Detrás de la Ciencia del Queso Fresco

El viernes 12 de septiembre, el laboratorio volvió a llenarse de creatividad y curiosidad científica. Los estudiantes del curso Biotecnología y Emprendimiento se reunieron para su segunda práctica experimental: una inmersión en el mundo de la transformación enzimática y los principios de la fermentación láctica, con un protagonista delicioso —el queso fresco.

El propósito de esta práctica fue mucho más que seguir un protocolo: se trató de comprender cómo la calidad de la materia prima y las condiciones del proceso influyen directamente en la textura, el sabor y el valor de un producto biotecnológico. En otras palabras, fue una oportunidad para conectar la ciencia con el gusto y el emprendimiento.

El reto consistía en elaborar un queso fresco, pero con un toque creativo. Los equipos se lanzaron a experimentar con ingredientes que transformaron el clásico sabor lácteo en experiencias únicas.

  • 🫐 Queso con arándanos deshidratados: una combinación equilibrada entre la suavidad de la masa, el punto salado del queso y el dulzor del fruto seco.
  • 🌿 Queso con ajonjolí tostado y albahaca: el aroma herbal y las notas tostadas sorprendieron por su elegancia, ideal para acompañar ensaladas o panes artesanales.
  • 🍅 Queso con tomates deshidratados: una rueda de color vibrante y sabor umami que destacó por su innovación y potencial gastronómico.
  • 🍫 Queso con chocolate y avellanas: la mezcla más atrevida de la jornada. El contraste entre lo salado, lo dulce y lo crocante conquistó a todos los presentes y demostró que la biotecnología también puede ser un ejercicio de creatividad sensorial.

A través de esta práctica, los estudiantes exploraron cómo las reacciones enzimáticas transforman la leche en un producto sólido y delicioso, comprendiendo el papel de las bacterias ácido-lácticas y las condiciones que hacen posible la fermentación. Más allá de la técnica, reflexionaron sobre la importancia de la calidad de las materias primas, la sostenibilidad de los procesos y las posibilidades emprendedoras que surgen de aprovechar productos locales.

El laboratorio se convirtió una vez más en un espacio donde la biotecnología se vive y se saborea, uniendo la curiosidad científica con la creatividad empresarial.

Y aunque nos hubiera encantado compartir esos deliciosos quesos con todos, la verdad es que no sobrevivieron más de un par de horas después de elaborados. Así de buenos quedaron.

Esta práctica no solo dejó el aroma del queso recién hecho, sino también la certeza de que cada proceso biotecnológico es una oportunidad para transformar conocimiento en innovación y sabor.