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Un contacto directo

Yesenia Salazar Serrato      0

Un contacto directo

Lo recuerdo muy bien. Fue un sábado de abril  cuando cursaba séptimo semestre en la materia “Análisis de escenarios sociales” donde teníamos planeado visitar el sector de Siloé al occidente de Cali. ¿El motivo? Conocer la dinámica social que se vivía en este escenario barrial. Ya veníamos de otros sitos como Aguablanca y el centro de la ciudad, pero éste tenía un matiz diferente, ésta sería una visita guiada por el barrio, ésta tenía más expectativa puesto que teníamos una lectura previa en nuestras cabezas, la cual buscábamos corroborar. Sí, definitivamente nuestras expectativas eran altas y en realidad nuestra visita valió la pena. La salida estaba programada para las dos de la tarde, teniendo como punto de reunión el centro comercial Cosmocentro. La idea era realizar un ascenso hacia el barrio, caminando por sus diferentes calles hasta llegar al sector conocido como “La Estrella”. Previamente habíamos leído sobre la historia de Siloé, que se creó por las inmigraciones de paisas, nariñenses y caucanos que venían desplazadas y al mismo tiempo era un barrio de otros asentamientos urbanos que se crearon por la explotación de las minas de carbón que existían allí. Las calles en sus comienzos fueron abiertas por las bestias que pasaban loma arriba e iban abriendo camino.

Ese sábado era un día soleado. Alrededor de las 2:30 de la tarde comenzamos el recorrido a pie desde la quinta rumbo a La Estrella; íbamos todos los estudiantes del curso, más el profesor de la materia, James Cuenca. Años atrás, el profesor había hecho una investigación sobre prácticas sociales y culturales con jóvenes raperos del sector, específicamente con un grupo llamado IGZ. Curiosamente, IGZ aparte de ser un grupo musical es también un embajador del barrio ante la ciudad, por eso la música que ellos proponen la llaman “rap de la loma”. Fue guiados por Alex, el líder del grupo IGZ,  que emprendimos nuestro ascenso al barrio.

La primera parada que hicimos fue en el Centro Cultural del barrio Lleras, el cual es un centro cultural que han creado los mismos jóvenes de IGZ con jóvenes del barrio para intentar cambiar la cara de la Siloé: de una Siloé estigmatizada a una Siloé cultural. Estuvimos en una charla de aproximadamente una hora y me impactó lo que nos comentaban.  En primer lugar, nos contaron que IGZ como grupo de Rap y proyecto musical ha sido catalogado como un grupo rebelde, que quiere oponerse al Estado y promover una “revolución”, llevándolo a tener diferencias con  ciertos sectores de la ciudad. Segundo, la gestión realizada por ellos es pensada para el barrio, hacia el barrio y con el barri;, ellos buscan proteger y ayudar al barrio. De hecho, lograron grabar un disco llamado El Rap de la Loma. En ellos no hay ánimo de lucro, todo lo que hay es un ánimo de ayuda y  gracias a esta gestión la comunidad misma los reconoce, los acepta y ven en ellos un modelo de cambio.

Seguimos subiendo y cada vez más se empezaban a ver los contrastes: Casas ya fabricadas con antejardines, pintura, la calle pavimentada. Vimos a la gente compartiendo afuera, escuchando música, los niños jugando en la calle, las pelotas que iban de un lado a otro, gente jugando futbol,  pero de repente, <<el cambio>>. Vimos calles destapadas, casas en ladrillo, casas prefabricadas, casas que se estaban cayendo.

Observamos que la gente se apropia mucho del sector, en cada esquina que pasábamos la gente nos miraba y se preguntaban quiénes éramos, qué hacíamos allí y Alex les respondía que íbamos con él y el  “profe” en una visita que hacíamos al barrio. Era curioso ver como la gente reconocía a Alex, lo referenciaban, lo saludaban y lo identificaban.

Pudimos ver que este sector es otra Cali, definitivamente es un sector que convive con nosotros, que está junto a nosotros, pero que no tiene el apoyo suficiente del gobierno local para planes de mejoramiento. Es curioso porque es ver la confluencia entre lo urbano, lo rural, la ciudad y la periferia. Son imágenes que realmente perduran en nuestras memorias.

Rescato que IGZ lleva alrededor de 9 a 10 años trabajando con la comunidad, y a pesar de las dificultades, han continuado teniendo empuje y ganas de progresar; lo que se nota en sus discursos, en sus acciones y en sus expresiones.

Esta salida fue lo que podríamos llamar un contacto directo.

Por Juan Camilo Muñoz, estudiante de Psicología de la Universidad Icesi. Octavo semestre.

Información de IGZ haz click aquí.

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