POR MÍ, POR TI Y POR TODOS MIS AMIGOS.

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Escrito por: Adriana Vera
Estudiante Maestría en Gerencia para la Innovación Social

El juego es una actividad que está inmersa en el ser de cada persona; el juego es quizá, la más fácil y la más efectiva manera de aprender que tiene el ser humano desde el vientre de la mamá. Es a partir de esto, que podemos evidenciar que el juego no es sólo una manera de pasar el tiempo libre, sino de aprender y de desarrollar capacidades físicas, mentales y emocionales (Lapeña, 2013). De esta manera, cuando jugamos no sólo obtenemos diversión, sino que adicionalmente, creamos y fortalecemos lazos sociales, beneficiamos nuestro cuerpo manteniendo una salud adecuada, establecemos y reafirmamos valores, nos alejamos de malos hábitos o prácticas, entre otros beneficios.

A lo largo de los años, muchos juegos han ido estableciendo bases formales, constituyendo así, una gran cantidad de actividades deportivas que se expanden alrededor del mundo. Esta situación no es nueva, ya que desde hace miles de años, el deporte ha sido considerado como una salida de la guerra y conflictos entre las personas. Ejemplo de esto son los Juegos que se celebraban cada cuatro años en Olimpia, antigua Grecia, tiempo en el cual se establecía una tregua sagrada que suspendía todo tipo de guerras (a partir de esto, Pierre de Coubertin, consiguió que se celebraran en Atenas los Primeros Juegos Olímpicos de la historia moderna) (Cortés y Castaño, 2013).

Por otro lado, se debe tener en cuenta que la definición de deporte puede variar en cada país, por lo tanto contamos con que en Colombia el deporte “en general, es la específica conducta humana caracterizada por una actitud lúdica y de afán competitivo de comprobación o desafío, expresada mediante el ejercicio corporal y mental, dentro de disciplinas y normas preestablecidas orientadas a generar valores morales, cívicos y sociales.” según el artículo 15 de la Ley 181 de 1995.

Así mismo, en Colombia la evidencia de los últimos años en materia deportiva, muestra que este campo se ha convertido en una de las actividades más llamativas para personas de todas las edades. Esto por cuestiones de salud, de alternativa de esparcimiento, de opción de estudio, de elección de vida y por qué no decirlo, por moda. Sin embargo, el hecho de que el deporte en Colombia haya empezado a ser una opción de vida para muchas personas, ha impulsado el desarrollo del mismo, permitiendo así, que el país se destaque no sólo a nivel regional sino a nivel mundial en las diferentes competencias oficiales y recreativas.

Se puede ver entonces, que el deporte podría ser una herramienta que fomente y despliegue capital social, el cual funcionaría como un gran promotor del desarrollo social y económico, pretendiendo mejorar la eficiencia de la comunidad, de manera que se logre un beneficio mutuo (Caracciolo y Foti, 2005). Sin embargo, la práctica de cualquier tipo de actividad deportiva, requiere de personal capacitado que se encargue de llevar a cabo las direcciones técnicas pertinentes, de manera que la ejecución de los ejercicios y actividades no arrojen resultados negativos de ningún tipo.

Debido a este requisito, gran cantidad de población vulnerable no cuenta con un acceso sano al deporte. Es decir, el alto costo de implementación, la dificultad del transporte, el exceso de trabajo por falta de recursos, e incluso la desinformación que se tiene en esta materia, lleva a esta población a desistir de ejecutar alguna práctica deportiva. Es aquí donde surge una gran necesidad, pues el deporte está siendo utilizado cada vez más, como una herramienta poderosa en materia no sólo de salud, sino de disfrute y reorganización social. No obstante, no puede dejarse de lado que son muchas las herramientas que se necesitan para el desarrollo integral de una sociedad, y así mismo, estos factores deben estar relacionados entre sí, de manera que se logren unos cimientos fuertes que lleven a determinada comunidad a un progreso económico, político y social.

Así mismo, el desarrollo de la humanidad necesita alternativas y posibilidades para no derrumbarse ante las grandes crisis que se han ido presentando con los años a nivel mundial, y es aquí donde el capital social entra a jugar un papel importante, pues es un campo que aunque tiene poco material, con el tiempo ha ido despertando gran interés en diversos profesionales y en muchas ramas de estudio, debido a la gran importancia que tiene éste para un fortalecimiento general. Esto se da debido a que el capital social hace referencia a tejidos sociales donde se ven involucrados diversidad de cánones y valores, los cuales pretenden facilitar la cooperación dentro del mismo tejido social o entre varios de ellos; éste puede crearse a partir de inversiones de tiempo y esfuerzo, de modo que se basa en la cultura y en normas de comportamiento heredadas. (OCDE, 2001).

Partiendo de este punto de vista deportivo y de la premisa de que es formador de capital social (componente crítico para el funcionamiento del entorno de la Innovación Social), se podría utilizar la diversidad de juegos que existe, desde el escondite con su frase “por mí y por todos mis amigos”, hasta el deporte más popular del mundo: el futbol, como una opción de cambio, de manera que se puedan alterar de forma permanente, las apreciaciones, las direcciones y las estructuras, que generan problemas sociales como la pobreza, la violencia y el deterioro del medio ambiente (Buckland y Murillo, 2014); con lo que se podría construir entonces, una verdadera innovación social.

Por su parte, la innovación social hace referencia a un proyecto novedoso que tiene un fin social, cuyo nivel y disposición pueden variar según en el ámbito en el que se desarrolle (Buckland y Murillo, 2014). Estas estrategias de innovación social requieren de una financiación, como todo proyecto, y aunque es el Gobierno de cada país quien debería encargarse de realizar las gestiones y poner en práctica cada programa para garantizar un bienestar y desarrollo social, generalmente es incapaz de hacerlo. Por esto se requiere que tanto el sector público como el privado emprendan estas estrategias de mejoramiento social.

Así mismo, debe tenerse en cuenta que la innovación social no es parte exclusiva del sector sin fines de lucro, por lo que también puede ser impulsado por empresas sociales. Dichas empresas están constituidas para generar excedente y acumularlo (teniendo desafíos adicionales a los de una empresa normal), y aunque tienen un fin de lucro, su crecimiento está centrado en fines sociales (Mulgan, 2009). Adicional a esto, nacen generalmente de un individuo con un espíritu emprendedor y una gran conciencia social, que busca maximizar los beneficios generales persiguiendo nuevas oportunidades, adoptando una misión para crear y sostener el valor social. No obstante, debe tenerse en cuenta que existen problemas sociales que no pueden resolverse a través de modelos de negocios.

Volviendo al pasado, las generaciones más antiguas disfrutaron de experiencias maravillosas por medio de los juegos entre amigos, vecinos y familia, costumbres que se han ido desapareciendo con el desarrollo tecnológico que se ha venido dando, al igual que por el incremento de la delincuencia común. De esta manera, el objetivo que debería perseguirse es que mediante la práctica de actividades deportivas, tanto para profesionales como para aficionados, pueda reconstruirse una parte de aquellas prácticas antiguas que se vuelven fundamentales para el desarrollo de la sociedad y de cada una de las personas que la conforman.

Por su parte, el deporte que es practicado a nivel profesional, se ha transformado en una experiencia llamativa y provechosa tanto para quienes lo practican como para los grandes gerentes, propietarios, inversionistas y patrocinadores, pues a través de este pueden llegar a apropiarse de beneficios como deducción de impuestos, responsabilidad social corporativa y publicidad y prensa gratuita (Anónimo, 2016). De otro lado, el deporte recreativo tiene como misión cobijar a la mayor cantidad de población posible, por lo que este lado es el que está más a disposición de generar un desarrollo en el campo del emprendimiento social. (López, Priede y Del Arco, 2015)

Se puede observar entonces que el campo deportivo ofrece una variedad de oportunidades para poner a funcionar diversas iniciativas empresariales que estén encaminadas a lograr metas de equidad y responsabilidad social, de forma que pueda crearse un valor social sostenible, el cual consiste principalmente en generar un cambio positivo en la vida de las personas, consiguiendo los objetivos que desea la sociedad, mediante la abolición de barreras que dificultan la inclusión, la ayuda a quien lo necesita (o que no pueden defenderse por sí mismos) y la mitigación de efectos secundarios negativos por parte de la actividad económica. (Guzmán y Trujillo, 2008)

A partir de que el deporte se considere una gran ayuda en el desarrollo social y que en definitiva, es uno de los recursos que puede ser utilizado para el mejoramiento del capital social, y “una característica fundamental de Cali es el interés por el deporte” (Castillo, 2013), lo cual puede verse en el mejoramiento de infraestructuras y actividades deportivas que se han llevado a cabo en diferentes sectores de la ciudad en los últimos años; la aplicación de programas que promuevan y ofrezcan la enseñanza de distintos deportes es de gran relevancia.

Sin embargo, este campo presenta una gama de dificultades, donde se pueden resaltar la escasa literatura de estudios que muestren resultados positivos o la poca bibliografía que obtenga definiciones o métodos aplicables, y el alto grado de corrupción que existe en las entidades que controlan el deporte en nuestro país. También se tiene la pobreza con un factor de exclusión bastante relevante al momento de vincularse a cualquier práctica deportiva. Este último factor puede evidenciarse en todas las comunas de escasos recursos en Cali.

La población vulnerable que vive en sectores como Siloé o Aguablanca, tiene un acceso al deporte casi nulo. Esto se debe a factores como el transporte, pues muchos no tienen los recursos ni siquiera para asistir al colegio o a un trabajo, mucho menos para acceder a una actividad de esparcimiento o aprendizaje adicional; el tiempo también es una dificultad, pues aunque algunos tengan acceso al transporte, no cuentan con el tiempo que requiere la práctica de algún deporte, pues el tiempo que tienen está destinado a trabajar o estudiar y el tiempo de ocio prefieren dedicarlo a otras prácticas (esto puede darse también por la falta de información).

Por su parte, la Alcaldía de Santiago de Cali a través de la Secretaría del Deporte y Recreación Municipal, ha venido implementando múltiples programas que buscan contrarrestar las barreras que tiene la población vulnerable de Cali, y han llevado a cabo programas que permiten que las actividades deportivas hagan parte de la vida de cada vez más personas. Estos programas están encaminados no sólo a la creación de espacios de esparcimiento, sino a la promoción de una alternativa de vida y a la prevención de problemas de salud.

De esta manera se tiene que, continuando con el trabajo en años anteriores, para el 2017 las personas que viven en Cali seguirán disfrutando de 13 estrategias deportivas, que incluyen actividades físicas y de recreación, en pro de cumplir con el mínimo vital del deporte. Con esto se pretende también, “promover espacios alternativos de encuentro familiar, atención a la población infantil, vinculación de instituciones educativas, reconocimiento de talentos deportivos, constante entrenamiento” (Mosquera, 2017), entre otros factores que se han creado para el mejoramiento social y disfrute de los caleños.

Por otro lado, aunque el sector público tenga a disposición las actividades mencionadas, se queda corto con la explotación del campo deportivo como detonante de buenos factores sociales, por lo que se requiere ayuda de proyectos que vengan del sector privado y del tercer sector. Esto no significa que no existan proyectos que ayuden socialmente desde estos últimos sectores, sino que generalmente están enfocados en grandes patrocinios o brindan apoyo sólo a competidores de renombre, lo que no es malo, sino que el objetivo de desarrollo social va más allá de este pequeño círculo deportivo.

Debido a esto, lo que se requiere es un aumento de innovación social por parte del sector privado y del tercer sector, donde se puedan involucrar las personas más marginadas social y económicamente, las personas con discapacidades de diferentes tipos y grados, los individuos con limitaciones por edad, por educación y por información, los sujetos que estén en problemas como alcoholismo y drogadicción; en general, cada persona que por alguna razón no pueda acceder a alguna actividad deportiva y de recreación por sus propios medios o iniciativa.

El deporte es entonces, una gran oportunidad de cambio social positivo, una salida a diversos problemas sociales y de salud a los que se enfrenta no sólo la comunidad caleña, sino la población a nivel mundial. Es por esto que propongo no sólo la realización de alguna práctica deportiva, o a que las empresas desde sus sectores ayuden en esta tarea, sino a que nos informemos y corramos la voz de que el deporte puede convertirse en nuestro motor social, a que lo hagamos por mí, por ti, y por todos mis amigos.

Referencias Anónimo. (2016).Lo que ganan las empresas patrocinando el deporte. Recuperado de: http://miputumayo.com.co/2016/04/04/lo-que-ganan-las-empresas-patrocinando-el-deporte/

Buckland, H. y Murillo, D. (2014). La innovación social en América Latina. Marco conceptual y agentes. Instituto de Innovación Social de Esade y Fondo Multilateral de Inversiones (Banco Interamericano de Desarrollo). Recuperado de: http://www.slideshare.net/ESADE/informe-la-innovacin-social-en-amrica-latina-45162162

Caracciolo, M. y Foti, M. (2005). Economía solidaria y capital social. Contribuciones al desarrollo local.

Castillo, E. (2013). Cali: una ciudad que fortalece su capital social. Gestión, el diario de economía y negocios de Perú. Recuperado de: http://blogs.gestion.pe/reinventarse/2013/11/cali-una-ciudad-que-fortalece.html

Cortés, J. y Castillo, G. (2013). Ver a Jesús. Educación Religiosa Escolar. El proyecto de vida. Ediciones SM S.A.

Guzmán, A. y Trujillo, M. (2008). Emprendimiento social – Revisión de la Literatura. Estudios Gerenciales Vol 24. No. 109. Recuperado de: http://www.icesi.edu.co/revistas/index.php/estudios_gerenciales/article/view/278

Lapeña, C. (2013). La importancia del juego en los niños. Portal de educación infantil primaria. Educapeques. Recuperado de: http://www.educapeques.com/escuela-de-padres/laimportancia-del-juego-en-los-ninos.html

Ley No. 181. Congreso de Colombia, Santafé de Bogotá D.C., Colombia, 18 de enero de 1995. Recuperado de: http://www.redcreacion.org/documentos/ley181.htm

López, C., Priede, T. y Del Arco, J. (2015). La empresa social. Experiencias innovadoras a Través del deporte. Recuperado de: http://revistas.ucm.es/index.php/REVE/article/view/49069

Mosquera, A. (2017). Cali disfrutará de los programas gratuitos de la Secretaría del Deporte. Alcaldía de Santiago de Cali. Recuperado de: http://www.cali.gov.co/deportes/publicaciones/130013/cali-disfrutara-de-los-programasgratuitos-de-la-secretaria-del-deporte/

Mulgan, G., Tucker, S. y Ali, R. (2009), Social Innovation: what is it, why it matter and how can it be accelerated. London: The Basingtoke Press. Recuperado de: http://www.sbs.ox.ac.uk/sites/default/files/Skoll_Centre/Docs/Social%20Innovation%20- %20What%20it%20is%2C%20why%20it%20matters%20%26%20how%20it%20can%20b e%20accelerated.pdf

OCDE (2001). The Well-being of Nations. The role of Human and Social Capital. Recuperado de: file:///C:/Users/Adriana%20Vera/Desktop/Adriana/UNIVALLE/TESIS/OECD%20capital %20social.pdf

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