Para muchos tener una maestría es un grado educativo más enfocado en el perfil de un investigador académico, y si bien es cierto que profesores universitarios e investigadores tienen por lo general uno o varios posgrados, no se debe confundir a una maestría o doctorado como un grado que se enfoca solo en la investigación académica. Muchos profesionales a pesar de saber esto, posponen indefinidamente el estudio de una maestría o bien, no están muy seguros de si el esfuerzo de subir un peldaño más en su nivel educativo vale la pena, por ello en este artículo te contamos algunas ventajas de estudiar una maestría.
Mejores oportunidades laborales
Tener una maestría suma muchos puntos a tu currículum y, en la gran mayoría de ocasiones esto será clave para destacar y sobresalir entre muchos aspirantes a un empleo que solo tienen licenciatura (carrera universitaria). Además, a nivel mundial las personas con maestría ganan en promedio 50% más que aquellas que solo tienen una licenciatura. Porque, al ser las maestrías un grado de educación superior, con conocimientos más actualizados, específicos y de mayor calidad; las empresas ofrecen salarios bastante más altos para atraer a profesionales con este nivel de educación.
Incluso, puedes abrirte campo a nivel internacional si estudias una maestría fuera del país. Ya que, en la actualidad existen formas accesibles de hacerlo con metodología online, una opción bastante interesante con los tiempos para los tiempos que corren con el coronavirus.
Flexibilidad de tiempo
Hay quienes no estudian una maestría debido al poco tiempo que disponen, sin embargo y a diferencia de las licenciaturas, los planes de maestría suelen ser más accesibles en cuanto a horarios y, de hecho, muchos planes de estudio de maestría se desarrollan teniendo en cuenta que los estudiantes son profesionales activos laboralmente, por lo que es posible encontrar maestrías nocturnas o incluso excelentes maestrías virtuales.
Así mismo, la mayoría de maestría duran entre uno y dos años, por lo que requiere un menor esfuerzo a nivel de tiempo en comparación a los cuatro o cinco años que ocupa una licenciatura.
Encuentra el trabajo que quieres
Encontrar nuestro trabajo ideal no es una tarea fácil. Estudiar una carrera es el primer paso, pero para llegar al trabajo de nuestros sueños debemos seguir formándonos. Muchos estudian derecho, por ejemplo, para ingresar en el sector público en áreas jurídicas, otros lo hacen para litigar en el sector privado con derecho mercantil, sin embargo, tener el grado de abogado no siempre abre las puestas para entrar al sector de trabajo que deseamos.
Lo que nos ayuda a tener la llave para abrir esas puertas es una educación de más alto nivel, con mejores conocimientos y enfocadas en un área en concreto. Un ejemplo sencillo para entender esto, es el campo de la neurocirugía. Puedes convertirte en médico, pero para convertirte en neurocirujano debes formarte en esta área específicamente.
Lo anterior sucede porque el conocimiento de la mayoría de las carreras es muy basto y es difícil o más bien imposible de dominar el 100% de un campo como la economía, la biología o medicina con solo el grado de licenciatura. En pocas palabras y retomando el ejemplo del licenciado en derecho, si una persona con este grado desea tener mejores oportunidades para entrar como juez o asesorar empresas, le conviene contar con una maestría en gestión o políticas públicas, derecho penal, un MBA o cualquiera que sea el área en el que desee, de este modo, un perfil especializado gracias a una maestría le otorga mejores oportunidades de tener el trabajo de sus sueños.
Emprende, materializa tu idea
En muchas otras ocasiones, nuestro sueño es ser nuestros propios jefes o tener nuestra propia empresa, en este caso, estudiar un MBA es la mejor opción. Por ejemplo, un abogado busca tener su propio bufete, un médico u odontólogo busca abrir su propia consulta o clínica, un graduado en Publicidad o Marketing sueña con tener su propia agencia; pero con el conocimiento de una sola área del negocio no puede llevarlo a la realidad.
Por eso, la gran mayoría de profesionales buscan estudiar maestrías como un MBA, para tener una visión global de los negocios y las empresas. No para realizar ellos mismos todas las tareas, sino para aprender a gestionarlas y saber que se hacen bien ¿Cómo puede saber un abogado o un médico que una campaña de marketing es buena? No podrían saberlo porque no es de su competencia normalmente, pero al estar formados, si lo pueden saber y pueden exigir a los profesionales que hayan contratado con conocimiento de causa.
Financiamiento
Si bien es cierto que financiar una maestría no siempre es barato, se trata de una inversión que retornara con intereses. Cada día, hay más facilidades de financiación, que aportan flexibilidad para que por una módica cantidad mensual puedas acceder a vanguardistas Maestrías de reconocimiento internacional.
Obtener una maestría es mucho más fácil de lo que parece en estos días, no te limites a buscar solo en tu región o en el país. Puedes estudiar una maestría en Europa, por ejemplo, hacerlo de forma online y sin pagar precios desorbitados, así puedes abrirte oportunidades laborales para hacer carrera en el extranjero.
Incluso, hoy en día, para tener una maestría no necesitas hipotecar tu vida entera, hay muchas escuelas y universidades con planes de calidad y económicas. Además de la financiación, siempre hay opciones de solicitar becas y ayudas, por ejemplo, existen muchas becas para estudiar en Europa o en otros países y te asombrarían lo fáciles que son de conseguir (información sobre becas maestrías online en Europa).
Nuestra idea es animarte a que sigas estudiando, a que avances en tu carrera profesional, a que subas al siguiente nivel, quitarte el miedo, decirte que no lo dejes de lado y busques expandir tus horizontes, porque sin duda estudiar una maestría es el cambio que necesitas en tu vida.