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Discurso del rector Francisco Piedrahita en la ceremonia de grados 2021-2

Boletín de prensa #195

Hoy es un día especial por muchas razones. ¿La más importante? Celebramos sus grados … Compartimos su satisfacción y su orgullo queridos graduandos, con ustedes y con sus familiares y amigos que los acompañan desde la distancia. Y ahí hay otra razón que hace a ésta una ocasión especial: podemos, por fin, hacer esta ceremonia, otra vez, presencial; podemos entregarles sus diplomas personalmente; y eso nos llena de satisfacción. Nos duele mucho, sin embargo, que la celebración no pueda ser completa; por lo menos mientras estemos aquí, porque no pudieron acompañarlos sus padres, cónyuges y demás familiares.

Otra razón que hace la ocasión especial es que esta es la septuagésima quinta ceremonia de grados de la Universidad Icesi. Ustedes nunca olvidarán que hicieron parte de la cohorte de graduandos número 75 de su Alma Mater.

Y una última razón, esa sí personal: esta es la quincuagésima y última ceremonia de grados que presido como rector de la Universidad Icesi. Cuando llegué acá, hace 25 años, jamás pensé que estaría celebrando cincuenta ceremonias de grado, que estaría firmando y entregando cerca de veinte mil diplomas; que estaría compartiendo estos momentos de dicha con tantas y tantos profesionales, que aportan tanto a nuestra sociedad.

Celebramos hoy la entrega de 845 diplomas. De 25 programas de pregrado, se gradúan 537 nuevos profesionales; 44 de ellos reciben títulos en dos programas simultáneamente. Además, se gradúan 232 personas de 20 programas de Maestría y 30 Médicos reciben títulos en 12 programas de Especialización Médico – Quirúrgica.

Cabe señalar que, entre los grados de nuevos profesionales, vamos a otorgar 111 grados con honores. Nuevo record. Nunca se había otorgado semejante cantidad en una ceremonia. Eso habla muy bien del nivel académico de esta cohorte 75. De esos grados, 25 son Magna cum laude y 86 cum laude. Once estudiantes reciben honores simultáneamente en dos programas.

Hoy se otorgan títulos, por primera vez, en la Especialización en Medicina Materno Fetal a tres reconocidos médicos.

Se gradúan 108 beneficiarios del programa Ser Pilo Paga y cinco de ellos, cuatro damas y un varón, se gradúan con honores.

Entre todas las historias de vida de estos muy valiosos profesionales que graduamos hoy, por la brevedad del tiempo, he escogido referirme solo a algunos de los que reciben sus diplomas con Altos Honores. Estas historias dan una idea de las vidas universitarias ricas y diversas que viven nuestros graduandos.

Juan Diego Mejía se gradúa Magna cum laude en Ciencia Política y cum laude en Derecho. Fue becario Icesos. Vivió intensamente su paso por la Universidad. Ha reseñado libros y participado en un concurso de arbitraje y en torneos de debate. Fue voluntario del Concordia Americas Summit y voluntario de investigación en el Centro de Estudios Afrodiaspóricos

(CEAF). Recibió mención meritoria por su trabajo de grado. Actualmente es asistente de investigación en el CEAF, donde participó en la elaboración de un informe para la Comisión de la Verdad. Fue beneficiario de una beca otorgada por el Banco Santander y la Universidad Libre de Berlín para tomar el curso de invierno Law, Society and Politics in a Comparative Perspective.

Diana Alejandra Martínez recibe títulos Magna cum laude en Administración de Empresas y cum laude en Psicología. Fue monitora de asignaturas demandantes, como Álgebra y funciones, Inferencia estadística, Teoría de la probabilidad y Teoría microeconómica. Practicó el tenis; perteneció a la agrupación estudiantil COMPSI; obtuvo el reconocimiento a uno de los mejores puntajes obtenidos en la prueba Saber Pro; y ya fue admitida para una maestría en emprendimiento e innovación social en la Universitat Autónoma de Barcelona.

En Psicología, reciben sus grados Magna cum laude tres nuevas profesionales. Ángela Patricia Sánchez realizó práctica profesional, primero, en el Consultorio de Atención Psicosocial -CAPsi de la universidad Icesi, brindando servicios de atención psicológica con orientación clínica comunitaria a población en condición de vulnerabilidad social y económica. Y, después, en el CEAF, diseñó y ejecutó intervenciones psicosociales dirigidas a niños, niñas y jóvenes de Aguablanca. Además, participó en el evento “Pensando fuera de la caja: Encuentro de profesionales en psicología no convencional”; e hizo parte del “III Encuentro Nacional de Estudiantes de Psicología: Retos y Necesidades del Psicólogo Colombiano en Formación”. Silvia Natalia Velasco hizo su práctica profesional en la Comisión de la Verdad, territorial Valle. Hizo parte del Semillero de Psicología Educativa. Participó de la Misión Académica a Chile en el 2018. Perteneció al grupo de Danza Árabe de la universidad. Karen Dahyana Solarte se destacó especialmente en las materias de la línea Clínica y Social. Participó en el Semillero de Neurociencias. Ganó medalla de oro en Kung Fu en copa Icesi; estuvo en el grupo de música “Latinoamericano”, así como en las clases de guitarra.

En Administración de Empresas, también reciben sus grados Magna cum laude Luis Mateo Sánchez y Juan Diego Fernández.

Y en Medicina los reciben Hugo Clavijo y Juan Camilo Clement.

Millerlay Arana se gradúa Magna cum laude como Licenciada en Educación Básica Primaria. Fue becaria Ser Pilo Paga. Es amante de las matemáticas, fue monitora del centro Cambas y realizó el diplomado en Enseñanza de las matemáticas con ayuda de Geogebra; hizo un semestre de intercambio en la Universidad de Valencia, España. Y dice: “Ser maestra es la mejor decisión que he tomado en mi vida; llena completamente mi corazón”.

En Sistemas también se gradúan tres nuevos Ingenieros Magna cum laude.

Sebastián Arango graduado del Colegio Ana Julia Holguín de Hurtado, de Candelaria; estudió becado por Mayagüez. Participó durante tres años en el Club de Programación y clasificó a las Regionales Suramericanas. Participó en las Olimpiadas Matemáticas. Clasificó a la International Mathematics Competition for University Students (las Olimpiadas Internacionales de

Matemáticas) en Bulgaria, en 2019, donde obtuvo mención de honor. Steven Ma trabajó en investigación sobre análisis de amenazas cibernéticas. Tomó parte en la Maratón Latinoamericana de Programación. Él, como varios de sus compañeros, ahora trabaja para una de las empresas de desarrollo de software que ha llegado recientemente a Cali), atraídas, especialmente, por la calidad de nuestros programas de Ingeniería y Diseño.

Daniel Galvis fue monitor del Club de programación y participó con éxito en maratones de programación regionales y nacionales. Hizo parte del semillero de investigación de I2T, trabajando en Ciberseguridad.

Maria Alejandra Renjifo se gradúa Magna cum laude en Diseño de Medios Interactivos. Realizó su proyecto de grado enfocado en la mejora de la educación virtual y obtuvo un puntaje muy destacado en las pruebas SaberPro. Fue especialmente apreciada, como monitora, durante varios semestres, para la creación de piezas y la divulgación de las actividades de Bienestar Universitario.

Cuatro Ingenieros Industriales se gradúan Magna cum laude: Juan Pablo Rodríguez, Juan Pablo Laverde, Claudia Johana Agudelo y Andrea Mendoza. Comparto aquí algo de las experiencias de las dos últimas.

Claudia participó en la Misión Industrial Nacional a Medellín y Cartagena. Obtuvo el primer puesto Nacional y segundo Internacional en el Rally Latinoamericano de Innovación 2020. Ocupó segundo lugar en el concurso “Cali Respira” organizado por Gases de Occidente. Representó a ANEIAP, la asociación nacional de estudiantes de Ingeniería Industrial, en el 57º periodo de sesiones de la Comisión de Desarrollo Social de la ONU, llevado a cabo en la propia sede de esa Organización, en la ciudad de Nueva York; el tema prioritario fue “Afrontar las desigualdades y los desafíos a la inclusión social a través de políticas fiscales, salariales y de protección social”.  Andrea Mendoza fue representante de los estudiantes en el Comité de Currículo del Programa por dos años y perteneció al grupo de investigación VIP, donde desarrolló herramientas en una plataforma para entender conceptos de Ingeniería Industrial.

En Ingeniería Bioquímica, tres nuevas profesionales se gradúan Magna cum laude.

Laura Ramírez perteneció al semillero de investigación de su carrera y participó en el proyecto de elaboración de cerveza artesanal. Su proyecto de grado fue publicado en la revista Catalysts. Realizó su práctica empresarial en el área de bioprocesos, liderando un proyecto de investigación enfocado en la producción de un compuesto antimicrobiano. Alejandra Lasso también perteneció a semilleros de ingeniería bioquímica trabajando en la obtención de bebidas fermentadas y en el proyecto procesos de biotransformación sostenible. Fue ponente en tres eventos de divulgación científica. Andrea Zapata también participó en el semillero de Biotecnología Industrial en el proyecto “Producción de cerveza artesanal a partir de cascaras de chontaduro”. En 2018 le otorgaron una beca de Joven Talento de COLCIENCIAS por un proyecto de estudio de resistencia bacteriana. Como parte de esa beca viajó a Alemania a realizar su práctica internacional en el Helmholtz Center for Infection Research. Ella y su compañero de promoción Esteban Sarria, quien también obtuvo la misma beca e hizo su práctica en el mismo Centro de investigación, en Alemania, y quien se gradúa hoy, cum laude, fueron evaluados allá como sobresalientes por sus respectivos jefes. Ante la pregunta sobre en qué aspectos podrían mejorar los estudiantes, la jefa de Andrea dijo que “ella puede aspirar a lo que quiera”; y la jefa de Esteban respondió “Esteban es tan bueno que no se puede decir en qué puede mejorar”.

Finalmente, cuatro nuevos profesionales reciben sus títulos en Economía y Negocios Internacionales magna cum laude. Juan Pablo Ospina obtiene doble titulación con el grado que le otorga la Montpellier Business School, de Francia. Es miembro de la sociedad honorífica internacional Beta Gamma Sigma. Por su interés en la industria turística, adelantó una Especialización en esa área, en la Universidad Autónoma de Occidente. En marzo de 2019 fundó su propia empresa, Revenue Managers; allí hizo su práctica y actualmente está asesorando a 6 hoteles en el territorio nacional. Laura Otero fue monitora en varias materias de pregrado y en una de posgrado. Fue asistente editorial de los Icesi Economic Working Papers y los Icesi Economic Lecture Notes de su Facultad. Ocupó el segundo puesto en las Olimpiadas Regionales de Economía en el año 2017; y representó a la Universidad en los Concursos Académicos Nacionales de Economía en los años 2018 y 2019. Gabriela Carmona realizó un Intercambio internacional en la Université d´Angers, en Francia, como ganadora de la Beca ISEP, que otorga la Embajada de ese país. Trabajó como encuestadora en el Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Icesi (POLIS) para la encuesta “Calibrando”. Andrea Rivera fue monitora en varias materias; jugó Volley Ball; y es miembro de la sociedad honorífica internacional Beta Gamma Sigma.

Celebro de manera particular sus grados y hago un reconocimiento especial a aquellos estudiantes que, durante sus estudios, hicieron parte del Consejo Estudiantil. Ese Consejo presta un invaluable servicio a sus compañeros y a la Universidad. En esta ocasión se gradúan Juan Camilo López, quien fue su presidente, Kenny Vasco, vicepresidenta, Juan Pablo Ospina, ya mencionado por su grado Magna cum laude en Economía y Negocios Internacionales, y Laura Valentina Hoyos, Mayra Camila Gómez y Diego Armando Burbano.

Y quiero celebrar hoy también la coincidencia de que se estén graduando dos parejas de hermanos. Por una parte, reciben títulos de Maestría en Administración Luis Miguel y Lorena Ladino Beltrán. Ellos combinan sus actividades laborales como Gerente en el Banco de Bogotá, en Buga, él, y directora técnica en Inmunotek, ella, con exitosas actividades de emprendimiento. Por otra parte, se gradúan Philip Leib Gil, como Médico cum laude; y su hermano Martín Leib Gil, simultáneamente como Ingeniero Industrial y como Administrador de Empresas. Sebastián, el hermano mayor de ellos, se graduó de Médico hace unos semestres y hoy cursa la Especialización en Medicina Interna, siempre en Icesi.

Estamos cerca ya de completar año y medio de la emergencia sanitaria que nos obligó a abandonar el Campus y a volcarnos al tele-trabajo, a la tele-enseñanza y al tele-aprendizaje. La pandemia ha generado una crisis de salud global sin precedentes, que, a la fecha, ha costado más de cuatro millones y medio de vidas.

Somos conscientes del dolor que este fenómeno ha causado, de distintas maneras, a todos los miembros de nuestra comunidad. En los últimos meses han perdido la vida tres de nuestros apreciados estudiantes de posgrado. Juan Carlos Franco y Freddy Panesso, quienes reciben hoy grados póstumos, respectivamente, en Maestría en Educación mediada por las TIC y en la

Maestría en Gerencia de Proyectos; y María Angélica Corrales estudiante de la Maestría en Enseñanza de Inglés como Lengua Extranjera. Sus compañeros y sus profesores los recuerdan con cariño; y ellos y la Universidad toda expresan su solidaridad a sus familiares y amigos.

Reitero, una vez más la gratitud a toda la comunidad universitaria por la resiliencia demostrada y por su adaptación a la situación que nos ha tocado vivir. Los profesores y los estudiantes pusieron todo de su parte para adecuarse al confinamiento y al trabajo remoto. Y a los grupos de SOMA, SYRI y tantos otros que redoblaron esfuerzos para que el trabajo de profesores y estudiantes pudiera continuar.

Hemos vivido en Cali, en el Valle y en Colombia, unos tiempos de agitación social como rara vez habíamos experimentado. Además de la cantidad de enfermedad y muerte que trajo la Pandemia, la actividad económica experimentó una caída tremenda durante este periodo. Algunos sectores sufrieron parálisis casi completa. Y mucha gente se empobreció dramáticamente. Un segmento grande de la población que se había beneficiado del crecimiento de la economía durante los últimos 15 años, vio retroceder, en poco tiempo, ese mejoramiento. Una sociedad caracterizada históricamente por unos niveles de desigualdad perturbadores, sufrió una profundización de los efectos de esa desigualdad. Vivimos, en mi opinión, con la ayuda del trabajo de agitadores profesionales, la explosión de esa combinación de frustraciones producidas por el encierro y el grave empobrecimiento.

Todos ustedes, queridos graduandos, hacen parte de un grupo privilegiado que, no solo ha podido cursar estudios universitarios, sino que están recibiendo un grado de una de las universidades más reconocidas de Colombia. Pero yo los invito a asumir con humildad ese privilegio. Todos acá esperamos que, con su talento, con su esfuerzo, con las competencias que se llevan y el reconocimiento de sus títulos, ustedes lleven vidas valiosas y prósperas. Mas debemos reconocer siempre la realidad de nuestro país; la de esa cantidad muy grande de compatriotas que viven en condiciones muy difíciles.

En días pasados me llegaron dos comunicaciones que, combinadas con algunos textos críticos que he leído recientemente sobre la meritocracia en los Estados Unidos, me pusieron a pensar sobre nuestra realidad y sobre la conveniencia de compartir unas reflexiones con ustedes.

La primera de esas comunicaciones era un tweet de un joven aspirante a político que empezaba así: “La desigualdad existe porque hay gente más talentosa que otra, más trabajadora, más ahorradora, más creativa y más empeñada en forjarse un destino”. Podría decirse que es cierto que todas esas características de alguna gente que el “tuitero” enumera

influyen en la desigualdad; pero la desigualdad es producto también de otros factores muy importantes, la mayoría de los cuales no controlamos nosotros. El tweet que estoy citando se complica más cuando continúa: “[hay gente] …menos envidiosa, menos perezosa y menos empeñada en culpar a los demás por sus fracasos y esperarlo todo del Gobierno”. Esas últimas aseveraciones fueron las que conecté inmediatamente con los textos críticos de la meritocracia norteamericana.

Siempre hemos oído hablar del “sueño americano”. El presidente Barak Obama lo enunció en alguna oportunidad así: “lo que hace a los Estados Unidos … tan especial es la idea fundamental de que, en este país, con independencia de qué aspecto tengas, de dónde vengas, de cuál sea tu apellido o de qué desventajas sufras, en este país, si trabajas duro, si estás dispuesto a responsabilizarte, puedes conseguirlo, puedes prosperar”. Y, en las últimas décadas, esa responsabilidad se ha ligado más explícitamente al mérito. Si eres responsable, mereces el premio. Y eso, en principio, está bien. El problema está en una gran cantidad de gente que tiene una suerte diferente. Como dice Michael Sandel, reconocido profesor de filosofía de la Universidad de Harvard, en su libro “La Tiranía del Mérito”: “… para quienes están atrapados en el fondo o a duras penas consiguen mantenerse a flote, la retórica del ascenso es más un escarnio que una promesa”.

La verdad es que, los que podemos estudiar en una buena universidad y acceder a un buen empleo, hemos sido ayudados por la suerte o por la gracia de Dios o por la sociedad en la que vivimos de muchas maneras. La familia en la que nacimos, el talento que heredamos, los valores que nos trasmitieron, la educación básica que recibimos, la gente con la que nos encontramos en la vida, la salud de la que gozamos, etc. Definitivamente, no se trata solo de esfuerzo y ahorro. Y, como dice el mismo Sandel en su libro, “cuanto más nos concebimos como seres hechos a nosotros mismos y autosuficientes, más difícil nos resulta aprender gratitud y humildad. Y, sin estos dos sentimientos, cuesta mucho preocuparse por el bien común”. Por eso preocupa tanto el tweet del joven político.

Ahora conecto eso con la otra comunicación que me llegó en estos días. Esta es de un joven empresario colombiano, de nombre David Vélez, de familia antioqueña. Él es cofundador de Nubank, una empresa Fintech, un banco virtual que, fundado hace solo ocho años en Brasil, tiene ya más de 20 millones de clientes. David es, antes de llegar a los cuarenta años de edad, uno de los hombres más ricos del mundo. Pues bien. Me enteré de que él había firmado The Giving Pledge, la promesa de dar, una iniciativa originada en 2010 por Bill Gates y Warren Buffet, en ese momento las dos personas más ricas del mundo. Ellos invitaron a los demás billonarios en dólares de todas partes a comprometerse a donar, al menos, la mitad de su patrimonio para ayudar a resolver algunos de los más serios problemas sociales globales. Y me llamó la atención encontrar, al empezar el segundo párrafo de la carta en la que David y su esposa Mariel Reyes sellan su compromiso de donar la mayoría de su riqueza, lo siguiente: “Nosotros hemos tenido suerte. Nuestras familias nos proporcionaron siempre esas oportunidades que tantos otros nunca han tenido”. Después hacen unas consideraciones sobre su mortalidad y la imposibilidad de llevarse nada consigo, sobre los límites al dinero que uno puede gastar; “uno no puede usar dos pares de zapatos al mismo tiempo”, dicen. Y, la más importante: “Hay urgencia extrema de invertir la riqueza ahora para ayudar a mejorar las vidas de centenares de millones de personas”. Navegando en la página Web de The Giving Pledge, encontré la carta con el compromiso de Warren Buffet de donar el 99% de su patrimonio. Llama muchísimo la atención cómo él, después de enumerar varios factores de suerte que le ayudaron a llegar a su fortuna, dice: “Mi suerte se acentuó por vivir en un sistema de mercado que a veces produce resultados distorsionados … He trabajado en una economía que recompensa al que salva vidas de otros en el campo de batalla con una medalla; que recompensa al destacado maestro escolar con notas de agradecimiento de los padres; pero recompensa al que puede detectar la subvaloración de un activo financiero con sumas que llegan a los billones de dólares. En resumen, la distribución de la suerte es salvajemente caprichosa”.

En fin, queridos graduandos, reconozcamos siempre, a pesar de todo el esfuerzo que hagamos y de todo lo que logremos, los límites de nuestros méritos, la importancia de la suerte y de otros factores para llegar al éxito. Y miremos con compasión y solidaridad a los que, por muchas razones, no llegan a donde llegamos nosotros.

Vayan pues y vivan sus vidas. Todos acá esperamos que cumplan sus propósitos y sus sueños. Y que sean generosos con los que no tuvieron su suerte.

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