Fabiana González 

Daniela Fajardo

Deicy Ordoñez

Daniela Bonilla



Cuando todos estábamos ansiosos por empezar la universidad, recibimos un correo que nos invitaba a la semana Matileo, una semana donde pondríamos a prueba nuestras habilidades en matemáticas, idiomas y lenguaje. Y así, con mucha incertidumbre debido a la virtualidad y la distancia, comenzamos la aventura llamada universidad.


El día martes después de una jornada lúdica y general de lo que se iba a desarrollar en la semana MATILEO, llegó una actividad basada en los conocimientos lógico-matemáticos, en donde de una manera muy didáctica nos presentaron temas vistos en el colegio, incluso algunos ya olvidados. Se realizaron actividades como la solución de problemas matemáticos, una breve inclusión de los números y algunas curiosidades de estos. En este espacio también se formularon cuestiones, dudas y problemas muy interesantes que incluso aún no han sido resueltos. Por último, la jornada concluyó con la escritura de un artículo sobre lo aprendido.


El día miércoles tuvimos la oportunidad de conocer EL Center, el centro encargado de las actividades del día. A diferencia del martes, aunque se tuvo toda la disposición, muchos no se sintieron del todo confiados con el idioma, les generaba inseguridad o temor; pero gracias a los excelentes profesores del centro, se pudo sobrellevar la actividad. Tuvimos risas, chistes, memes e incluso discusiones respecto a diversas situaciones. Gracias al EL Center todos nos sentimos en confianza, tanto los más avanzados en el idioma como los que no. Por lo anterior, se creó un ambiente cómodo para hablar el idioma y se nos demostró que verdaderamente no estamos solos.


En el transcurso del día jueves, gracias al departamento de lenguaje, hemos estado analizando la clase de textos a los que nos enfrentaremos en nuestras carreras próximamente. Estos que tendrán una complejidad debido a que usarán un lenguaje específico, pero poco a poco lo iremos entendiendo e incluso utilizarlo. Aunque no todos nos sentimos con la seguridad de ser buenos al escribir, en la oralidad o incluso al comprender un texto, sabemos que el departamento de lenguaje estará allí con nosotros y eso nos da más confianza.


En conclusión, experimentamos variedad de emociones como alegría, incertidumbre, nervios, esperanza, gratitud y entusiasmo. Con algunos pros y contras, pero dispuestos a dar lo mejor de nosotros para hacer de esto una experiencia inolvidable tanto para nosotros los estudiantes, como para los profesores. En el transcurso de los días, nos dimos cuenta de que, a pesar de la distancia, la calidez y atención de los profesores era como si estuvieran junto a nosotros. Fue lo más didáctico posible, dieron su máximo para hacernos sentir en una comunidad y se esforzaron para que, a través de estas plataformas, aprendiéramos como si estuviéramos en un salón de clases. Eso creó en nosotros más seguridad, ganas, y entusiasmo para seguir adelante con este proyecto de vida de una mejor manera, a pesar de la distancia que nos separa en este momento. La experiencia Matileo, fue esencial para entrar en confianza y aprender un poco más de la universidad, los profesores y nuestros compañeros.