La Costa Brava, que significa ‘costa salvaje’, se encuentra en la esquina superior de la región de Cataluña. Tiene un número récord de playas europeas con banderas azules a lo largo de su plácida costa. Explore estas ciudades costeras que permanecen en gran parte sin descubrir y puras, lejos de las masas traídas por el turismo y el desarrollo urbano y de casas de lujo Costa Brava.
Tamariu
La playa blanca de Tamariu solía ser un pueblo de pescadores y actualmente es uno de los lugares de verano favoritos de Cataluña. Es pequeño e íntimo, a solo una hora de Girona y un destino perfecto para familias. La vida de la ciudad gira en torno a su pequeña pero atractiva playa, ubicada en medio de un entorno natural sin explotar lejos de los automóviles y el ruido de la ciudad. Las principales actividades de ocio que se ofrecen son el buceo, la vela y el kayak. Sin embargo, los viajeros que prefieren mantenerse frescos y secos no necesitan mirar más allá de la costa de Tamariu. Este lugar está lleno de agradables restaurantes locales con cómodas terrazas junto a la playa que invitan a disfrutar de tapas, un plato de pescado fresco del día o un gin tonic por la noche.
Calella de Palafrugell
Calella es un pueblo blanco que simplemente irradia espíritu juvenil y diversión familiar. Durante el día, la gente camina hasta una de las ocho playas que rodean el pueblo, aunque la mayoría de los jóvenes locales van directamente a la playa de El Canadell. Por la noche, cuando empieza a ponerse el sol, el litoral de Calella se llena de gente paseando y socializando en las terrazas o en los pequeños comercios del barrio. Todo el mundo parece conocerse en esta ciudad amigable.
Llafranc
Junto a Tamariu y Calella, Llafranc está considerado como uno de los tres pueblos costeros idílicos que quedan en la Costa Brava. Con apenas 300 habitantes, este antiguo pueblo de pescadores ofrece múltiples actividades para los visitantes. Además de su encantador paisaje y sus maravillosas playas mediterráneas, el escenario perfecto para relajarse y tomar el sol o simplemente para disfrutar de un helado junto a las impresionantes vistas, la ciudad también alberga recorridos históricos por su patrimonio y una variedad de deportes de verano en el puerto deportivo.
Cadaqués
Cadaqués es probablemente el pueblo de pescadores más famoso e histórico de la Costa Brava. Su belleza ha atraído a varios artistas en el último siglo que encontraron inspiración en esta encantadora ciudad, entre ellos Marcel Duchamp, Federico García Lorca y Pablo Picasso . Sin embargo, es más conocida por ser la ciudad natal de la familia de Dalí y por albergar la casa museo del surrealista, que es una de las atracciones turísticas más importantes de Cadaqués. Cala Bona, una playa, o Cap de Creus, un parque natural, también son lugares de visita obligada en la zona.
Begur
La ciudad de Begur se enorgullece de estar fuera de los caminos trillados de la principal Costa Brava, a pesar de que todavía está a solo una hora en coche de Barcelona . Begur es también uno de los principales atractivos turísticos del litoral catalán por su rica historia. El pueblo se remonta a tiempos prehistóricos, y se han encontrado restos de diferentes épocas que confirman su longevidad como asentamiento humano. El Castillo de Begur, por ejemplo, es el testimonio más importante del papel central que jugó la ciudad durante la era feudal.
S’Agaró
S’Agaró es una localidad residencial situada entre Sant Feliu de Guixols y Platja d’Aro, pero lejos de la agitada vida de un núcleo urbano y cuenta con casas de lujo en la Costa Brava. Con poco más de 1.000 habitantes, S’Agaró cobra vida en verano y parece dormirse durante el invierno, cuando la soledad de su orilla del mar llena el ambiente de una hermosa brisa nostálgica. Con casas blancas, piscinas, familias en la playa y terrazas frente al mar, esta ubicación es típicamente mediterránea. El núcleo residencial original, construido a principios del siglo XX, es un sitio preservado de importancia histórica y nacional.