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Competitividad Regional

26 noviembre, 2011

Más vale un ejemplo que un largo discurso

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Por: Fred Albán

 

La informalidad del trabajo en Colombia no tiene ni una sola raíz ni una sola justificación. Considerando desde los problemas económicos que conocemos en el país de altas tasas de desempleo, hasta la cultura del día a día fuertemente arraigada en ciertos sectores socioeconómicos de la sociedad, no podemos esperar que este problema se solucione de la noche a la mañana con un remedio oportuno y concreto. El desafío es encontrar soluciones a cada uno de los problemas que permitan mejorar y promover la inserción en el sistema regular de trabajo. No debe forzarse a las personas que están por fuera de la formalidad a entrar en dicho sistema. Las soluciones deben adaptarse a estas personas, dado que una de las razones por las cuales existe este fenómeno en Colombia es el rechazo de las instituciones que durante mucho tiempo no han amparado las necesidades de esta población. En otras palabras, es necesario lograr atraer a las personas hacia la formalidad, mostrándoles los beneficios que puede brindarles.

 

Recitar incontables veces en instituciones educativas u otras los beneficios institucionales que ofrece la formalidad, es como intentar clavar una puntilla a punta de órdenes (o en el caso de los economistas, solucionar problemas a partir de supuestos que no se amarran a la realidad). ¿Cómo interiorizar la formalidad en una sociedad donde las telenovelas promueven la vida de los narcos, donde ingresar al sector formal requiere de una carga de documentos y costos que no todos quieren o pueden asumir, donde la violencia ofrece todos los días un panorama de futuro incierto, donde el Estado es visto como un ente que exige pero que no retribuye? Estas cuestiones pueden observarse a diario, En muchas calles de cualquier ciudad colombiana no se constatan formas de vida sino formas de subsistencia. Y en esas calles se observa que la esperanza de un mejor mañana no es que se haya perdido, sino que ¡ya ni interesa! No olvidemos en qué país vivimos: más de la mitad de la población está en situación de pobreza. ¿Qué garantías podemos dar de que ser parte del sistema regular trae beneficios?

 

Existen, sin embargo, personas que han salido adelante desde estos sectores de la población, y no solamente son deportistas y artistas, sino personas que ahora se desenvuelven en el sistema corporativo o en instituciones políticas, contribuyendo con ideas al desarrollo de grandes proyectos. Han logrado surgir y hoy en día están en situaciones de buena calidad de vida, habiéndolo conseguido por las vías regulares y sin hacerle daño a nadie. Estas personas son ejemplos vivos de que en nuestro país es posible cultivar y cosechar en grande por las vías regulares. ¿Cuál ha sido su secreto? ¿Qué han abandonado y qué han aceptado? ¿Por qué no se dejaron tentar por el dinero fácil y la vida día a día? ¿Qué diferencia en su forma de ser, en sus pensamientos, en sus expectativas, en su sentido del deber, ha permitido que lleguen a donde están?

 

Estas personas pueden ser una herramienta interesante que el Estado no ha considerado para promover la formalidad. Debemos darnos cuenta de ciertos hechos que no se suelen tomar en cuenta para comprender el fenómeno de la informalidad: En Colombia, la cultura ha sido degenerada por décadas hasta llegar a un conjunto de valores y costumbres, promovidas por sectores marginales a la ley, que instan a la anarquía y a la falta de conciencia social, lo cual lleva a que cada individuo busque sacarle provecho a la sociedad sin retribuirle nada, o incluso a hacerle daño a los demás en su propio beneficio.

 

Teniendo esto en cuenta, hay que observar que más allá de enseñar formalmente herramientas a las personas para hacer las cosas, es necesario enseñar las recompensas que se pueden obtener por la vía formal. En Colombia, nos hemos enfocado en dar herramientas, pero no nos hemos esforzado por enseñar a usarlas ni por promover, no sólo  que las personas sepan las cosas, sino que entiendan por qué las hacen.

 

La cultura y el comportamiento son primordiales para la forma en que se coordina y se establece un individuo dentro de la sociedad. Podemos incluso pensar en que estos elementos pueden ser por lo menos tan fuertes como los incentivos de orden económico.

 

Una propuesta para mejorar el nivel de informalidad del país sería identificar a las personas que han salido de sectores populares y han logrado proyectarse más allá sin salir de la legalidad o ir en contra de las instituciones, y trabajar con ellas en pos de entender cuáles son sus esquemas de valores y normas y cómo los han interiorizado. De esta forma, estas personas pueden dar a los sectores educativos ideas para ofrecer una educación que promueva este camino. Por otro lado, tener ejemplos concretos de personas permite ser más contundente al afirmar que el camino de la formalidad permite llegar a mejorar situaciones socioeconómicas.

 

En conclusión, buscar reconocer los logros de personas que han llegado a sobresalir desde sectores populares por los caminos del sistema y darles la oportunidad de compartir sus experiencias con sus comunidades puede ser una propuesta que, a partir de la educación, cambie la visión de las personas de lo que pueden ofrecer la legalidad, la formalidad y el respeto de las instituciones para lograr construir una vida mejor.

 

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