
Presentó: Iván Castrillón
Este primer seminario nos recordó algo esencial: una huerta universitaria no es solo un conjunto de canteros; es un sistema vivo que se cuida desde el suelo hacia arriba. Con la guía del agrónomo Iván Castrillón (Hotel La Huerta – UNAL Palmira), conversamos sobre cómo construir fertilidad con abonos orgánicos, planear sucesiones de cultivo (maíz → frijol → hortaliza) y controlar plagas sin afectar a los insectos benéficos. También discutimos prácticas que marcan diferencia: no voltear el suelo para conservar su estructura y carbono, cubrir con malezas cortadas/hojarasca para retener humedad y, sobre todo, documentar lo que hacemos para aprender y mejorar. El resultado es una hoja de ruta concreta para la Huerta Icesi: ajustar el compost y las dosis de abono, diseñar secuencias que regeneren, reemplazar insumos indiscriminados (como el neem) por biocontrol y fortalecer la mirada de laboratorio vivo donde se prueba, se mide y se comparte conocimiento.
La Metodología: Así lo Hicimos
- Seminario aplicado con toma de decisiones inmediata
Sesión técnica con Iván Castrillón y el equipo (investigación, sostenibilidad, jardinería) enfocada en resolver cuellos de botella actuales de la huerta y alinear prácticas con la investigación. - Diagnóstico de sustrato y pauta de fertilización
Se revisó la calidad del compost y la ausencia de estiércol cercano. Se acordó garantizar diversidad de nutrientes y considerar dosis de abono orgánico de al menos 2 kg/m², preferible 5–7 kg/m² en arranque; en suelos muy pobres hubo casos de 20 kg/m² de bocashi. - Sucesiones regenerativas de cultivo
Se propuso la secuencia maíz → frijol → hortaliza: el maíz “abre” poros con sus raíces; el frijol fija nitrógeno vía Rhizobium; luego entran hortalizas como tomate cherry. - Manejo ecológico de plagas
Se desaconsejó el neem por su efecto indiscriminado. Se recomendó biocontrol con entomopatógenos (p. ej., Bacillus thuringiensis, Metarhizium), orientado a plagas específicas sin afectar polinizadores. - Conservación del suelo: no labranza y cobertura
Evitar voltear el suelo para conservar carbono y estructura; cortar malezas y dejarlas como mulch para proteger, retener humedad y formar suelo fértil. Registrar y sistematizar prácticas para aprendizaje reproducible.
Resultados e Impacto: La Relevancia del Proyecto
- Ruta clara para suelos fértiles sin agroquímicos
Queda una pauta operativa para enriquecer el sustrato con abonos orgánicos balanceados y compost mejorado, ajustando dosis según contexto del cantero. - Secuencias que regeneran y enseñan
La sucesión maíz–frijol–hortaliza combina ingeniería ecológica (porosidad y fijación biológica de N) con pedagogía en contexto, fortaleciendo el componente formativo del proyecto. - Protección de polinizadores y benéficos
Sustituir neem por biocontrol específico cuida a polinizadores nativos y aliados del agroecosistema, alineando productividad con conservación. - Suelos cubiertos, suelos resilientes
El mulch reduce evaporación, amortigua temperatura y alimenta el suelo, mejorando la resiliencia del sistema y reduciendo labores de riego y deshierbe intensivo. - La huerta como laboratorio vivo
Se consolidó un modo de trabajo: probar–medir–documentar–ajustar. Esta lógica fortalece la investigación (suelo, plagas, polinización) y la transferencia a otras huertas urbanas.
El Seminario 1 deja una base sólida: diversificar nutrientes en el sustrato, planear sucesiones regenerativas, abandonar el volteo, cubrir el suelo y migrar del neem a biocontrol. En lo operativo, sigue concretar la siguiente sesión, revisar proveedores de insumos orgánicos y programar una visita técnica al Hotel La Huerta para intercambio de saberes. En lo investigativo, estas pautas alimentan los ensayos con tomate cherry y la línea de polinizadores nativos, reforzando la idea de huerta–laboratorio: un espacio que produce, enseña y cuida a la vez. Todo, con registro sistemático para convertir práctica en conocimiento compartible.