Quién pensaría hace 5 años que Bitcoin, que nació en el 2008, hoy valdría 2 veces más de lo que vale JPMorgan, un banco con más de 100 años de existencia? ¿qué Tesla, fundada en 2003, hoy vale 3 veces más de lo que vale ExxonMobil, una de las petroleras más antiguas del mundo? Pero ¿quiénes son los que más se han beneficiado con dichas inversiones? Aquellos que aguantaron la volatilidad recibieron impresionantes retornos, merecidos, porque quizás fueron conscientes de que siempre que se realizan inversiones que pueden tener resultados no lineales, nunca se vende temprano.Lo anterior, debido a que puede que se tenga razón la mayor parte del tiempo, pero la única vez en que uno se equivoque, le costará la mayor parte de los retornos obtenidos; hoy en día es muy común ver que las correcciones de mercado generalmente ocurren en períodos de tiempo cortos, no rompen la tendencia predominante en los precios y se resuelven cuando los mercados rebotan a nuevos máximos. Así las cosas, el precio de entrada es la incertidumbre, que me recuerda lo dicho por Luis Alberto Moreno, expresidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en el discurso a los graduados de Icesi el año pasado: “el verdadero reto del futuro es entender cómo tomar decisiones acertadas con menos del 60% de información disponible”. Algo que se aplica muy bien a lo anteriormente mencionado.

Para finalizar, y a medida que se acerca el final de este 2021 quisiera citar una frase de un discurso de Warren Buffet en el que mencionó que: “las personas más jóvenes pueden sentirse más ricas que la persona más rica de todos los tiempos: John D. Rockefeller”. ¿Es posible?

Sí. Por ejemplo, Rockefeller no pudo comprar un Dolex gripa para una gripa rompehuesos, si estaba aburrido no podía ver su serie favorita por streaming; si tenía una tía en otra parte del mundo, tampoco podía llamarla de forma gratuita por WhatsApp o por Zoom. Él sí que no pudo enviar dinero a otro país en menos de 15 segundos usando criptomonedas. Señoras y señores, con todas sus riquezas, John D. Rockefeller no tuvo el bienestar con el que nosotros crecimos; pese a eso, nadie se levantará mañana diciendo que tiene más bienestar que Rockefeller porque una de las desventajas de la hiperconexión y de las redes sociales es que ahora vemos las desgracias que ocurren en todas las latitudes, desde la extinción de especies hasta países que sufren inflación de doble dígito. Es por eso que en estos tiempos de Navidad agradezcamos, agradezcamos por quienes están y por los que no están, por aquellos detalles sencillos que nos alegran la vida y por la bendición de vivir. Le pido a Dios para que nuestras metas, emprendimientos, empleos e ideas continúen edificándose y fortaleciéndose en el 2022. Feliz Navidad y Año Nuevo.