Vol. 20

    Sobre papel

    En una de sus más emblemáticas frases, Juan Villoro reveló la razón por la cual el fútbol es uno de los temas más resonantes en su escritura: “Lo que sucede es que busco cumplir a través de la palabra lo que no logré en la cancha”. Con esto, el autor mejicano intentaba darle sentido —y también voz— a esa unión que hoy nos convoca en PDC: la de la literatura con el balón.

    A veces pareciera que esa fusión es una especie de equipo sin técnico y sin una formación fija, en donde pueden entrar, sin necesidad de ser llamadas, todas esas personas que tienen una o varias historias relacionadas con el balón y las alegrías —y estragos— que este ha causado en sus vidas. Porque querámoslo o no, una victoria o una derrota de nuestro equipo amado, termina afectando un espacio enorme de lo que conocemos como cotidianidad.

    El primer autor en experimentar esta relación entre las letras y el fútbol fue el emblemático y atormentado cuentista uruguayo Horacio Quiroga, conocido por tratar en sus textos temas como el amor, la locura y la muerte.

    En ‘Juan Polti half-back’, relato escrito en 1918, Quiroga cuenta la historia de un futbolista del Nacional de Montevideo que se quita la vida al verse al borde del retiro, sintiendo que ya no le podía aportar nada más a su club.

    Otro referente histórico es el filósofo, escritor y Premio Nobel de Literatura francés Albert Camus, quien no pocas veces dejó ver su amor por el fútbol a través de su potente prosa. Cuenta la historia que Camus en sus tiempos de infancia y adolescencia tenía una fuerte inclinación por jugar como delantero, pero a causa de la dura situación económica de su familia, empezó a ser arquero para así no gastar la suela de sus zapatos.

    De sus escritos y reflexiones quedaron frases para la eternidad, como: “Todo cuanto sé con mayor certeza sobre la moral y las obligaciones de los hombres, se lo debo al fútbol”.

    Bajo esa influencia, quienes amamos la posibilidad de poder jugar partidos en medio de párrafos, también nos hemos deleitado con textos que nos han regalado genios de la pluma un poco más contemporáneos.

    El escritor chileno Roberto Bolaño, por ejemplo, nos cuenta en su relato ‘Buba’ la sorprendente historia de un jugador africano que tenía un ritual secreto para salir figura en todos los partidos; mientras que el uruguayo Eduardo Galeano, en su libro ‘El fútbol a sol y sombra’, nos regala oraciones que se puedan leer como un pase de primera intención: “Una vez por semana, el hincha huye de su casa y asiste al estadio. Flamean las banderas, suenan las matracas, los cohetes, los tambores, llueven las serpientes y el papel picado; la ciudad desaparece, la rutina se olvida, sólo existe el templo”, dijo.

    También tendríamos que hablar de los argentinos Osvaldo Soriano con ‘El penalti más largo de la historia’; Martín Caparrós con su libro ‘Boquita’ y otros textos exquisitos, y Eduardo Sacheri y su antología de cuentos, en donde resalta una conmovedora carta escrita a Diego Armando Maradona titulada ‘Me van a tener que disculpar’.

    Ellos han sido pioneros en reforzar la idea de que el fútbol es mucho más que un deporte y que un campeonato, en realidad, nunca inicia o se acaba del todo con el silbatazo del árbitro, porque sus obras trascienden los límites de los estadios y muestran el lado más humano de la pelota, ese lugar cotidiano y muchas veces poco explorado en el que los protagonistas son gente del común que goza o sufre lejos de los flashes de las cámaras.

    Porque después de los goles, las gambetas, las atajadas, los abrazos, los titulares de prensa y los resúmenes de los noticieros, la literatura queda como esa alternativa para que podamos jugarnos en cada página un ‘tercer tiempo’, ese en el que tenemos la posibilidad de ser los protagonistas de nuestros propios partidos, esos en los que sufrimos como nunca, pero en los que, eventualmente, hemos podido festejar pequeños triunfos.

    En esta edición de Papel de Colgadura y la Especialización en Escrituras Creativas de la Universidad Icesi, se convocó la participación de quienes quisieran escribir de fútbol desde su tribuna particular, aquella donde la realidad es incierta y el marcador final termina siendo una anécdota de la que se pueden desprender un gran número de historias.

    Como resultado, contamos con la participación no solo de escritores en formación del programa mencionado anteriormente, sino también de periodistas, politólogos, publicistas y docentes que en sus relatos enriquecen la narrativa existente alrededor de uno de los temas más apasionantes del planeta.

    Un protagonista que sueña con ser el mejor arquero pese a sus manos pequeñas, un abuelo con Alzheimer que se resiste a olvidar su pasión futbolera y un equipo fantasma que no quiere ser olvidado hacen parte de esta colección de relatos.

    Siguiendo la recomendación de Villoro, nos jugamos la posibilidad de conquistarlos con esta selección de textos que conforman nuestro propio equipo, uno que está ansioso por saltar a la cancha cuando usted, estimado lector, se decida a dar el puntapié inicial.

     

    -Catalina Villa

    -Daniel Molina

    -Mauricio Guerrera