Leonard Adleman, como matemático y como un hombre interesado en la biología, se vio influenciado por diferentes autores e investigadores de diferentes áreas como la genética, la filosofía, y por inventos orientados hacia la computación, que le aportaron a la creación de su propia máquina de ADN.
Fundamentalmente, con el estudio biológico, a Adleman le llamó la atención la idea de que los polímeros, que son enzimas, pudieran replicar un cordón de ADN el cual está compuesto por cuatro elementos: Adenina, Tiamina, Guanina y Citosina. Los polímeros básicamente replican cada letra en otro cordón, pero la letra es diferente; en esencia, cada C por G, cada A por T, y viceversa en ambos casos. Él concluyó que así era cómo existía la vida, en relación con la replica y transmisión de información.
Paralelamente a este evento, Adleman se vio interesado por la máquina de Turing; ésta, era una propuesta de una serie de cintas en las cuales primero, se leía unos determiandos datos, para luego ser emitidos en una segunda cinta, como un resultado de lo leído.
A partir de esta máquina, él plantó una anlogía en la que creía que los cordones de ADN podían funcionar como las cintas y la réplica de éstas sería la transmisión de información a las demás cintas.
Adleman planteó que basicamente se requiere de dos cosas para construir una computadora capaz de calcular cualquier cosa: un método para almacenar la información y una manera de actuar sobre ella, manipulándola. Análogamente, el ADN es un almacén de información y se utilizan enzimas como compuestos químicos para operar sobre esta información.
Para construir la computadora, planteó un problema que debería resolver su máquina. Aque fue el de la “ruta del hamiltoniano”, el cual se basaba en una serie de líneas y puntos que estaban conectados entre sí, y al existir una secuencia de vértices, la ruta del hamiltoniano debería ser capaz de identifiar esta secuencia o camino, siguiendo ciertos parámetros; todo esto logrado por la computadora.
La idea del ADN en la resolución del problema recae en que éste es primero configurado con un tipo de secuencia en el cordón, que sería la cinta, y debido a la acción de réplicas, es capaz de llegar a la ruta adecuada, si la hay.
Tras repetidos experimentos, Adleman lo logró y después de siete días en el laboratorio de biología molecular, logró construir la primera computadora ADN.