Apuntes sobre el aceite CBD

“CBD” es la abreviatura de “cannabidiol”. Detrás de este término un tanto bárbaro se esconde una de las dos sustancias activas que se encuentran en grandes cantidades en la planta del cáñamo (cannabis sativa), siendo la otra el “THC”, o “tetrahidrocannabinol”. Si bien estas son las moléculas más abundantes en la planta cultivada, están lejos de ser las únicas: hasta la fecha se han identificado un buen centenar de cannabinoides, y la investigación sobre este punto no ha dicho su última palabra.

 

El THC es sin duda el cannabinoide más conocido por el público en general. Es el que se consume con fines recreativos, pues sus efectos psicoactivos provocan cambios en el estado de conciencia. En otras palabras, el que te `apedrea”. Es en él en quién pensamos cuando hablamos de “cannabis”, sin saber que este término es solo un calificativo genérico aplicado a la planta del cáñamo. El CBD es la contraparte “sobria” del THC: desprovisto de efectos psicotrópicos, incluso tendería a atenuar las repercusiones neurológicas de su primo, y no causaría dependencia alguna, teniendo al menos propiedades terapéuticas similares. Esto explica por qué es de tanto interés para el mundo científico.

 

El cannabidiol, una vez extraído de la planta de cáñamo, se puede consumir en diferentes formas, siendo el aceite de CBD uno de los más efectivos. Ingerido después de ser mezclado con alimentos o bebidas, o absorbido por vía sublingual, el aceite pasa a través del sistema digestivo y produce efectos más rápidos en 10 minutos, así lo mencionan los portales especializados para comprar CBD online.

 

¿Cómo se elabora el aceite de CBD?

 

Los aceites CBD se elaboran mezclando cristales de cannabidiol, ellos mismos extraídos de la planta de cáñamo, y aceites vegetales a los que se agregan terpenos para refinar el sabor.

 

Entre los diferentes métodos de extracción, el que utiliza CO2 es el más eficiente y produce el aceite más puro. El producto final puede entonces mostrar diferentes concentraciones de cannabidiol (5%, 10%, 20%, etc.). Por ejemplo, un vial de aceite de CBD al 10% contiene 1000 mg por 10 ml o 5 mg por gota.

 

¿Qué beneficios se atribuyen al aceite de cannabidiol?

 

Aunque el uso del cáñamo en un entorno terapéutico no es nuevo, el descubrimiento de la composición del cannabis y la existencia de muchos cannabinoides, resulta ser muy reciente, al igual que la exploración del sistema endocannabinoide del cuerpo humano, una gran red de receptores activados por cannabinoides producidos naturalmente en el cuerpo o ingeridos artificialmente. Estos descubrimientos se remontan a los años 60 y 70, en particular el del cannabidiol.

 

Desde entonces se han multiplicado los estudios para identificar los beneficios de esta sustancia, especialmente consumida en forma de aceite de CBD, en el alivio (y en ocasiones el tratamiento) de muchas patologías. Por lo tanto, se le asigna un papel en el cuidado de las siguientes dolencias:

 

Ansiedad y estrés,

Trastornos del sueño,

Adicción (especialmente tabaco y THC),

Náusea,

Dolor debido a enfermedades crónicas (esclerosis múltiple, fibromialgia, etc.),

síntomas causados ​​por afecciones neurológicas (epilepsia, enfermedad de Parkinson, Alzheimer, etc.),

ciertos cánceres (el CBD permite limitar el desarrollo de células tumorales, por ejemplo, en el cáncer de mama).

 

Estas no son teorías o fantasías de los consumidores. Actualmente existen al menos dos medicamentos en el mercado, en parte compuestos de cannabidiol: Sativex (un aerosol que se usa para aliviar a los pacientes con esclerosis múltiple) y Epidiolex (un tratamiento que se usa contra las formas graves de epilepsia, ya recetado en los Estados Unidos). Por tanto, no es absurdo pensar que los testimonios relativos al consumo de aceite de CBD que muestran notables mejoras en los trastornos y el estado de salud se basan, al menos en parte, en el concreto.

 

¿Cuál es la posición de las autoridades sanitarias sobre los supuestos beneficios terapéuticos del CBD?

 

Un informe de la Organización Mundial de la Salud, publicado en 2018, señala que “el CBD podría resultar útil en el tratamiento de muchas otras afecciones” además de la epilepsia y la esclerosis múltiple, pero que, tal como está, “la investigación está considerablemente menos avanzada” y es la mayoría de las veces se limita a estudios preclínicos (léase: en animales). No obstante, y aún según este informe, el consumo de aceite de CBD (o cannabidiol en sus diversas formas) podría ser planteado por “sus propiedades neuroprotectoras (…), ansiolíticas, analgésicas, antiinflamatorias, antiasmáticas, incluso antiinflamatorias. -tumor ”.

 

Como podemos ver, la OMS se posiciona explícitamente como favorable al aumento de estudios relacionados con los beneficios terapéuticos del aceite de CBD. La institución agrega un punto importante: el hecho de que el consumo de cannabidiol no ocasiona abuso o dependencia significativa de ningún tipo. “[El] CBD no produce ninguno de los efectos que normalmente se observan con el uso de otros cannabinoides como el THC” y “tiene un buen perfil de seguridad”. Para los angloparlantes, el informe completo está disponible en el sitio web de la OMS .

 

El hecho es que, hasta la fecha, por falta de evidencia médica tangible, los productos a base de cannabidiol como el aceite de CBD no se consideran medicamentos, sino complementos alimenticios.

 

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