Palangana
Litografía sobre papel
Libertad - Colombia
Impresión litográfica sobre papel
La telaraña mágica
Litograbado sobre papel
Sin título
Aguafuerte y puntaseca sobre papel
Sin título
Aguafuerte y puntaseca sobre papel
Chicamocha
Serigrafía sobre papel
Sin título
Litografía sobre papel
Sin título
Litografía sobre papel
Travesti
Litografía sobre papel
Sin título
Litograbado sobre papel
Sin título
Litograbado sobre papel
Sin título
Litograbado sobre papel
Sin título
Litograbado sobre papel
Farallón
Litograbado sobre papel
Garzara III
Intaglio y acrílico sobre papel
Invasión
Aguafuerte y punta seca sobre papel
Así
Aguafuerte y punta seca sobre papel
Sin título
Litograbado sobre papel
Sin título
Litograbado sobre papel
Horóscopo chino
Aguafuerte y punta seca sobre papel
Horóscopo chino
Aguafuerte y punta seca sobre papel
Sin título
Litograbado sobre papel
Estudio
Litograbado sobre papel
Estudio con ciudad y montañas de Bogotá
Litograbado sobre papel
Sin título
Serigrafía sobre papel
Sin título
Serigrafía sobre papel
Sin título
Serigrafía sobre papel
Sin título
Serigrafía sobre papel
Sin título
Serigrafía sobre papel
Joven Saltimbanqui
Serigrafía sobre papel
Sin título
Serigrafía e intaglio sobre papel
De la serie Tren volador
Serigrafía e intaglio sobre papel
Sin título
Serigrafía sobre papel
De la serie Suelos de mi tierra
Serigrafía sobre papel
Teddy boy
Serigrafía sobre papel
Sin título
Serigrafía sobre papel
Sin título
Serigrafía sobre papel
ROBERTO ANGULO (Colombia, 1946)
Palangana
Litografía sobre papel
Edición 111 de 125
Roberto Angulo es conocido en el país como uno de los mayores pintores hiperrealistas. Su obra ha establecido una relación directa con los objetos cotidianos en los cuales se hace evidente el paso del tiempo. Aunque su técnica es la acuarela, también ha incursionado con éxito en el campo del grabado, como lo prueba esta obra Palangana, donde se observan las abolladuras del metal, así como el pasto que crece a su alrededor, todo ello hecho con la precisión y agudeza que lo caracteriza. Entre sus exhibiciones más importante se cuentan: Aberbach Fine Art London, Londres; Museo de Petare, Caracas; Museo de Arte Moderno, Cartagena; y Museo La Tertulia, Cali.
EVER ASTUDILLO (Colombia, 1948 - 2015)
Libertad - Colombia, fecha no legible
Impresión litográfica sobre papel
Edición 61 de 112
La obra gráfica del caleño Ever Astudillo refleja con una sinceridad aplastante el entorno urbano del artista, donde aparecen los barrios marginales, las viejas salas de cine, los habitantes de sus calles, los muros repletos de avisos y de proclamas políticas. Bajo una atmósfera opresora, donde las calidades de los grises acentúan este sentimiento, Astudillo fue capaz de convertir lo sórdido en artístico, donde gravitan esos anónimos que deambulan por el centro de nuestras ciudades. Además, Astudillo fue uno de los artistas que elevó al arte político a categoría estética, siendo fiel al propio entorno urbano. Este grabado, Libertad-Colombia, es una buena prueba de ello. Es muy claro el interés del artista por las situaciones urbanas al afirmar con contundencia: Alrededor de mis cuadros siempre ronda lejanamente una radiopatrulla, pista clave para entender sus observaciones con el entorno. Como también lo afirmaría el artista caleño José Horacio Martínez al hablar sobre su obra: Su trabajo como artista nos deja ver una relación entre la fotografía y el dibujo que él hace manifiesto en los años 70, 80 y 90. Y ahí da cuenta de una Cali que ya no está: esa Cali de San Nicolás, de sus lugares comunes. Él, de alguna manera como que los visualiza y marca una especie de incógnita o un cierto planteamiento dramático, como una persona que está ahí mirando cómo acontecen las cosas en las calles. Sin duda alguna la figura de Astudillo en el plano cultural de Cali es fundamental, si se analizan sus relaciones con el Grupo de Cali, el cual orbitaba alrededor del espacio Sul Xolar, lugar alternativo al institucional Museo de Arte Moderno La Tertulia, y semillero de importantes planteamientos, no sólo pertinentes a las artes plásticas, sino tambien de otras disciplinas.
ÁLVARO BARRIOS (Colombia, 1945)
La telaraña mágica, 1990
Litograbado sobre papel
Edición 76 de 150
Deslumbrado por el colorido, la estética y la expresión de las múltiples vertientes del arte pop -Warhol, Lichtenstein, Rivers, Oldemburg-, así como de su postura desacralizadora con respecto al arte culto, Álvaro Barrios ha sido uno de los artistas colombianos que a lo largo de los años ha explorado con gran acierto sus más variados caminos, con un punto de vista muy personal, donde lo lúdico y lo fantástico se mezclan. En este litograbado, Barrios sintetiza de manera ejemplar su manera de concebir el arte, al emplear imágenes extraídas de otras partes, la mayoría de ilustraciones de libros o periódicos, para insertarlas en un nuevo contexto. Tal como lo describiría el propio artista al hablar sobre su obra: En 1965 yo estaba interesado especialmente en el sentido de nostalgia que me transmitían las tiras cómicas y fue entonces cuando realicé mis primeros collages con imágenes del mundo de Dick Tracy, pasión que algunos atribuyeron al “espíritu de la época” que en aquellos días se llamaba pop art. Realmente se trataba de la prolongación de una infancia durante la cual seleccioné unas doscientas aventuras recortadas de los diarios, reunidas en forma de rollos, numeradas, fechadas y coloreadas a mano. Yo me dedicaba a trasladar un tipo de arte a otro, pues evidentemente las tiras cómicas, “el gran arte del futuro”, como las llamó Alejandro Jodorowsky, daban a mis dibujos una atmósfera que me llenaba plenamente, de manera que no era importante para mí dar explicación demasiado profunda de esos trabajos. Barrios, con estudios en Colombia e Italia, es uno de los reconocidos conceptualistas colombianos, con obras en importantes colecciones como: MoMA Museum of Modern Art, New York; Brooklyn Museum of Art, New York; Museo del Barrio, New York; New York Public Library, New York; J. P. Morgan Chase Art Collection, New York; Daros Latin American Collection, Zurich-Rio de Janeiro; Museum of Modern Art of Latin American, Washington; y Museo de Arte del Banco de la República, Bogotá.
TERESA CUELLÁR - TEYÉ (Colombia, 1935)
Sin título, 1990
Aguafuerte y puntaseca sobre papel
Edición 113 de 150
Teresa Cuéllar –Teyé- es una de las grandes pintoras figurativas del país. Paralelamente a su trabajo en temas como bodegones conformados por frutas y flores pintados al óleo o con pastel, la artista también se vale del grabado con la destreza, calidad y minuciosidad que caracteriza su pintura. Este grabado de una cebolla, que aparece colgando, donde se advierten las capas y se magnifica el volumen por sus detalles, nos recuerda a las naturalezas muertas de Sánchez Cotán. Sobre esta serie de Frutos, el fotógrafo Hernán Díaz expresó: Yo no sabía que Teyé podía ser como Durero. Contemporánea e influenciada por la obra de Fernando Botero, Teresa Cuéllar - Teyé ha estado en importantes exhibiciones entre las que se cuentan: Museo de Arte Moderno, Bogotá; The Art Society of the International Monetary Fund, Washington; y Museo San Angelï, Ciudad de México.
TERESA CUELLÁR - TEYÉ (Colombia, 1935)
Sin título, 1990
Aguafuerte y puntaseca sobre papel
Edición 51 de 150
Este grabado forma parte de la serie Flora, realizada en 1990, de la cual Juan Antonio Roda consignó sus apreciaciones sobre este trabajo: Flores y frutas, hojas y ramas, pero se trata de una artista –con un extraño componente, o mejor dicho, los componentes, pues son contradictorios: la ingenuidad y la perversión. Porque para Teyé la observación tranquila de estos elementos, morosa, incisiva y delicada, se decanta de forma también morosa y delicada hacia una manera ambigua de contarnos una cierta proximidad entre lo vegetal y lo orgánico. Con estudios de pintura y filosofía en la Universidad Nacional y en la Universidad de Los Andes, esta artista, contemporánea e influenciada por la obra de Fernando Botero, ha estado en importantes exhibiciones entre las que se cuentan: Museo de Arte Moderno, Bogotá; The Art Society of the International Monetary Fund, Washington; y Museo San Angelï, Ciudad de México.
Beatríz González (Colombia, 1938)
Chicamocha, 2016
Serigrafía sobre papel
Edición 11 de 150
La obra de Beatríz González se encuentra trazada por la historia, la investigación y el carácter popular de la imagen, y es este carácter en donde plásticamente ha desarrollado un lenguaje particular, que hace que su pintura sea un intrincado universo en el que el color y la forma manifiestan una posición frente a determinadas circunstancias. Influenciada por lenguajes del pop-art, González ha utilizado la fotografía como herramienta de trabajo, tal como lo afirmaría la historiadora Carmen María Jaramillo, pero con un ingrediente adicional, la mediatización de un medio de comunicación masiva, la prensa, aquella que cosifica la imagen y marca la madurez de la obra de esta artista. Sus observaciones alrededor de la historia colombiana, en gran parte influenciadas por su paso como curadora del Museo Nacional de Colombia, el lugar destinado a preservar la memoria histórica de nuestro país, han devenido en su obra en tintes políticos que ironizan una sociedad desmedida en todas las proporciones y sentidos, tal como lo expresara González en 1974: desmesura que permea todas las capas de la sociedad, como causa de una violencia generalizada que ha vivido el país en la que no queda otra cosa que morirse y punto, para volver a las palabras de la artista. Su importante carrera cuenta con el primer premio Salón Nacional de Artistas en 1965, con su mítica obra Los suicidas del Sisga. Entre sus exhibiciones más importantes se cuentan: Museo de Arte Moderno de Bogotá, Bogotá; Museo de Arte de Lima, Lima; Museum of Fine Arts, Houston; Museo Nacional de Artes Visuales, Montevideo; y Museo del Barrio, New York, NY. Entre las innumerables colecciones que conservan sus obras se encuentran: MoMA Museum of Modern Art, New York; Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid; y Tate Modern, Londres.
Alfredo Guerrero (Colombia, 1936)
Sin título, 1990
Litografía sobre papel
Edición 129 de 150
Alfredo Guerrero, cartagenero, se enmarca en aquella generación de dibujantes, en los que el hiperrealismo juega un papel importante, y él es quizá con Darío Morales, uno de los importantes exponentes de estas expresiones, aunque paradójicamente, sus comienzos se encuentran enraizados en el pop-art y el conceptualismo norteamericano. Son populares sus desnudos femeninos, que colonizan su producción desde mediados de la década de los setenta. Es muy interesante su sentencia, en la que habla del tiempo como variable importantede su pensamiento artístico: El envejecimiento prematuro y el juego con el tiempo, son parte del concepto de mi obra. El manejo del tiempo y jugar con él, es para mí un gozo y un desafío. Soy feliz de pensar que en unos años no se reconozca cuál es el daño real y cuál el que yo le impuse; cuál es la grieta real y cuál la simulada. Sus obras se encuentran en importantes colecciones, entre las que se destacan: Museo de Arte Moderno, Bogotá; Museo de Arte de la Universidad Nacional, Bogotá; Museo de Arte del Banco de la República, Bogotá; Museo de Arte Moderno, Dallas; California College of Arts and Crafts, New Hasmpshire; Congress Library, Washington; y Museo degli Ufizzi, Florencia.
Alfredo Guerrero (Colombia, 1936)
Sin título, 1990
Litografía sobre papel
Edición 121 de 150
Alfredo Guerrero, cartagenero, se enmarca en aquella generación de dibujantes, en los que el hiperrealismo juega un papel importante, y él es quizá con Darío Morales, uno de los importantes exponentes de estas expresiones, aunque paradójicamente, sus comienzos se encuentran enraizados en el pop-art y el conceptualismo norteamericano. Son populares sus desnudos femeninos, que colonizan su producción desde mediados de la década de los setenta. Es muy interesante su sentencia, en la que habla del tiempo como variable importantede su pensamiento artístico: El envejecimiento prematuro y el juego con el tiempo, son parte del concepto de mi obra. El manejo del tiempo y jugar con él, es para mí un gozo y un desafío. Soy feliz de pensar que en unos años no se reconozca cuál es el daño real y cuál el que yo le impuse; cuál es la grieta real y cuál la simulada. Sus obras se encuentran en importantes colecciones, entre las que se destacan: Museo de Arte Moderno, Bogotá; Museo de Arte de la Universidad Nacional, Bogotá; Museo de Arte del Banco de la República, Bogotá; Museo de Arte Moderno, Dallas; California College of Arts and Crafts, New Hasmpshire; Congress Library, Washington; y Museo degli Ufizzi, Florencia.
Óscar Jaramillo (Colombia, 1947)
Travesti, 1979
Litografía sobre papel
Edición Prueba de artista
La transformación social y arquitectónica de las ciudades colombianas en los años sesenta y setenta trajo consigo la aparición de una nueva estética que fue captada por los jóvenes artistas, quienes encontraron en ella un verdadero arsenal para su creación. Este es el caso del artista antioqueño Óscar Jaramillo, quien como varios de su generación como Ever Astudillo o Saturnino Ramírez, hizo visible una población marginal que carecía de voz. Travesti, como es conocido este grabado, nos muestra una figura orgullosa y a su vez a la defensiva, como prueba de la existencia de un representante de un tipo de sexualidad que estaba proscrita por la sociedad colombiana de su momento. El manejo de las sombras del traje, así como de la postura del modelo y su expresión, dejan en evidencia la maestría de su autor. Bien lo diría Katia González al afirmar: Es común encontrar en algunos artistas colombianos de la década del setenta motivaciones artísticas afines que surgen de la experiencia de explorar el lumpen urbano. El realismo que se aprecia en la obra de Óscar Jaramillo requiere de un testigo excepcional que se adentre en la ciudad recóndita, o simplemente ignorada, para lograr revelarla en una mirada tan inquietante como la del Travesti. Su paso por el taller de grabado de Umberto Giangrandi, logra ubicarlo como personaje importante de la gráfica en Colombia, lo cual se puede apreciar en algunas de las importantes exhibiciones donde se ha mostrado su obra: II Bienal Iberoamericana de Artes, Ciudad de México; Primera Bienal Internacional de La Habana, La Habana; Museo de Arte Moderno de Medellín, Medellín; y Palais des Congrès, Bruselas.
Margarita Lozano (Francia, 1936)
Sin título, 1991
Litograbado sobre papel
Edición Prueba de artista
La obra pictórica y gráfica de Margarita Lozano ha tenido un común denominador: las naturalezas muertas. La exaltación de la vida por medio de las flores y de los frutos, su amor por los colores y su devoción por la naturaleza se hace patente en toda su obra. Su aparente sencillez, que podría en algún momento de calificarse como de naif, oculta un enorme trabajo y muchos años de estudio y dedicación para encontrar su verdadera pasión, que se refleja con certeza en este litograbado. La delicadeza de las líneas, así como su manera de articular de manera armónica los objetos dentro de un espacio determinado, son también sus más sólidas constantes. Tal como lo diría Lozano al afirmar: No hago pintura de vanguardia por el simple hecho de no pintar como los demás. El mundo que yo pinto es mi propio y solitario mundo. La importancia de su trabajo es relatada por el reconocido Director del Departamento de Bellas Ates de la Universidad de Nueva York, Edward J. Sullivan: Su obra ha desempeñado deliberadamente un papel en el desarrollo del arte occidental y ella no ha deseado rebelarse ni buscar nuevas y más audaces formas de expresión. Lozano ha tomado la decisión de mantenerse dentro de las fronteras establecidas tanto en la forma como en la técnica. No ha intentado variar o reformar el arte. Ha querido crear su propio y único estilo dentro de los parámetros que han sido establecidos con anterioridad a ella. Esto no quiere decir, sin embargo, que es una artista complaciente que sólo repite fórmulas ya muy conocidas y probadas que han dado resultados positivos a través de las décadas y los siglos. Lozano está consciente de que para crear una marca original en la historia del arte moderno y contemporáneo, debe desarrollar su propio vocabulario artístico. Entre sus exhibiciones más destacadas, se cuentan: Museo de Arte Moderno La Tertulia, Cali; Aberbach Fine Art Gallery, Nueva York; Biblioteca Luis Ángel Arango, Bogotá; Galerie Kasper, Morges; y Findlay Galerie, Palm Beach.
Margarita Lozano (Francia, 1936)
Sin título
Litograbado sobre papel
Edición 118 de 150
La obra pictórica y gráfica de Margarita Lozano ha tenido un común denominador: las naturalezas muertas. La exaltación de la vida por medio de las flores y de los frutos, su amor por los colores y su devoción por la naturaleza se hace patente en toda su obra. Su aparente sencillez, que podría en algún momento de calificarse como de naif, oculta un enorme trabajo y muchos años de estudio y dedicación para encontrar su verdadera pasión, que se refleja con certeza en este litograbado. La delicadeza de las líneas, así como su manera de articular de manera armónica los objetos dentro de un espacio determinado, son también sus más sólidas constantes. Tal como lo diría Lozano al afirmar: No hago pintura de vanguardia por el simple hecho de no pintar como los demás. El mundo que yo pinto es mi propio y solitario mundo. La importancia de su trabajo es relatada por el reconocido Director del Departamento de Bellas Ates de la Universidad de Nueva York, Edward J. Sullivan: Su obra ha desempeñado deliberadamente un papel en el desarrollo del arte occidental y ella no ha deseado rebelarse ni buscar nuevas y más audaces formas de expresión. Lozano ha tomado la decisión de mantenerse dentro de las fronteras establecidas tanto en la forma como en la técnica. No ha intentado variar o reformar el arte. Ha querido crear su propio y único estilo dentro de los parámetros que han sido establecidos con anterioridad a ella. Esto no quiere decir, sin embargo, que es una artista complaciente que sólo repite fórmulas ya muy conocidas y probadas que han dado resultados positivos a través de las décadas y los siglos. Lozano está consciente de que para crear una marca original en la historia del arte moderno y contemporáneo, debe desarrollar su propio vocabulario artístico. Entre sus exhibiciones más destacadas, se cuentan: Museo de Arte Moderno La Tertulia, Cali; Aberbach Fine Art Gallery, Nueva York; Biblioteca Luis Ángel Arango, Bogotá; Galerie Kasper, Morges; y Findlay Galerie, Palm Beach.
Arnulfo Luna (Colombia, 1946)
Sin título, 1996
Litograbado sobre papel
Edición 17 de 150
Luego de iniciarse como artista con una serie sobre las fotonovelas de Corín Tellado, muy al estilo pop de los años sesenta, Arnulfo Luna encuentra en el hiperrealismo su manera más genuina de expresión. Sus camiones y buses carcomidos por el óxido dan prueba de su gran habilidad para registrar el paso del tiempo así como para exaltar la belleza que extrae del propio deterioro. Pero no solamente sobresale por su realismo latente, sino también por inscribir estos camiones dentro de un espacio vital que los acoge, lo que define al objeto al mismo tiempo que a su entorno, tal como lo anotaría el artista al decir: Ya no uso la figura humana porque el camión es el personaje, ha adquirido vida como un ser humano. Una interesante aproximación a su obra la hace Eduardo Márceles Daconte al expresar: A través de su carrera artística, Arnulfo Luna ha sido fiel a sus principios estéticos basados en la utilización de la luz y el color del Caribe colombiano como protagonistas de sus composiciones. Así mismo, ha sido consecuente con su intención de dejar el testimonio de una visión crítica del patrimonio material que circunda nuestra existencia y que muchas veces pasa desapercibida ante nuestros ojos hasta que el artista, de manera expresa y deliberada, se encarga de señalar para nuestro beneficio y el de futuras generaciones el valor de esos fragmentos de vida que se van extinguiendo sobre la marcha. Este artista cuenta con importantes exhibiciones entre las que se destancan: Aberbach Fine Art, Londres; y Museo de Arte Moderno, Cartagena; al igual que ha participado en las bienales de Arte Internacional de Florencia (Italia), en los años 2001 y 2007.
Arnulfo Luna (Colombia, 1946)
Sin título, 1996
Litograbado sobre papel
Edición 138 de 150
Luego de iniciarse como artista con una serie sobre las fotonovelas de Corín Tellado, muy al estilo pop de los años sesenta, Arnulfo Luna encuentra en el hiperrealismo su manera más genuina de expresión. Sus camiones y buses carcomidos por el óxido dan prueba de su gran habilidad para registrar el paso del tiempo así como para exaltar la belleza que extrae del propio deterioro. Pero no solamente sobresale por su realismo latente, sino también por inscribir estos camiones dentro de un espacio vital que los acoge, lo que define al objeto al mismo tiempo que a su entorno, tal como lo anotaría el artista al decir: Ya no uso la figura humana porque el camión es el personaje, ha adquirido vida como un ser humano. Una interesante aproximación a su obra la hace Eduardo Márceles Daconte al expresar: A través de su carrera artística, Arnulfo Luna ha sido fiel a sus principios estéticos basados en la utilización de la luz y el color del Caribe colombiano como protagonistas de sus composiciones. Así mismo, ha sido consecuente con su intención de dejar el testimonio de una visión crítica del patrimonio material que circunda nuestra existencia y que muchas veces pasa desapercibida ante nuestros ojos hasta que el artista, de manera expresa y deliberada, se encarga de señalar para nuestro beneficio y el de futuras generaciones el valor de esos fragmentos de vida que se van extinguiendo sobre la marcha. Este artista cuenta con importantes exhibiciones entre las que se destancan: Aberbach Fine Art, Londres; y Museo de Arte Moderno, Cartagena; al igual que ha participado en las bienales de Arte Internacional de Florencia (Italia), en los años 2001 y 2007.
Gerardo Ravassa (Colombia, 1944)
Farallón, 1990
Litograbado sobre papel
Edición 48 de 150
Este artista, contemporáneo de Ómar Rayo, Juan Antonio Roda y Ever Astudillo, se ha preocupado por observar la naturaleza, tal como lo muesta este grabado Farallón, en una misteriosa composición en la que las montañas y el vacío de los árboles sugieren una forma geométrica, en la que paradójicamente se encuentra enmarcada la imagen. Con una exhuberante gama de colores aproxima al paisaje a lenguajes pop, usuales en la internacionalización de la plástica caleña, provenientes de las bienales gráficas realizadas en la década de los setenta.
Omar Rayo (Colombia, 1928 - 2010)
Garzara III, 1980
Intaglio y acrílico sobre papel
Edición 141 de 150
Omar Rayo fue un artista polifacético: caricaturista, pintor, grabador. Su interés por fusionar en su trabajo la herencia indígena americana y las corrientes contemporáneas le abrieron paso a una obra donde predomina lo geométrico y los efectos visuales. En Garzara se hace patente este interés pues gracias a su enorme habilidad en el grabado y al uso del intaglio (relieve repujado en el papel) logra en pocas líneas concretar una figura en su esencia. Omar Rayo se dio a conocer como destacado caricaturista de diversos periódicos del país. Después de viajar por varios países de América Latina se establece por una breve temporada en México. Más tarde y fruto de obtener la prestigiosa beca Guggenheim entró en contacto con las principales cor- rientes artísticas del momento como el Pop Art y el Op Art. Se radica en Nueva York donde vivió desde 1960 hasta 1986. En 1981 funda el Museo Rayo en Roldanillo, especializado en dibujo y grabado latinoamericano. Realizó más de doscientas exposiciones en países como Francia, España, Italia, Estados Unidos, Costa Rica, Puerto Rico, México, Venezuela, Ecuador, Perú, Chile, Brasil, Japón, Hungría, Polonia, Ale- mania, Noruega, China. Algunos de los museos que tienen sus obras son: Museo Nacional, Bogotá; Museo de Arte Moderno, Bogotá; Museo Rufino Tamayo, Ciudad de México; Museo Nacional de Bellas Artes, Santiago; MoMA, Nueva York; Art Institute of Chicago, Chicago; Philadelphia Museum of Art, Philadelphia; Library of Congress, Washington; y Museo de Arte Moderno, Tokyo.
Juan Antonio Roda (España, 1921 - Colombia, 2003)
Invasión, 1988
Aguafuerte y punta seca sobre papel
Edición 1 de 125
A pesar de haber nacido en España, Roda fue uno de los mayores grabadores de Colombia. Llega al país en 1955 y en 1970 empieza a trabajar de manera constante en el grabado donde obtuvo un merecido reconocimiento nacional e internacional. Su personalísima obra hunde sus raíces en una figuración humana a la cual supo mezclar con unos rasgos oníricos, lo que le dio un sello propio, tal como se advierte en series como El delirio de las Monjas Muertas (1973), Amarraperros (1975), Los castigos (1978), entre otras. Gracias a su labor como director de la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de los Andes en Bogotá (1961-1974) una nueva generación de artistas colombianos se inclinaron hacia el grabado como Maripaz Jaramillo, Beatriz González y Lorenzo Jaramillo, entre otros. Su pasión por el grabado es descrita por él mismo así: Trabajo el grabado porque tiene inmensas posibilidades. Me permite lograr negros absolutos, trabajar líneas con gran libertad y variar la gama entre blanco, negro, grises. Un grabado puedo trabajarlo durante un mes. Lo raspo, lo pulo, lo cambio, lo lijo, juego con los ácidos, con los cortes... es apasionante trabajar con las manos. El grabado tiene algo de taller. Tienes tiempo de estar pensando en la plancha mientras estás trabajando. En la tela no. La tela fatiga más (...). Cuando hago grabado no pinto. Y cuando pinto no grabo. No puedo estar pensando en dos cosas a la vez. Sin lugar a dudas Roda es una figura central en el desarrollo de la plástica colombiana y su modernidad. La representación como artista colombiano en la Bienal de Sao Paulo, lo ubicó como uno de los destinados a influir sobre la pintura colombiana de la segunda mitad del siglo XX.
Juan Antonio Roda (España, 1921 - Colombia, 2003)
Así, 1979
Aguafuerte y punta seca sobre papel
Edición 58 de 112
A pesar de haber nacido en España, Roda fue uno de los mayores grabadores de Colombia. Llega al país en 1955 y en 1970 empieza a trabajar de manera constante en el grabado donde obtuvo un merecido reconocimiento nacional e internacional. Su personalísima obra hunde sus raíces en una figuración humana a la cual supo mezclar con unos rasgos oníricos, lo que le dio un sello propio, tal como se advierte en series como El delirio de las Monjas Muertas (1973), Amarraperros (1975), Los castigos (1978), entre otras. Gracias a su labor como director de la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de los Andes en Bogotá (1961-1974) una nueva generación de artistas colombianos se inclinaron hacia el grabado como Maripaz Jaramillo, Beatriz González y Lorenzo Jaramillo, entre otros. Un buen razonamiento sobre la imagen de este grabado se puede encontrar en la siguiente anotación de Luis Goytisolo: ¿Cuáles son pues las raíces de Roda? Los rasgos de algunos de sus rostros pueden hacernos pensar en Iberoamérica, pero un artista iberoamericano no pensará lo mismo... ¿Goya? Sin lugar a dudas. ¿Picasso? Sí, también Picasso, aunque los grabados de Roda se parezcan tan poco a los del uno como a los del otro. Y eso me parece importante: brotan del mismo suelo, impremeditadamente, por mucho que los tres tengan además en común el título de una de sus respectivas series de grabados: La tauromaquia. Sin lugar a dudas Roda es una figura central en el desarrollo de la plástica colombiana y su modernidad. La representación como artista colombiano en la Bienal de Sao Paulo, lo ubicó como uno de los destinados a influir sobre la pintura colombiana de la segunda mitad del siglo XX.
Juan Antonio Roda (España, 1921 - Colombia, 2003)
Sin título, 1992
Litograbado sobre papel
Edición 102 de 150
Si Juan Antonio Roda era un maestro en la creación de figuras, de intercalarlas en un ambiente onírico, de crear tensiones con el contraste del blanco y del negro, también lo era cuando de la abstracción se trata. En efecto, en este grabado Roda se libera de la tiranía de las formas y da rienda suelta a su imaginación, donde los colores luchan entre sí como si libraran un combate imaginario, como si fuera una escritura emotiva y sismográfica, tal como lo advierte Carolina Ponce de León. Su abstracción lírica, como se la ha denominado, nos muestra nuevamente que Roda se movía con total libertad en ambos territorios: el de la figuración y el de la abstracción. Una radiografía de su trabajo la hace Carolina Ponce de León al decir: La trayectoria artística de Roda ha oscilado constantemente entre la figuración y la abstracción. Una dualidad aparentemente inconciliable en su obra. Se le recuerda por el dibujo minucioso y por el claroscuro teatral de los grabados sobre metal que realiza a partir de los años setenta, los cuales parecen negar opciones que dan curso libre a la expresión plástica. Pero se recuerda también por sus pinturas, en las cuales las superficies expresivas inscribían una escritura emotiva y sismográfica. Es casi la confrontación entre la academia y la modernidad. Sin lugar a dudas Roda es una figura central en el desarrollo de la plástica colombiana y su modernidad. La representación como artista colombiano en la Bienal de Sao Paulo, lo ubicó como uno de los destinados a influir sobre la pintura colombiana de la segunda mitad del siglo XX.
Juan Antonio Roda (España, 1921 - Colombia, 2003)
Sin título, 1992
Litograbado sobre papel
Edición 76 de 150
Si Juan Antonio Roda era un maestro en la creación de figuras, de intercalarlas en un ambiente onírico, de crear tensiones con el contraste del blanco y del negro, también lo era cuando de la abstracción se trata. En efecto, en este grabado Roda se libera de la tiranía de las formas y da rienda suelta a su imaginación, donde los colores luchan entre sí como si libraran un combate imaginario, como si fuera una escritura emotiva y sismográfica, tal como lo advierte Carolina Ponce de León. Su abstracción lírica, como se la ha denominado, nos muestra nuevamente que Roda se movía con total libertad en ambos territorios: el de la figuración y el de la abstracción. Una radiografía de su trabajo la hace Carolina Ponce de León al decir: La trayectoria artística de Roda ha oscilado constantemente entre la figuración y la abstracción. Una dualidad aparentemente inconciliable en su obra. Se le recuerda por el dibujo minucioso y por el claroscuro teatral de los grabados sobre metal que realiza a partir de los años setenta, los cuales parecen negar opciones que dan curso libre a la expresión plástica. Pero se recuerda también por sus pinturas, en las cuales las superficies expresivas inscribían una escritura emotiva y sismográfica. Es casi la confrontación entre la academia y la modernidad. Sin lugar a dudas Roda es una figura central en el desarrollo de la plástica colombiana y su modernidad. La representación como artista colombiano en la Bienal de Sao Paulo, lo ubicó como uno de los destinados a influir sobre la pintura colombiana de la segunda mitad del siglo XX.
Juan Antonio Roda (España, 1921 - Colombia, 2003)
Horóscopo chino, 1996
Aguafuerte y punta seca sobre papel
La serie del Horóscopo chino fue hecha por el maestro Roda a mediados de los años noventa. Sus grabados representan a cada uno de los doce animales que lo componen: la rata, el buey, el tigre, el conejo, el dragón, la serpiente, el caballo, la cabra, el mono, el gallo, el perro y el cerdo. Al igual que sucede con el horóscopo occidental, cada uno de ellos encierra determinados rasgos de la persona que nace en un año determinado. La soltura de la línea, la habilidad con la que están trazadas las figuras, su disposición dentro del espacio del papel, hablan de la madurez del artista quien con pocos elementos logra concretar de manera contundente cada signo. Tal como lo describiría Jordi Benet, al hablar de sus logros técnicos: Sus grabados son casi siempre aguafuertes, con profusa aplicación de resinas y la intervención, en las incisiones finales, muy a menudo, de los recursos inconfundibles de la punta seca. Así consigue los negros intensos, la gama de grises integradores, los entramados de las rayas aterciopeladas, y el contraste que proporciona, cuando es necesario, el esplendor de los blancos, obtenidos por justa presión del tórculo, hecho que intensifica el valor tonal de las reservas del papel. Sin lugar a dudas Roda es una figura central en el desarrollo de la plástica colombiana y su modernidad. La representación como artista colombiano en la Bienal de Sao Paulo, lo ubicó como uno de los destinados a influir sobre la pintura colombiana de la segunda mitad del siglo XX.
Juan Antonio Roda (España, 1921 - Colombia, 2003)
Rata, 1996
Aguafuerte y punta seca sobre papel
Edición 127 de 150
Juan Antonio Roda (España, 1921 - Colombia, 2003)
Búfalo, 1996
Aguafuerte y punta seca sobre papel
Edición 57 de 150
Juan Antonio Roda (España, 1921 - Colombia, 2003)
Tigre, 1996
Aguafuerte y punta seca sobre papel
Edición 50 de 150
Juan Antonio Roda (España, 1921 - Colombia, 2003)
Conejo, 1996
Aguafuerte y punta seca sobre papel
Edición prueba de artista
Juan Antonio Roda (España, 1921 - Colombia, 2003)
Dragón, 1996
Aguafuerte y punta seca sobre papel
Edición prueba de artista
Juan Antonio Roda (España, 1921 - Colombia, 2003)
Serpiente, 1996
Aguafuerte y punta seca sobre papel
Edición Fuera de comercio
Juan Antonio Roda (España, 1921 - Colombia, 2003)
Caballo, 1996
Aguafuerte y punta seca sobre papel
Edición 49 de 150
Juan Antonio Roda (España, 1921 - Colombia, 2003)
Cabra, 1996
Aguafuerte y punta seca sobre papel
Edición 51 de 150
Juan Antonio Roda (España, 1921 - Colombia, 2003)
Mico, 1996
Aguafuerte y punta seca sobre papel
Edición 55 de 150
Juan Antonio Roda (España, 1921 - Colombia, 2003)
Gallo, 1996
Aguafuerte y punta seca sobre papel
Edición 88 de 150
Juan Antonio Roda (España, 1921 - Colombia, 2003)
Perro, 1996
Aguafuerte y punta seca sobre papel
Edición 126 de 150
Juan Antonio Roda (España, 1921 - Colombia, 2003)
Horóscopo, 1996
Aguafuerte y punta seca sobre papel
Al igual que su serie gemela, la serie Horóscopo fue grabada a mediados de los años noventa por Juan Antonio Roda. En estos pequeños grabados el artista le da una calidad icónica a cada uno de los signos. Estos son los siguientes: Aries, Tauro, Géminis, Cáncer, Leo, Virgo, Libra, Escorpio, Sagitario, Capricornio, Acuario y Piscis. Las reminiscencias clásicas, como se observa en los signos Leo, Acuario o Cáncer, se contraponen con otras de carácter más moderno, pero primando en todas ellas la esencialidad de las figuras. Jordi Benet, hablaría de sus logros técnicos al decir: Sus grabados son casi siempre aguafuertes, con profusa aplicación de resinas y la intervención, en las incisiones finales, muy a menudo, de los recursos inconfundibles de la punta seca. Así consigue los negros intensos, la gama de grises integradores, los entramados de las rayas aterciopeladas, y el contraste que proporciona, cuando es necesario, el esplendor de los blancos, obtenidos por justa presión del tórculo, hecho que intensifica el valor tonal de las reservas del papel. Sin lugar a dudas Roda es una figura central en el desarrollo de la plástica colombiana y su modernidad. La representación como artista colombiano en la Bienal de Sao Paulo, lo ubicó como uno de los destinados a influir sobre la pintura colombiana de la segunda mitad del siglo XX.
Juan Antonio Roda (España, 1921 - Colombia, 2003)
Aries, 1996
Aguafuerte y punta seca sobre papel
Edición 41 de 150
Juan Antonio Roda (España, 1921 - Colombia, 2003)
Tauro, 1996
Aguafuerte y punta seca sobre papel
Edición 58 de 150
Juan Antonio Roda (España, 1921 - Colombia, 2003)
Géminis, 1996
Aguafuerte y punta seca sobre papel
Edición 92 de 150
Juan Antonio Roda (España, 1921 - Colombia, 2003)
Cáncer, 1996
Aguafuerte y punta seca sobre papel
Edición prueba de taller
Juan Antonio Roda (España, 1921 - Colombia, 2003)
Leo, 1996
Aguafuerte y punta seca sobre papel
Edición 130 de 150
Juan Antonio Roda (España, 1921 - Colombia, 2003)
Virgo, 1996
Aguafuerte y punta seca sobre papel
Edición 91 de 150
Juan Antonio Roda (España, 1921 - Colombia, 2003)
Libra, 1996
Aguafuerte y punta seca sobre papel
Edición 124 de 150
Juan Antonio Roda (España, 1921 - Colombia, 2003)
Escorpión, 1996
Aguafuerte y punta seca sobre papel
Edición 100 de 150
Juan Antonio Roda (España, 1921 - Colombia, 2003)
Sagitario, 1996
Aguafuerte y punta seca sobre papel
Edición 59 de 150
Juan Antonio Roda (España, 1921 - Colombia, 2003)
Capricornio, 1996
Aguafuerte y punta seca sobre papel
Edición 53 de 150
Juan Antonio Roda (España, 1921 - Colombia, 2003)
Acuario, 1996
Aguafuerte y punta seca sobre papel
Edición 87 de 150
Carlos Rojas (Colombia, 1933 - 1997)
Sin título
Litograbado sobre papel
Edición 73 de 112
Una de las figuras centrales en la transición del arte moderno al contemporáneo en Colombia, sin duda es Carlos Rojas. Sus planteamientos acerca de la abstracción, influenciada de un lado por los lineamientos de Édgar Negret y Eduardo Ramírez Villamizar, en los que los valores precolombinos y su carácter ritual, juegan un papel fundamental; y de otro lado, en la que las observaciones de la materia y la contemplación de la naturaleza, concilian las posturas entre los idearios de identidad latinoamericanista, impulsados por Marta Traba, y el individualismo conceptual y globalizado, presente en nuestros días. Un buen acercamiento a estos procesos concptuales lo hace María Iovino, al precisar en 2013: Entre muchos otros aportes, este artista avisó con sorprendente lucidez y precisión el advenimiento de un momento de interdisciplinariedad, integración y generación de nuevos modelos, como el que está tomando cuerpo en los días actuales. Carlos Rojas pudo ver y anunciar estos giros relativamente temprano, en tanto que trabajó en múltiples campos que le apasionaban, con el propósito de comprender en cada uno de ellos el comportamiento vital y poético de su estructura, lo que incluye la forma en que ella se constituye y relaciona con otras más. Su cuerpo de obra se encuentra conservado en importantes tanto en colecciones privadas, como públicas, entre las que se destacan: MoMA Modern Museum of Art, New York; Museum of Fine Arts, Houston; Museo de Arte del Banco de la República, Bogotá; y Museo Nacional de Colombia, Bogotá.
Gustavo Zalamea (Argentina, 1951 - Brasil, 2011)
Estudio
Litograbado sobre papel
Edición 83 de 150
La influencia de Gustavo Zalamea sobre el panorama del arte contemporáneo colombiano es fundamental, si se considera su paso por la academia de Arte de la Universidad Nacional, donde por alrededor de dos décadas formó gran cantidad de artistas. Gran parte de su producción se centra en la pintura y la producción de la imagen, en la que con lenguajes influenciados por el pop-art denuncia la situación social de nuestra sociedad, entre pacata y plácida, hasta convulsionada y corroída. Una de las más bellas reflexiones que Zalamea nos dejó sobre el grabado y su relación con el dibujo fue: Me gusta pensar en el dibujo como un acto que va definiendo un territorio construido a partir de series de referencias: es decir que establece un mapa de relaciones. Decir mapa es remitirse a un ensamblaje gráfico y la gráfica es para mí, en sus múltiples formas, una base fundamental del trabajo de organización y comunicación. Decir territorio es abrir un entramado vivo, inagotable en sus posibilidades de juego, donde la tarea es entonces ir encontrando las conexiones precisas para hacer visibles ciertos trayectos apoyado en la sensibilidad y la fragilidad: las copias, los calcos, los esbozos, las notas, los diagramas, los bocetos de composición son mínimas huellas luminosas, testimonios de una labor cotidiana que no sólo tiene en cuenta los conocimientos ya probados, sino que incluye también nuevos ensayos e incluso experimentos infructuosos. Sin ninguna pretensión de intemporalidad, aparentemente insignificante, la letra pequeña, el vocabulario del dibujo, puede escribir también el más hondo sentido. Sus obras se encuentran presentes en colecciones como: Museo de Arte del Banco de la República, Bogotá; Museo de Arte de la Universidad Nacional, Bogotá; Museo de Arte Contemporáneo, Caracas; Museo de las Américas, OEA, Washington; y Museo Cuevas, Ciudad de México.
Gustavo Zalamea (Argentina, 1951 - Brasil, 2011)
Estudio con ciudad y montañas de Bogotá
Litograbado sobre papel
Edición 129 de 150
La influencia de Gustavo Zalamea sobre el panorama del arte contemporáneo colombiano es fundamental, si se considera su paso por la academia de Arte de la Universidad Nacional, donde por alrededor de dos décadas formó gran cantidad de artistas. Gran parte de su producción se centra en la pintura y la producción de la imagen, en la que con lenguajes influenciados por el pop-art denuncia la situación social de nuestra sociedad, entre pacata y plácida, hasta convulsionada y corroída. Una de las más bellas reflexiones que Zalamea nos dejó sobre el grabado y su relación con el dibujo fue: Me gusta pensar en el dibujo como un acto que va definiendo un territorio construido a partir de series de referencias: es decir que establece un mapa de relaciones. Decir mapa es remitirse a un ensamblaje gráfico y la gráfica es para mí, en sus múltiples formas, una base fundamental del trabajo de organización y comunicación. Decir territorio es abrir un entramado vivo, inagotable en sus posibilidades de juego, donde la tarea es entonces ir encontrando las conexiones precisas para hacer visibles ciertos trayectos apoyado en la sensibilidad y la fragilidad: las copias, los calcos, los esbozos, las notas, los diagramas, los bocetos de composición son mínimas huellas luminosas, testimonios de una labor cotidiana que no sólo tiene en cuenta los conocimientos ya probados, sino que incluye también nuevos ensayos e incluso experimentos infructuosos. Sin ninguna pretensión de intemporalidad, aparentemente insignificante, la letra pequeña, el vocabulario del dibujo, puede escribir también el más hondo sentido. Sus obras se encuentran presentes en colecciones como: Museo de Arte del Banco de la República, Bogotá; Museo de Arte de la Universidad Nacional, Bogotá; Museo de Arte Contemporáneo, Caracas; Museo de las Américas, OEA, Washington; y Museo Cuevas, Ciudad de México.
Alejandro Aróstegui (Nicaragua, 1935)
Sin título, 1990
Serigrafía sobre papel
Edición 122 de 150
Alejandro Aróstegui es uno de los artistas más representativos de Nicaragua. Fundador en 1963 junto con Amaru Barahona y el pintor César Izquierdo del ya mítico Grupo Praxis, el cual vino a revolucionar el arte en su país. Su obra logra una síntesis de la geografía de su entorno natal, el cual siempre aparece al fondo como si fuera un paisaje metafísico, muy al estilo de Giorgio de Chirico, con los objetos que lo rodean, la mayoría de ellos restos de latas o piedras volcánicas. Fruto de esta unión surgen esta serie de grabados los cuales logran convertir tanto a la mesa como a las piedras o latas que están encima, como elementos de un silencioso y misterioso ritual. Una muestra de su importancia la anotó José Luis Cuevas al decir: Armando Morales y Alejandro Aróstegui, las dos figuras cumbres de la plástica nicaragüense. En ambos hay poesía, misterio, música oculta, silencio. Entre sus exhibiciones destacadas se encuentran las realizadas en: Bienal de Cuenca, Cuenca; Río de Janeiro; Art Institute de Chicago, Chicago; y Museo de Arte Moderno, Ciudad De México.
Alejandro Aróstegui (Nicaragua, 1935)
Sin título, 1993
Serigrafía sobre papel
Edición 28 de 150
Alejandro Aróstegui es uno de los artistas más representativos de Nicaragua. Fundador en 1963 junto con Amaru Barahona y el pintor César Izquierdo del ya mítico Grupo Praxis, el cual vino a revolucionar el arte en su país. Su obra logra una síntesis de la geografía de su entorno natal, el cual siempre aparece al fondo como si fuera un paisaje metafísico, muy al estilo de Giorgio de Chirico, con los objetos que lo rodean, la mayoría de ellos restos de latas o piedras volcánicas. Fruto de esta unión surgen esta serie de grabados los cuales logran convertir tanto a la mesa como a las piedras o latas que están encima, como elementos de un silencioso y misterioso ritual. Una muestra de su importancia la anotó José Luis Cuevas al decir: Armando Morales y Alejandro Aróstegui, las dos figuras cumbres de la plástica nicaragüense. En ambos hay poesía, misterio, música oculta, silencio. Entre sus exhibiciones destacadas se encuentran las realizadas en: Bienal de Cuenca, Cuenca; Río de Janeiro; Art Institute de Chicago, Chicago; y Museo de Arte Moderno, Ciudad De México.
Alejandro Aróstegui (Nicaragua, 1935)
Sin título, 1990
Serigrafía sobre papel
Edición 97 de 150
Alejandro Aróstegui es uno de los artistas más representativos de Nicaragua. Fundador en 1963 junto con Amaru Barahona y el pintor César Izquierdo del ya mítico Grupo Praxis, el cual vino a revolucionar el arte en su país. Su obra logra una síntesis de la geografía de su entorno natal, el cual siempre aparece al fondo como si fuera un paisaje metafísico, muy al estilo de Giorgio de Chirico, con los objetos que lo rodean, la mayoría de ellos restos de latas o piedras volcánicas. Fruto de esta unión surgen esta serie de grabados los cuales logran convertir tanto a la mesa como a las piedras o latas que están encima, como elementos de un silencioso y misterioso ritual. Una muestra de su importancia la anotó José Luis Cuevas al decir: Armando Morales y Alejandro Aróstegui, las dos figuras cumbres de la plástica nicaragüense. En ambos hay poesía, misterio, música oculta, silencio. Entre sus exhibiciones destacadas se encuentran las realizadas en: Bienal de Cuenca, Cuenca; Río de Janeiro; Art Institute de Chicago, Chicago; y Museo de Arte Moderno, Ciudad De México.
Agustín Cárdenas (Cuba, 1927 - 2001)
Sin título, 1990
Serigrafía sobre papel
Edición 142 de 150
Fruto de su permanencia en París desde mediados de los años cincuenta hasta mediados de la siguiente década, el cubano Agustín Cárdenas entró en contacto con el grupo surrealista, influyendo de manera positiva en su trabajo, a la cual le añadió la sensibilidad propia de sus orígenes afroamericanos. Más conocido por su trabajo escultórico, donde los cuerpos se convierten en volúmenes puros que marcan el ritmo sinuoso de sus piezas, Cárdenas nos muestra en esta obra precisamente esa abstracción y esa esencialidad tan suya que lo convirtió, junto con Wifredo Lam, en uno de los artistas cubanos más destacados del siglo XX. Sus obras se encuentran en: Hakone Open Air Museum, Hakone; Musée de la Sculpture en Plein Air, París; Musée d’Art et d’Industrie, Saint Etienne; Musée d’Art Contemporain, Montreal; Museo de Arte Moderno, Tel Aviv; Museo de Bellas Artes, Caracas; y Museo Nacional de Bellas Artes, La Habana; entre otros importantes museos. Una hermosa descripción de su obra es la que plantea el surrealista francés André Breton: Tan hábil como una libélula, la mano de Cárdenas, para fortuna nuestra, permanece en ese estado altamente privilegiado. He aquí brotando de sus dedos el gran tótem floreciente que, mejor que un saxofón, hace cimbrar el talle de las bellas mujeres.
Agustín Cárdenas (Cuba, 1927 - 2001)
Sin título, 1990
Serigrafía sobre papel
Edición 84 de 150
Fruto de su permanencia en París desde mediados de los años cincuenta hasta mediados de la siguiente década, el cubano Agustín Cárdenas entró en contacto con el grupo surrealista, influyendo de manera positiva en su trabajo, a la cual le añadió la sensibilidad propia de sus orígenes afroamericanos. Más conocido por su trabajo escultórico, donde los cuerpos se convierten en volúmenes puros que marcan el ritmo sinuoso de sus piezas, Cárdenas nos muestra en esta obra precisamente esa abstracción y esa esencialidad tan suya que lo convirtió, junto con Wifredo Lam, en uno de los artistas cubanos más destacados del siglo XX. Sus obras se encuentran en: Hakone Open Air Museum, Hakone; Musée de la Sculpture en Plein Air, París; Musée d’Art et d’Industrie, Saint Etienne; Musée d’Art Contemporain, Montreal; Museo de Arte Moderno, Tel Aviv; Museo de Bellas Artes, Caracas; y Museo Nacional de Bellas Artes, La Habana; entre otros importantes museos. Una hermosa descripción de su obra es la que plantea el surrealista francés André Breton: Tan hábil como una libélula, la mano de Cárdenas, para fortuna nuestra, permanece en ese estado altamente privilegiado. He aquí brotando de sus dedos el gran tótem floreciente que, mejor que un saxofón, hace cimbrar el talle de las bellas mujeres.
Víctor Chab (Argentina, 1930)
Joven Saltimbanqui, 1990
Serigrafía sobre papel
Edición 136 de 150
En un estilo que combina el surrealismo y el expresionismo, el artista argentino Víctor Chab nos presenta a este joven saltimbanqui desmembrado, sin equilibrio, que parece estar perdido en el espacio que lo contiene. Este grabado es icónico dentro de su producción, por cuanto en ella las figuras deformes, los bestiarios, los monstruos, las pesadillas, son el centro de su representación. La columna conceptual de su trabajo se puede apreciar en esta frase que le diría a la prensa para una exhibición retrospectiva en 2002: Mi pintura es automática, trabajo sin una idea preconcebida. La obra se va creando a sí misma a medida que la voy elaborando. Me siento atraído por esta libertad para crear mis propias formas. Sus obras forman parte de importantes colecciones entre las que se encuentran: Museo Nacional de Bellas Artes, Buenos Aires; Museo de Bellas Artes, Caracas; Museum of Modern Art of Latin America, Washington; Museo de Arte Miguel Urrutia, Bogotá; University of Essex Collection of Latin American Art, Essex; y Museo José Luis Cuevas, Ciudad de México.
Gonzalo Endara Crow (Ecuador, 1936 - 1996)
Sin título
Serigrafía e intaglio sobre papel
Edición 135 de 150
Gonzalo Endara Crow, pintor y escultor ecuatoriano añadió a la naturaleza andina de su tierra natal un componente surrealista, donde varios elementos -pescados, manzanas y trenes flotantes-, actúan como un claro contraste ante la geografía circundante. El uso de colores brillantes, esmaltados, extraídos del trabajo de los artesanos de su país, lo emplea con un cierto deliberado primitivismo, imprimiendo a su trabajo ese carácter mágico y sorprendente que lo caracteriza.
Gonzalo Endara Crow (Ecuador, 1936 - 1996)
De la serie Tren volador
Serigrafía e intaglio sobre papel
Edición 70 de 150
Este grabado, que pertenece a la serie Tren volador, fue la que le dio mayor reconocimiento a Gonzalo Endara Crow, la cual realizaría en innumerables ocasiones y en distintas técnicas. Allí se observa un tren con sus respectivos vagones surcando los Andes, quizás como fijando un recuerdo de su niñez, ya que su padre trabajó en los ferrocarriles del Ecuador. Esa ensoñación ubicada en un contexto natural preciso resalta por contraste con los dos elementos que se funden de manera armónica y surrealista en este trabajo. Gonzalo Endara Crow, pintor y escultor ecuatoriano añadió a la naturaleza andina de su tierra natal un componente surrealista, donde varios elementos -pescados, manzanas y trenes flotantes-, actúan como un claro contraste ante la geografía circundante. El uso de colores brillantes, esmaltados, extraídos del trabajo de los artesanos de su país, lo emplea con un cierto deliberado primitivismo, imprimiendo a su trabajo ese carácter mágico y sorprendente que lo caracteriza.
Mateo Manaure (Venezuela, 1926)
Sin título, 1990
Serigrafía sobre papel
Edición prueba de artista
La obra pictórica de Mateo Manaure se ha movido entre la abstracción y la figuración. En la primera de ellas ha dejado obras emblemáticas como las realizadas en la Ciudad Universitaria de Caracas, declarada en el año 2000 como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. En la figuración, en la que se encuentra este grabado, es fruto de su regreso a sus orígenes donde se destaca su serie Mirar a América, con imágenes inspiradas en los ídolos locales tomando como referencia las figuras prehispánicas de Barrancas del Orinoco mediante líneas, colores y formas primarias. En el año 2008, en la ciudad venezolana de Maturín se inaugura el Museo de Arte Contemporáneo Mateo Manaure. Entre las colecciones más importantes en las que se encuentra su obra están: Galería de Arte Nacional, Caracas; Museo de Arte Contemporáneo de Caracas Sofía Imber, Caracas; Residencia Presidencial La Casona, Caracas; y la Colección Cisneros. Entre las obras de carácter público que realizó, algunas de las que se destacan se pueden apreciar en: Aeropuerto de Porlamar, Edo; Parque Infantil de La Lagunita, Caracas; Urbanización 23 de Enero, Caracas; Urbanización Simón Rodríguez, Caracas; y la emblemática Ciudad Universitaria de Caracas, Caracas.
Mateo Manaure (Venezuela, 1926)
De la serie Suelos de mi tierra, 1972
Serigrafía sobre papel
Edición 118 de 150
La inclinación hacia la abstracción de Mateo Manaure se hace patente en este grabado. Sin embargo se reconoce la línea del horizonte que enmarca un paisaje imaginario como si sufriera una combustión. Suelos de mi Tierra, Columnas Mirar a América, Orinoquía, Ofrenda a mi raza, son algunos nombres de las series que el artista venezolano ha venido haciendo alrededor de Uracoa, su lugar de origen, capital del estado de Monagas, ubicado al oriente de Venezuela. La obra pictórica de Mateo Manaure se ha movido entre la abstracción y la figuración. En la primera de ellas ha dejado obras emblemáticas como las realizadas en la Ciudad Universitaria de Caracas, declarada en el año 2000 como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. En la figuración, en la que se encuentra este grabado, es fruto de su regreso a sus orígenes donde se destaca su serie Mirar a América, con imágenes inspiradas en los ídolos locales tomando como referencia las figuras prehispánicas de Barrancas del Orinoco mediante líneas, colores y formas primarias. En el año 2008, en la ciudad venezolana de Maturín se inaugura el Museo de Arte Contemporáneo Mateo Manaure. Entre las colecciones más importantes en las que se encuentra su obra están: Galería de Arte Nacional, Caracas; Museo de Arte Contemporáneo de Caracas Sofía Imber, Caracas; Residencia Presidencial La Casona, Caracas; y la Colección Cisneros. Entre las obras de carácter público que realizó, algunas de las que se destacan se pueden apreciar en: Aeropuerto de Porlamar, Edo; Parque Infantil de La Lagunita, Caracas; Urbanización 23 de Enero, Caracas; Urbanización Simón Rodríguez, Caracas; y la emblemática Ciudad Universitaria de Caracas, Caracas.
Alirio Oramas (Venezuela, 1924 - 2016)
Teddy boy, 1989
Serigrafía sobre papel
Edición 16 de 100
La figuración, el informalismo y la abstracción fueron los campos en los que se desenvolvió el venezolano Alirio Oramas. Precisamente en el informalismo, el movimiento que se desarrolló en la década de los años sesenta con artistas como Tapies o Canogar, fue donde obtuvo su mayor reconocimiento. Teddy Boy es una prueba de ello. Su trabajo fue ampliamente reconocido en su país de origen, así como en Francia e Italia, donde vivió, estudió y trabajó en varias temporadas. Un acercamiento teórico a su trabajo es esta nota de Bélgica Rodríguez: Alirio Oramas es un artista marcado por una tendencia permanente hacia la investigación, hacia las actividades irreverentes ante lo tradicional y lo establecido y por una posición casi mística ante el hecho creador. Una actitud que se ha nutrido siempre de conceptos y teorías que han trascendido el mundo cotidiano del hombre para ubicarse en el nivel de lo esencial y de lo espiritual. Entre las exhibiciones más importantes que ha realizado se encuentran: Galerie Arnaud, París; Galleria II Cavallino, Roma; Galería de Arte Moderno, Caracas; y Palacio de Bellas Artes, La Habana. Algunas de las colecciones que conservan sus obras son: Ateneo de Caracas, Caracas; Ateneo de Valencia, Valencia; Banco Mercantil, Caracas; y Gobernación del Estado Zulia, Maracaibo.
Alirio Oramas (Venezuela, 1924 - 2016)
Sin título, 1989
Serigrafía sobre papel
Edición 11 de 150
La figuración, el informalismo y la abstracción fueron los campos en los que se desenvolvió el venezolano Alirio Oramas. Precisamente en el informalismo, el movimiento que se desarrolló en la década de los años sesenta con artistas como Tapies o Canogar, fue donde obtuvo su mayor reconocimiento. En este grabado, Oramas refleja su interés por cierta descomposición geométrica de la imagen, aspecto que fue trabajado también por Paul Klee, de quien se ve su influencia en este grabado. Un acercamiento teórico a su trabajo es esta nota de Bélgica Rodríguez: Alirio Oramas es un artista marcado por una tendencia permanente hacia la investigación, hacia las actividades irreverentes ante lo tradicional y lo establecido y por una posición casi mística ante el hecho creador. Una actitud que se ha nutrido siempre de conceptos y teorías que han trascendido el mundo cotidiano del hombre para ubicarse en el nivel de lo esencial y de lo espiritual. Entre las exhibiciones más importantes que ha realizado se encuentran: Galerie Arnaud, París; Galleria II Cavallino, Roma; Galería de Arte Moderno, Caracas; y Palacio de Bellas Artes, La Habana. Algunas de las colecciones que conservan sus obras son: Ateneo de Caracas, Caracas; Ateneo de Valencia, Valencia; Banco Mercantil, Caracas; y Gobernación del Estado Zulia, Maracaibo.
Víctor Valera (Venezuela, 1927 - 2013)
Sin título
Serigrafía sobre papel
Edición 64 de 150
Dentro del amplio y riquísimo panorama plástico venezolano de la segunda década del siglo pasado la figura de Víctor Varela sobresale por su rigor y calidad. La pronta huella que dejaron Víctor Vassarely y Fernand Leger en su obra, con quienes trabajó en París en sus respectivos talleres en la década del cincuenta, se tradujo en una serie de cuadros donde priman los efectos ópticos (influencia del primero) y el tratamiento tubular de las figuras y del espacio (influencia del segundo). Varela, el primer introductor del hierro en la escultura venezolana y uno de sus artistas más premiados, nos presenta en esta serigrafía la reiteración de sus inquietudes. Como si se tratara de un paisaje, Varela en vez de reproducir los elementos propios de la naturaleza lo que hace es acumular una serie de figuras geométricas de diversos colores que se aglutinan y mezclan en el espacio inferior de la obra, los cuales contrastan abiertamente con la parte superior que está liberada de ellos y que aparece atravesada por líneas fracturadas, lo que crea una enorme tensión cromática. Entre las principales exhibiciones de su obra se encuentran: Ateneo de Caracas, Caracas; Biblioteca Luis Ángel Arango, Bogotá; y Opus Art Studios, Miami. Sus obras se encuentran colecciones entre las que se destacan: PanAmerican Union, Washington (Actual Organización de los Estados Américanos); Teatro Bellas Artes, Maracaibo; Fundación Noa Noa, Caracas; Museo al Aire Libre Andrés Pérez Mujica, Valencia; y Museo de Arte Moderno, Bogotá.