PIRÁMIDES, ¿INVERSIÓN O APUESTA?

Varias semanas después de que fueron intervenidas por el Estado las dos pirámides más conocidas en Colombia, DFRE y DMG, se siguen cometiendo errores de información y de intervención. He aquí los más notables:


Cadena de errores ex-ante

1. Parsimonia estatal

Grave error histórico fue la demora en la intervención de estas pirámides; no es lógico que si en marzo de 2008 fue intervenida la pirámide People Winner, se demorasen ocho meses en hacerlo con las ya mencionadas. La búsqueda de elementos legales para hacerlo no es excusa, puesto que el mecanismo de operación era evidente: ¿Cuál negocio lícito puede entregar permanentemente rentabilidades del 100% semestral, bimestral o mensual, o más?

2. Engaño de las empresas operadoras

Las pirámides utilizaron indebidamente el término inversión para denominar los depósitos de los clientes en ellas; esto constituye un engaño público. El depósito debió llamarse apuesta, ya que existe una probabilidad grande de que el depositante pierda la totalidad de lo que entregó (ver el principio del mecanismo de operación en el anexo). El término apuesta le hubiera dicho al depositante que el riesgo de su depósito sería muy alto, como en los juegos de azar, y así, bajo su responsabilidad y pleno conocimiento de causa, hubiera tomado su decisión; sería de esperarse, entonces, que no depositara allí los ahorros de su vida, y más, como se hizo en el caso de las pirámides; si acaso, un cliente racional, o al menos intuitivo, arriesgaría una suma pequeña.

Lo más lamentable es que aún el público y los medios de comunicación siguen llamando inversiones a los depósitos, e inversionistas a los clientes de estos negocios.

3. Falta de criterio de los clientes

Los clientes no se detuvieron a pensar en el tipo de negocio que “les daría tanto rendimiento”.

Negocios con rentabilidades exorbitantes no existen; solo podrían existir como juegos de azar, en los cuales la probabilidad de perder es alta.

Las inversiones financieras deben estar soportadas en la base por inversiones reales (inversiones en máquinas, empresas, etc.), como lo son las acciones, los bonos y sus derivados, las cuales deben ser más rentables que las mismas inversiones financieras a las que soportan.

4. Falta generalizada de moral

No solo por parte de los dueños de las pirámides, sino por parte de los mismos clientes. Rentabilidades tan altas solo podían provenir de negocios ilícitos como el blanqueo de dinero, y/o de pirámides. En cualquier caso, tomar estos beneficios sería inmoral; en el caso de blanqueo de dinero, por obvias razones, y en el caso de pirámides porque si el cliente ganase la altísima rentabilidad prometida, lo haría a costa de los últimos depositantes (base de la pirámide), quienes inevitablemente perderían el dinero depositado. Cliente que obtuviese este tipo de ganancias sería a la vez beneficiario y partícipe del negocio inmoral.

Cadena de errores ex-post

1. Falta generalizada de claridad sobre la situación

Quienes “han perdido su dinero” en las pirámides no saben a quién reclamar. El Gobierno le apuesta a pagar con el dinero confiscado a los propietarios de las pirámides. En el Congreso se sugiere que sea el Gobierno quien pague directamente (es decir, que paguemos todos los contribuyentes de impuestos nacionales).

Pero no se ha pensado que la mayor parte del dinero está en manos de los primeros clientes de las pirámides, de quienes sí lograron retomar su dinero con la rentabilidad ofrecida (100% semestral, mensual, o mayor). ¿Está perdido este dinero?…

2. Falta de enfoque por parte del Estado

Inventariar a los clientes que no tuvieron reembolso, confiscar dinero y activos de los dueños de las pirámides está bien, pero lo que es urgente hacer, y más importante, es rescatar el dinero que está en poder de los primeros apostadores, quienes sí obtuvieron altísimas rentabilidades como partícipes de un negocio inmoral. ¿Acaso no es sencillo obtener los documentos soporte de los pagos de las pirámides a sus clientes, una vez allanadas sus oficinas?

Para orientar una solución…

Con el ánimo constructivo de proponer soluciones, se enumeran algunas acciones que se deben tomar lo más pronto posible:

1) Dejar de referirse a los clientes de las pirámides como inversionistas y llamarlos como lo que (conscientemente o no) son, apostadores. (Medios de comunicación y público en general).

2) Declarar inmoral el negocio de las pirámides. (Medios de comunicación y público en general).

3) Declarar ilegal el negocio de las pirámides, como tal, y en los casos particulares declarar la ilegalidad de la actividad por ocultación de la verdad. (Ministerio de Justicia y Fiscalía).

4) Configurar el delito de estafa para los dueños de las pirámides. (Fiscalía).

5) Establecer la obligación de que los ganadores en el negocio de las pirámides devuelvan sus ganancias. (Ministerio de Hacienda).

6) Con los dineros recuperados de las devoluciones por parte de los ganadores más lo proveniente de las confiscaciones de activos y dinero a los propietarios, reembolsar, al menos un gran porcentaje de los depósitos que los clientes de la base de la pirámide entregaron. (Superintendencia Financiera).

Cabe anotar que la acción consignada en el numeral 5) resulta ser el mecanismo más justo para restablecer el estado económico natural, que fuera alterado por la operación de las pirámides; mirar, por ejemplo que algunos de los que reclaman sus reembolsos pudieron ser ganadores anteriores, y podrían “cruzar” sus posiciones, o que nuevos clientes que no fueron reembolsados tendrían una oportunidad real de recuperar su dinero. Este foco debe concentrar todo el empeño, desde lo investigativo hasta lo realizable, desde lo moral hasta lo legal… No hacerlo significa, por lo menos, legalizar el beneficio obtenido en forma no ética por parte de muchos apostadores.

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anexo: ENTENDIENDO EL MECANISMO DE LAS PIRÁMIDES

Supongamos una población de 100 potenciales clientes de la pirámide. Supongamos que las apuestas serán de $X (la misma cantidad cada vez), y que la rentabilidad será del 100%, es decir, cada apostador recibirá $2X como pago de su apuesta.

Racionalmente, cada apostador deseará obtener su pago antes de decidir si vuelve a apostar. Al principio las apuestas se podrán pagar, pues habrá suficiente número de clientes para que apuesten (esta es la zona de crecimiento del juego). Pero al final, se agotará el número de apostadores, de tal manera que en cada nivel habrá solo un número de participantes que recuperarán su dinero, de tal manera que la recuperación se vuelve un problema de probabilidad. En la figura 1 se analiza esta secuencia de probabilidades, observándose que la posibilidad de recuperación llega a cero después de 14 niveles; veamos:

prob-piramide.JPG

Para la primera apuesta hay 100 personas disponibles para la apuesta, lo que representa una probabilidad del 100% de tener cliente para esta jugada. En la segunda ronda hay que conseguir a dos clientes (cada uno aporta X y sumados se tienen los 2X de reembolso para el primer cliente), pero ya no se cuenta con el primero, que está aguardando su reembolso; entonces se deben conseguir dos personas de las 99 disponibles, lo cual resulta en una probabilidad de éxito de 100%.Ahora hay que conseguir cuatro apuestas para pagar a dos apostadores; de 98 clientes disponibles (100 potenciales jugadores menos 2 que están activos, es decir, que han apostado y que no han recibido aún su reembolso, ya que el primer cliente, ya reembolsado, vuelve a ser cliente potencial) se deben encontrar cuatro apuestas, lo que asignaría una probabilidad de 100% de éxito. Sin embargo en la ronda 7, cuando se necesitan 128 clientes potenciales, solo se cuenta con 36 (100 potenciales menos 64 activos), lo que solo pagaría un 28% de los requerimientos, o sea, a solo 18 apostadores; el resto, 46, sigue activo.A estos se suman los 36 apostadores que fueron reembolsados en la ronda anterior y que ingresarán nuevamente al juego, para tener 82 apostadores activos en la ronda 8.Para ellos solo se conseguirán los 18 apostadores que recibieron su reembolso. En esta tónica, el juego se agota en la ronda 14También se puede observar que solo los apostadores de las primeras seis rondas, en este caso 32, recibieron en su totalidad el reembolso; de ahí en adelante, solo una parte de los jugadores recibe su reembolso.

En la realidad, el efecto de agotamiento se amortigua y el juego se dilata porque existen muchos más de 100 jugadores y porque se aplican variantes como: ofrecer menor rentabilidad al comienzo y acelerarla al final, hacer que las rondas se reembolsen con las varias de ellas de por medio, y no consecutivamente, y otras. Sin embargo, el final es ineludible, el agotamiento total de la población de clientes potenciales, y con ello la pérdida de la apuesta de los últimos jugadores, los que constituyen “la base de la pirámide”.

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One Response to “PIRÁMIDES, ¿INVERSIÓN O APUESTA?”

  1. Luis Alfredo dice:

    Muy interesante el articulo, refleja la realidad directa de lo que pasó. La gente debe tener el conocimiento básico de las diferencias entre invertir — especular y apostar, pero especialmente el manejo del riesgo.

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