MEMEX

 

Se trataba de un aparato de uso individual y privado que almacena libros, archivos y comunicaciones como lo hacen las bibliotecas, pero su búsqueda es mecanizada y veloz. Lo que Bush veía mentalmente es en parte un PC contemporáneo y en parte un sofisticado programa de hipertexto. El modo en que describe el uso de su memex es una descripción perfecta de cómo un lector contemporáneo se mueve por el hipertexto: “…construye un camino a través del laberinto de materiales disponibles siguiendo su propio interés.”

Además de buscar y recuperar información, el Memex también permitía al lector “añadir notas marginales y comentarios, valiéndose de un posible tipo de fotografía seca; e incluso podría hacerlo con un sistema de agujas, como el telégrafo que se ve hoy en día en las salas de espera de las estaciones del ferrocarril, igual que si tuviera la página física delante de él

De este aspecto crucial del Memex concebido por Bush, dos cosas llaman la atención: primero, Bush está convencido de la necesidad de anotar, durante la lectura, los pensamientos transitorios y las reacciones al texto. Con este énfasis, lo que hace Bush es redefinir el concepto de lectura como un proceso activo que implica escritura. Y, segundo, la referencia al lector perspicaz y activo, que puede anotar un texto “igual que si tuviera la página física delante de él”, atestigua la necesidad de concebir un texto más virtual que físico. Una de las cosas más curiosas acerca de la posición de Bush es como utiliza las limitaciones de una forma de texto para idear una tecnología nueva, y cómo ésta nos lleva, a su vez, a una concepción totalmente nueva del texto.

No son solamente su capacidad para recuperar la información y anotarla, sino también su sistema de “índice por asociación”, que los actuales sistemas del hipertexto denominan nexo, “cuya idea básica es la capacidad de cualquier artículo para, a su vez, seleccionar, inmediata y automáticamente, otro artículo”.

Bush nos hace una descripción de cómo los lectores crearían “trayectos infinitos”con esos nexos: “Al elaborar un trayecto, el usuario primero le da un nombre, luego introduce dicho nombre en su libro de códigos y lo teclea en el teclado. Delante de él están los dos artículos que han de unirse proyectados en dos superficies de visionado adyacente. Debajo de ellos, hay unos espacios para códigos en blanco y un puntero para designarlos. El usuario solo tiene que tocar una tecla y los dos artículos se encuentran unidos. En cada espacio para códigos consta el código pertinente del código asociado. También en el espacio para códigos, pero sin que se vea, hay una serie de puntos que serán leídos por una célula fotoeléctrica; estos indican, con su posición relativa, el número de índice del otro artículo. Más adelante, cada vez que se visione uno de los artículos, el otro podrá ser recuperado con simplemente apretar un botón situado debajo del correspondiente código”.

La increíble premonitoria descripción que hace Bush de cómo el usuario del Memex crea y luego sigue trayectos solo puede equipararse a su reconocimiento crucial de que estos trayectos mismos constituyen una nueva forma de textualidad e incluso de escritura. Como él mismo lo explica: “cuándo se han unido numerosos artículos para formar un trayecto. . . es exactamente como si se hubiesen reunido artículos físicos desde fuentes muy distantes, y se lo hubiese encuadernado juntos para formar un libro nuevo.” Y añade: “de hecho, va incluso más lejos, ya que cada artículo puede estar unido en numerosos trayectos a la vez”, y, así, cada bloque de texto, imagen u otra información puede formar parte de varios libros.

Estos memex nuevo reserva a sí mismo, se aclara, es el libro nuevo, o una versión adicional del libro nuevo, y, como libros, éstos arrastran los conjuntos o las telarañas se pueden compartir. El Bush propone, otra vez bastante exactamente, eso “formas enteramente nuevas de enciclopedias aparecerán, ya hecho con una malla de los rastros asociativos que corren por ellos, se prepara para ser dejado caer en el memex y allí amplificado”. Los lector-escritores igualmente importantes e individuales pueden compartir los conjuntos de documento y los aplica a problemas nuevos.

OPINIÓN

El memex “memory expander” ideado por Vannevar Bush fue importante en el sentido en que aunque no fue creado en ese momento al no haber el capital y quizá la ingeniería de la época, fue la base de las grandes creaciones modernas como el PC contemporáneo el cual maneja actualmente las mismas funciones del memex más actualizado al no contar con palancas y botones, sino con mouse y un teclado, llegando ya la tecnología a utilizar solo el tacto sobre una pantalla, para avanzar en un gran mundo de información.

El conocimiento empieza de esta manera a abrir sus fronteras para que toda la humanidad de cierto modo este unificada o hayan conjuntos y subconjuntos de personas interesadas en un mismo tipo de conocimiento y que a partir de ello empiecen a generar nuevo conocimiento.

Además, el mundo empieza a globalizarse y nos encontramos con organizaciones trabajando las 24 horas, para lo cual la noche no impide el funcionamiento de las mismas, sino que el conocimiento y la información recorren el mundo en unos segundos para que en otra parte de este la sigan ejecutando y completando. Por ejemplo, una organización trabaja en un proyecto de construir un vehículo impulsado por oxígeno en Colombia, al llegar la noche se evitarán pagar salarios, horas extras, etc a empleados de la noche, puesto que enviarán la información a otro país X al otro lado del mundo donde esté amaneciendo, para que los ingenieros de la organización con sede en dicho país sigan trabajando sobre el proyecto. Y viceversa.

En conclusión, la sociedad de la información hace que la vida se viva a un ritmo acelerado, unificado, de competitividad, globalizado, de nuevos negocios, de nuevas economias donde la humanidad tendrá que empezar a encajar para no quedar retrasado en comparación con el resto del mundo.

 

Leave a Reply