El proceso del parto de la perra

Antes de entrar en materia con el tema de hoy os queremos presentar y recomendar una nueva tienda que ha abierto un compañero de España, se llama paraperrostienda.com y en ella vende todo tipo de piensos para perros y todo tipo de comida para perros. Desde este blog le deseamos mucha suerte en esta nueva aventura. Sin más dilaciones vamos al tema de hoy:

El parto lo desencadenan fenómenos hormonales y mecánicos. Los fenómenos hormonales dependen del lóbulo anterior de la hipófisis que segrega ocitocina, hormona que provoca las contracciones del útero. Cuando la gestación va tocando a su fin, el músculo uterino se va haciendo cada vez más sensible y la producción de progestero-na disminuye paulatinamente mientras aumenta la de estrógenos.

Los fenómenos mecánicos se inician también al final de la gestación, pues los fetos, por sus movimientos cada vez más violentos, desencadenan respuestas cada vez más fuertes del útero en forma de movimientos peristálticos que pueden entrañar dolores.

El parto propiamente dicho comprende tres fases:

  1. La fase de preparación, en la que se produce una congestión del tracto genital, una hinchazón de las mamas y de la vulva que queda embebida de serosidades. El relajamiento de los ligamentos sacroesciáticos hace resaltar las puntas isquiales y forma un hoyo a cada lado de la base del rabo.
  2. Fase de dilatación. Durante este período empieza el trabajo, es decir, las contracciones uterinas a ritmo cada vez más rápido, que parten de los cuernos y se propagan hasta el cuello mediante movimientos peristálticos. El feto se ve empujado hacia el cuello que se dilata progresivamente. No corre el riesgo de herirse, pues está protegido por la bolsa de aguas, que sólo se rompe durante la expulsión. Durante este período el animal en realidad no empuja; está inquieto, intenta ocultarse, se queja e incluso grita cuando la contracción se hace muy fuerte. Las contracciones se producen cada diez o quince minutos aproximadamente.
  3. Fase de expulsión. La bolsa de agua se rompe, las aguas salen al exterior y el feto va a atravesar el cuello y la vagina bajo la contracción del útero y los esfuerzos voluntarios del animal (presión abdominal). Cuando, finalmente, nace el cachorro, el cordón umbilical se rompe, bien por tracción, bien por la misma madre. La expulsión de la placenta sigue inmediatamente a la del feto.

El período de preparación es de duración variable, el de dilatación dura una cuatro horas y el de expulsión de tres a seis horas, según el número de fetos. Por ello, no se ponga nervioso si el primer cachorro no llega tan rápido como usted quisiera. Entre la llegada de un cachorro y el inmediatamente posterior puede transcurrir un período de tiempo variable, según el grado de cansancio de la hembra.

¿Qué hacer durante el parto?

Durante las fases de preparación y esfuerzo, no intervenga. El parto es un término, un acto natural de la vida, y la hembra llega sola al final sin ayuda exterior. Todas las heridas, las infecciones del postparto, las perforaciones vaginales o uterinas que han llegado a las clínicas son casi siempre debidas a la intempestiva intervención de «entendidos».

Sin embargo, cuando un cachorro ha pasado la vagina y la vulva, usted puede ayudar a la hembra con tirones ligeros pero continuados de las patas o de la cabeza del feto. También puede cortar el cordón después de haberlo ligado con un hilo dé seda y debe perforar la bolsa de aguas si no se rompe por sí misma. Después debe limpiar la boca del cachorro de las mucosidades que la encubren, secarlo y depositarlo en una cama limpia.

Por el contrario, si la madre empuja más de seis horas sin resultado y parece que se agota, es preciso conducirla urgentemente al veterinario, pues se trata en realidad de una distocia (bien exceso de volumen, bien posición anormal del feto). En este caso, la mejor solución será probablemente una cesárea.

El veterinario debe intervenir también si la hembra, debido a un exceso de fatiga o a una falta de ocitocina, no empuja ya y conserva uno o varios fetos en el útero. Con el fin de provocar nuevas contracciones uterinas, es necesario que se ponga a la perra una inyección de extractos poshipofisarios.

Algunas horas o algunos dias después del parto pueden aparecer crisis de eclampsia debidas a un descenso del calcio y el fósforo. Es una especie de tetania; el animal se pone rígido, se ve agitado por violentos espasmos y el veterinario deberá administrarle con toda urgencia una solución de calcio por vía intravenosa. Si la hembra sólo evacúa fetos muertos rodeados de una secreción verdusca, es necesario que la perra sea examinada por un profesional sin demora: se trata de un aborto y la putrefacción de los fetos en el interior del útero podría provocar fiebre puerperal (septicemia) o una metritis grave.

Tras el parto, quite los lienzos y el lecho sucios, limpie a la madre y a los cachorros, ponga a éstos en su caja y verá como se precipitan inmediatamente a las mamas que encontrarán rápidamente, sin tanteos. Va a comenzar la lactancia

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