En muchas ocasiones el tema de adicciones se maneja como si fuera sinónimo de abuso de sustancias, sin embargo, los problemas de adicciones no solo se denotan como resultado de la formación de una dependencia química, existen factores psicológico e incluso genéticos que hacen a una persona más proclive a caer en algún tipo de adicción sin que exista ningún tipo de abuso de sustancias de por medio. Un ejemplo de lo mencionado es la adicción a los videojuegos.
Cómo muchas adicciones, la adicción a los videojuegos se denota como un problema de autocontrol, en donde el individuo consume este tipo de entretenimiento de forma compulsiva y repetida. El diferencial entre una persona que gusta de los videojuegos y otra que tiene un problema de adicción hacia estos, es que la persona que es adicta a los juegos de video es incapaz de controlar el tiempo que pasa jugando.
La adicción a los videojuegos es evidente cuando el individuo bajo esta dependencia empieza a priorizar el tiempo de juego sobre otras actividades importantes desde el punto de vista personal y profesional, esto de denota en una mayor tendencia al aislamiento e incluso en el abandono de los estudios o trabajo para pasar más tiempo jugando.
Para entender por qué las adicciones pueden ser totalmente comportamentales como en el caso de los videojuegos debemos hablar sobre la dopamina. La dopamina es un neurotransmisor implicado en muchos procesos, uno de ellos es el sistema de recompensa, sin mayores tecnicismos, se denota por el deseo (por cosas o actividades) y la sensación de gratificación (cuando logramos algo. La dopamina es la causa de que nos sintamos bien cuando conseguimos una meta, también es la que nos estimula a buscar o hacer cosas, tal como aprender algo, planificar un proyecto o incluso invitar a salir a una persona.
En el caso de los videojuegos, el sistema de recompensa puede activarse cuando se alcanza un nivel, lo que fomenta que individuo continúe jugando. Es así que los individuos con predisposición a comportamientos compulsivos, en conjunto con factores ambientales, pueden volverse dependientes al sentimiento de gratificación que los videojuegos ofrecen, gestándose así la adicción a los videojuegos. Lo mismo sucede en el caso de los juegos de azar, por ejemplo, una persona que usa casinos online para jugar a distancia no difiere mucho de otra que visita el establecimiento físico.
Por supuesto, en el caso de la ludopatía el impacto negativo en la vida del individuo es más evidente, mientras que, en la adicción a los videojuegos, el problema es menos conocido y suele tomarse como una fase o incluso como un problema de disciplina, esto porque la mayoría de afectados suelen ser personas jóvenes.
La adicción a los videojuegos puede enmarcarse bajo diferentes criterios, aunque comparten el mismo núcleo comportamental de muchas adicciones, es decir, puede identificarse por una incapacidad de controlar el tiempo de juego, una tendencia al aislamiento y abandono de actividades importantes (amigos, escuela o trabajo) y una actitud que empeora con el tiempo, especialmente cuando el individuo no puede seguir jugando.
El problema suele desarrollarse de forma gradual, siendo para algunos especialistas los signos de que se está gestando una adicción cuando el individuo dedica 4 horas o más a jugar diariamente, tras esto, se vuelve más claro el origen de una disminución en el rendimiento académico o profesional, esto a la par de que se reducen las relaciones interpersonales, se abandonan otros pasatiempos y, en síntesis, se evoluciona hacia una dependencia grave hacia los videojuegos.