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Rodrigo Varela V., Ph. D.
Director del CDEE

¿Es posible medir la actividad empresarial?

Con el gran auge que el área genérica de Entrepreneurship (Espíritu Empresarial, Creación de Valor, Creación de Empresa, Empresarismo, Emprenderismo, Emprendedorismo, Emprendedurismo, Emprendimiento, etc) ha adquirido en los últimos 20 años, ha surgido la necesidad de disponer de mecanismos para medir la actividad empresarial de una región o de un país; y para evaluar los resultados de un programa formativo o de un programa de apoyo, o de una política de fomento.

Dado el hecho de que se trata de un proceso, que se realiza en etapas a lo largo del tiempo, y que es un fenómeno en el que confluyen una gran cantidad de variables y circunstancias, es realmente difícil lograr un indicador que sea aceptable para todos los casos.

GEM por muchos años ha generado una gama amplia de indicadores, el más popular de ellos el TEA (Total Early Entrepreneurial Activity), que mide el porcentaje de adultos de una región/país que están efectivamente involucrados en el proceso de crear una empresa y no han pagado salarios o remuneración por más de 42 meses. Igualmente ha identificado otros indicadores como el EB (Established Business) para medir la proporción de adultos de una región/país que están efectivamente involucrados en la orientación de una empresa que ha pagado salarios por más de 42 meses.

Basado en los datos de GEM, Varela & Soler crearon el concepto de “Tubería Empresarial” como una forma de reflejar todas las etapas del proceso empresarial (Aceptación socio-cultural, empresario potencial, empresario intencional, empresario naciente, empresario nuevo, empresario establecido). Varela & Moreno para el reporte GEM  Colombia 2016, generaron un “Dashboard” que presentaba en adición a la “Tubería” otras mediciones derivadas del estudio GEM.

Acz et al crearon el GEDI, como un indicador único de toda la actividad empresarial que busca clasificar los países.

En algunas entidades y programas se han generado índices que pueden ser o no válidos por ejemplo:

# de personas capacitadas en temas empresariales
# de ideas, # de ideas empresariales, # de oportunidades de empresa, # de canvas, # de Plan de empresa que se realizaron en un lapso de tiempo
# de presentaciones que se hicieron (Pitch, Planes de empresa)
# de equipos empresariales que participaron de un proceso de formación / acompañamiento
# de equipos empresariales que terminaron un ciclo de formación / asesoría
# de equipos participando en concursos
# de personas que están intentando iniciar actividades (emprendedores?)
Etc

Pero más allá de todo lo anterior, existe la discusión académica y práctica sobre si se deben o no incluir las actividades intraempresariales  que los adultos realizan en las empresas en las cuales están empleados (Employee Entrepreneurial Activities); si se deben o no incluir las actividades de creación y desarrollo de las empresas sociales, si se deben o no incluir aquellas actividades que reflejan iniciativa de las personas pero que no están orientadas a la creación de una empresa; si se debe o no incluir las actividades de autoempleo o trabajo por cuenta propia, etc.

Pero hay un punto de más fondo: ¿cómo valorar las distintas iniciativas? ¿Se debe valorar igual una actividad empresarial que inició con X empleados que una con Y empleados? ¿Se debe valorar igual una empresa que utiliza tecnología tradicional que una que esté con tecnología de avanzada? ¿Cómo diferenciar entre la empresa que es innovadora y/o tiene orientación exportadora  y la que no?

Todos estos interrogantes hacen muy difícil un acuerdo amplio sobre el desarrollo de un indicador de la actividad empresarial que ajuste todas estas variaciones y que logre  aceptación en la comunidad, pero por el otro lado ellos nos permitan formular un tema de investigación de gran interés, que puede obligarnos a redefinir mejor los alcances y las métricas de nuestras actividades.

Solo por abrir la discusión se podría decir que la actividad empresarial es una función de tres grandes variables: el espíritu y la mentalidad empresarial de la comunidad, el ecosistema de apoyo y las actividades empresariales propiamente diarias.

Actividad empresarial = f (Espíritu/mentalidad empresarial, ecosistema de apoyo), actividad empresarial)

El espíritu / mentalidad empresarial se podría medir a través de los conceptos de GEM: Aceptación Socio Cultural, empresario potencial y empresario internacional.

El ecosistema de apoyo se podría medir a través de los factores que incluye el NES de GEM y otros elementos que proveen Doing Business, World Economic Forum, OECD, Banco Mundial.

La actividad empresarial debe involucrar unos procesos de ponderación diferenciada de las actividades que caen en Empresario Nuevo, en Empresario Naciente y en Empresario Establecido. La ponderación dependerá del tamaño de las empresas (función de empleo, ventas y proyección),  de su condición de oportunidad o de necesidad, del nivel de innovación, del nivel de competencia en su mercado, del tipo de tecnología que use, de la orientación de sus mercados, del nivel de inversión entre otras variables.

Como ven, aquí tenemos un tema de investigación bien interesante y que necesitamos para darle realismo a las mediciones de los programas, de las regiones y de los países y salir de los resultados tipo “show business” en los cuales damos unos cifras estrepitosas pero sin efecto real en la dinámica empresarial de las regiones.

Les deseo una Navidad en familia, llena de paz y armonía, y un 2018 pleno de logros en los que podamos trabajar conjuntamente.

 

Rodrigo Varela V. Ph.D
Director
Centro de Desarrollo del Espíritu Empresarial
Universidad Icesi