La Comisión Federal de Comercio (FTC)demandó al gigante del e-commerce Amazonde engañar a sus clientes para que se suscriban al servicio Amazon Prime, al implementar diseños de interfaz que pueden resultar «manipuladores, coercitivos o engañosos». El organismo estadounidense presentó una queja en un tribunal federal de Washington, en donde acusa al gigante tecnológico de inscribir a consumidores al servicio mediante tácticas manipuladoras, y además destacan que «deliberadamente se dificultó la cancelación» del servicio, como señalan desde Europa Press.

La agencia destaca en esta demanda que la empresa «manipula» a los usuarios para que estos se registren en Prime, un servicio que se alza hasta los 139 dólares al año, para obtener beneficios como entregas rápidas y gratuitas, acceso al servicio de streaming de Amazon y más. Además, señalan que el proceso de cancelación de Prime es deliberadamente complicado.

La FTC acusa a Amazon de manipular a los consumidores

Cómo señala la demanda, la comisión acusa a Amazon de engañar a millones de consumidores de forma deliberada para que se unan al servicio Prime, mediante «diseños de interfaz de usuario manipuladores, coercitivos o engañosos conocidos como ‘patrones oscuros’».

En palabras de Lina M. Khan, quien es la presidenta de Comisión Federal de Comercio, el gigante del comercio «ha engañado y atrapado a las personas en suscripciones recurrentes sin su consentimiento, lo que no solo frustra a los usuarios, sino que también les cuesta dinero». La profesional añade que las técnicas de manipulación perjudican tanto a los consumidores como a otras empresas que sí respetan la ley.

«La FTC continuará protegiendo enérgicamente a los estadounidenses de los ‘patrones oscuros’ y otras prácticas injustas o engañosas en los mercados digitales», concluye Lina M. Khan.

Con esta nueva acusación la FTC completa tres demandas contra Amazon en el último mes. Hace tan solo unos días Amazon llegó a un acuerdo con la Comisión para resolver dos demandas relacionadas a problemas de privacidad, donde aceptó pagar 5,8 millones de dólares por permitir que empleados accedieran a videos del servicio de vigilancia de Amazon Ring sin el consentimiento de los clientes, y otra por 25 millones de dólares relacionada a la retención de datos de voz de niños durante un tiempo prolongado por el sistema Alexa.