


En Icesi, la huerta universitaria no es solo un lugar para sembrar: es un Living System Lab (LSL), un laboratorio vivo donde probamos ideas en contexto real, integramos saberes y aprendemos con el territorio. El término LSL aparece en líneas de diseño sistémico (p. ej., Systemic Design Labs, ETH Zürich), que trabajan problemas complejos con enfoques transdisciplinarios, regenerativos y adaptativos. Para fundamentarlo, ampliamos la mirada hacia la literatura de Living Labs, muy desarrollada en Europa y América Latina (Bergvall-Kåreborn & Ståhlbröst, 2009; Almirall et al., 2012; Leminen, 2015).
¿Por qué “LSL” y no solo “Living Lab”?
Porque queremos poner el foco en la vida y las relaciones que sostienen el territorio (humanas y no humanas). La literatura de Living Labs aporta la co-creación en entornos reales y el trabajo con múltiples actores; el LSL reapropia y expande esa idea desde claves ecosociales y multiespecie (Chronéer et al., 2019; Alquézar-Facca, 2024; Leminen, 2013).
Cómo hicimos la revisión (sin tecnicismos)
Partimos del rastro en diseño sistémico (ETH Zürich), abrimos a Living Labs (urbanos/ciudadanos) y sumamos textos afines sobre ecologías vivas, mediaciones tecnológicas y pedagogías situadas. Con eso organizamos los hallazgos en cinco claves que hoy orientan nuestro LSL en la huerta.
Las 5 claves del LSL (con autores y ejemplos)
1) Comunicación y Mediación de Saberes (CyMS)
La co-creación requiere traducción entre lenguajes y herramientas compartidas para que comunidad, academia y sector público se entiendan y creen juntos (Bergvall-Kåreborn & Ståhlbröst, 2009; Leminen, 2015). En Icesi, esto se concreta en relatorías, cartillas, mapas y bitácoras, y en el uso de tecnologías que apoyan la revisión y visualización de información (Almirall et al., 2012). Miradas latinoamericanas subrayan el valor pedagógico y cultural de estas mediaciones (Ibarra Bravo, 2020).
2) Ecología de Relaciones Vivas (ERV)
La huerta es una red viva: personas, suelos, plantas, abejas, sensores, clima. Innovar aquí es cuidar vínculos y aprender de su dinámica. Los Living Labs se entienden como ecosistemas colaborativos y adaptativos (Chronéer et al., 2019; Leminen, 2013). Desde el diseño sistémico, se proponen principios como simbiosis, cooperación regenerativa y autoorganización (Alquézar-Facca, 2024).
3) Laboratorio Experimental (LE)
Experimentar en condiciones reales implica probar, medir y ajustar con la vida ocurriendo: lluvia, plagas, tiempos, bienestar de especies. Los Living Labs aportan metodologías de prototipado, testeo participativo y recolección en entornos naturales (Bergvall-Kåreborn & Ståhlbröst, 2009; Almirall et al., 2012; Leminen, 2015). En el LSL, lo experimental no es solo técnico: es pedagógico y ecosocial, y se co-diseña con el territorio.
4) Experiencia Educativa (E. Educ)
La huerta es aula extendida: integra teoría y práctica, y forma competencias para trabajar con otros en problemas reales. Aquí encajan propuestas sobre aprendizaje auténtico en campus y vinculación comunitaria propias de los Living/Learning Labs en educación superior (Rogers et al., 2023).
5) Interdisciplinariedad (hilo transversal)
No es sumar logos; es colaborar de verdad: traducir, negociar, gestionar el conflicto creativo y construir confianza. La diversidad de perspectivas es un valor clave en Living Labs (Lemenin, 2013; Chronéer et al., 2019) y se potencia con herramientas del diseño sistémico.
¿Para qué nos sirve?
- Mejorar decisiones: qué probar, cómo medir, cómo cuidar.
- Aprender con evidencia situada y devolver ese conocimiento en materiales abiertos.
- Conectar universidad, ciudad y comunidad con proyectos de impacto real.
En suma, un Living System Lab es un living lab con corazón de ecosistema. La huerta no es solo un lugar donde aplicamos conocimiento: es un sujeto pedagógico que nos ayuda a pensar y practicar una ciencia pública, multiespecie y colaborativa.
Referencias
- Almirall, E., Lee, M., & Wareham, J. (2012). Mapping Living Labs in the landscape of innovation methodologies. Technology Innovation Management Review.
- Bergvall-Kåreborn, B., & Ståhlbröst, A. (2009). Living Lab: an open and citizen-centric approach. Int. Journal of Innovation and Regional Development.
- Chronéer, D., Ståhlbröst, A., & Habibipour, A. (2019). Urban Living Labs: towards a conceptual framework. Technology Innovation Management Review.
- Leminen, S. (2013). Coordination and participation in Living Labs. Technology Innovation Management Review.
- Rogers, S. L., Jeffery, A. J., Pringle, J. K., & Hobson, L. (2023). Experiential and authentic learning in a campus-based Living Lab. Journal of Learning Development in Higher Education.