MEMEX

Este aparato consiste en bases planas con una superficie translúcida que es capaz de encontrar a alta velocidad, información almacenada en una base de datos. En una de las superficies el usuario escribe palabras o dibujos clave que seguirían estándares universales, y en la otra superficie se reflejaría la biblioteca o base de datos donde se encuentran todos los datos a buscar. La forma de trabajar sería parecida a la que realiza el pensamiento humano utilizando la principal capacidad de asociación y no por medio de la ubicación mecánica de temas en un índice. De esta forma el lector podrá añadir comentarios y notas en la película del Memex.
Por tanto, el Memex es un dispositivo en el que se almacenan todo tipo de textos, registros, libros y comunicaciones, que puede ser mecanizado de forma que puede ser consultado con extrema velocidad y flexibilidad. Para la consulta de un artículo, el usuario construye una red de caminos asociados, de acuerdo con su interés, a través de todos los materiales de la biblioteca de forma que pueda cambiar la configuración cuando lo desee; se constituyen senderos de lectura, enlazando los artículos disponibles, y se puede modificar esa configuración cuando se quiera.
Su nombre responde a la contracción de “Memory Expander” de Vannevar Bush. Se trata de un dispositivo, ideado por el autor pero nunca materializado por nadie, en el que se almacenarían todo tipo de documentos. Este dispositivo constaría de una mesa con un teclado y palancas que permitiría la consulta de datos almacenados en microfilms que serían posteriormente proyectados en unas pantallas translúcidas. El aparato incluiría también una opción para que el usuario pudiera tomar anotaciones en los márgenes, de manera que el usuario se convierte, a su vez, en autor. Vannevar Bush fue el primero en describir el funcionamiento del Memex en su artículo As we may think, de 1945.1
ORIGENES
Vannevar Bush estaba estupefacto por “la creciente montaña de investigación” a la que debían enfrentarse los trabajadores en todos los campos, Bush se dio cuenta que el número de publicaciones ya había “crecido mucho más allá de nuestra capacidad de aprovechar realmente la información acumulada. El conjunto de la experiencia humana está creciendo a un ritmo prodigioso, pero los medios que empleamos para desplazarnos por este laberinto hasta llegar al punto importante del momento son los mismos que utilizábamos en los tiempos de las carabelas”. Añadía: “Puede que haya millones de grandes ideas, así como los resúmenes de las experiencias en que se basan, todo ello archivado en estructuras de piedra de aceptable arquitectura; pero, si el estudioso sólo consigue acceder a uno de ellos tras una semana de investigación diligente, muy probablemente no podrá mantener sus síntesis al día”. Lo que quiere decir es que su forma de acceder a la información iría de forma tan lenta que cuando ya consigue un artículo sobre su tema de interés, ya se han generado muchos más sobre el mismo punto.
Según Vannevar Bush, la solución al problema vendría si se resolvía lo que él denominó “el asunto de la selección” — la recuperación de la información — y la razón primaria que los que necesitan información no puede encontrar cuentan en cambio con medios inadecuados de almacenar, modificar y categorizar información, a la artificialidad de sistemas de indexar. Decía: “Cuándo los datos de cualquier tipo se colocan en una base de datos o se almacenan, son archivados alfabéticamente o numéricamente, y la información se encuentra (cuando es) se realiza un mapa hacia abajo en subclase a la subclase. Puede estar en sólo un lugar, a menos que utilicemos los duplicados; uno tiene que tener las reglas en cuanto a cuál es el camino parea localizarlo, y las reglas son incómodas. Encuentro un artículo, además, uno tiene que surgir del sistema y reentrar en un sendero nuevo”.
Después de describir los medios de almacenar y clasificar el saber de su época, Bush se queja, “La mente humana no funciona así” (“As We May Think”), sino por asociación. “Sujetando” un hecho o una idea, “la mente salta instantáneamente al dato siguiente, que le es sugerido por asociación de ideas, siguiendo alguna intrincada trama de caminos conformada por las células del cerebro”. Bush al fijarse cómo funcionaba la mente, concluye que “opera por asociación”: ésta, salta inmediatamente al siguiente punto que le sugiere la asociación de ideas, por lo tanto, creía que un sistema de recuperación de información debería seguir un perfil similar, siendo capaz de conectar asuntos relacionados.
LA SOLUCION AL PROBLEMA: El dispositivo del MEMEX
Para liberarnos de los confinamientos de inadecuados sistemas de clasificación y permitir seguir nuestra tendencia natural a “la selección por asociación, y no mediante índices”, Vannevar Bush propone entonces el dispositivo “Memex”, capaz de llevar a cabo, de una manera más eficiente y más parecida a la mente humana, la manipulación de hechos reales y de ficción. Según explica: “Un memex es un dispositivo en el que una persona guarda sus libros, archivos y comunicaciones, dotados de mecanismos que permiten la consulta con gran rapidez y flexibilidad. Es un accesorio o suplemento íntimo y ampliado de su memoria”. El Memex se concebía como un dispositivo o aparato, una especie de mesa con superficies translúcidas, palancas y motores para una búsqueda rápida de archivos en forma de microfilmes.
Nota: fue realmente durante la década de los años treinta, escribiendo antes de los tiempos del ordenador digital, que por primera vez le vino la idea del Memex a Vannevar Bush, idea a la que le dirigió su atención de forma intermitente durante treinta años.
Funcionamiento y características principales del MEMEX
Se trataba de un aparato de uso individual y privado que almacena libros, archivos y comunicaciones como lo hacen las bibliotecas, pero su búsqueda es mecanizada y veloz. Lo que Bush veía mentalmente es en parte un PC contemporáneo y en parte un sofisticado programa de hipertexto. El modo en que describe el uso de su memex es una descripción perfecta de cómo un lector contemporáneo se mueve por el hipertexto: “…construye un camino a través del laberinto de materiales disponibles siguiendo su propio interés.”
Además de buscar y recuperar información, el Memex también permitía al lector “añadir notas marginales y comentarios, valiéndose de un posible tipo de fotografía seca; e incluso podría hacerlo con un sistema de agujas, como el telégrafo que se ve hoy en día en las salas de espera de las estaciones del ferrocarril, igual que si tuviera la página física delante de él.
De este aspecto crucial del Memex concebido por Bush, dos cosas llaman la atención: primero, Bush está convencido de la necesidad de anotar, durante la lectura, los pensamientos transitorios y las reacciones al texto. Con este énfasis, lo que hace Bush es redefinir el concepto de lectura como un proceso activo que implica escritura. Y, segundo, la referencia al lector perspicaz y activo, que puede anotar un texto “igual que si tuviera la página física delante de él”, atestigua la necesidad de concebir un texto más virtual que físico. Una de las cosas más curiosas acerca de la posición de Bush es como utiliza las limitaciones de una forma de texto para idear una tecnología nueva, y cómo ésta nos lleva, a su vez, a una concepción totalmente nueva del texto.
No son solamente su capacidad para recuperar la información y anotarla, sino también su sistema de “índice por asociación”, que los actuales sistemas del hipertexto denominan nexo, “cuya idea básica es la capacidad de cualquier artículo para, a su vez, seleccionar, inmediata y automáticamente, otro artículo”.
Bush nos hace una descripción de cómo los lectores crearían “trayectos infinitos”con esos nexos: “Al elaborar un trayecto, el usuario primero le da un nombre, luego introduce dicho nombre en su libro de códigos y lo teclea en el teclado. Delante de él están los dos artículos que han de unirse proyectados en dos superficies de visionado adyacente. Debajo de ellos, hay unos espacios para códigos en blanco y un puntero para designarlos. El usuario solo tiene que tocar una tecla y los dos artículos se encuentran unidos. En cada espacio para códigos consta el código pertinente del código asociado. También en el espacio para códigos, pero sin que se vea, hay una serie de puntos que serán leídos por una célula fotoeléctrica; estos indican, con su posición relativa, el número de índice del otro artículo. Más adelante, cada vez que se visione uno de los artículos, el otro podrá ser recuperado con simplemente apretar un botón situado debajo del correspondiente código”.
La increíble premonitoria descripción que hace Bush de cómo el usuario del Memex crea y luego sigue trayectos solo puede equipararse a su reconocimiento crucial de que estos trayectos mismos constituyen una nueva forma de textualidad e incluso de escritura. Como él mismo lo explica: “cuándo se han unido numerosos artículos para formar un trayecto. . . es exactamente como si se hubiesen reunido artículos físicos desde fuentes muy distantes, y se lo hubiese encuadernado juntos para formar un libro nuevo.” Y añade: “de hecho, va incluso más lejos, ya que cada artículo puede estar unido en numerosos trayectos a la vez”, y, así, cada bloque de texto, imagen u otra información puede formar parte de varios libros.
Estos memex nuevo reserva a sí mismo, se aclara, es el libro nuevo, o una versión adicional del libro nuevo, y, como libros, éstos arrastran los conjuntos o las telarañas se pueden compartir. El Bush propone, otra vez bastante exactamente, eso “formas enteramente nuevas de enciclopedias aparecerán, ya hecho con una malla de los rastros asociativos que corren por ellos, se prepara para ser dejado caer en el memex y allí amplificado”. Los lector-escritores igualmente importantes e individuales pueden compartir los conjuntos de documento y los aplica a problemas nuevos.

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