El Gobierno de Estados Unidos y otros ocho estados han denunciado a Google por supuesto monopolio en el mercado de la publicidad digital.

Durante mucho tiempo pocos osaban poner palos en las ruedas a Google en su patria chica, Estados Unidos, donde el gigante de internet tenía hasta hace no mucho vía libre para dar alas casi infinitas a su negocio.

Sin embargo, Google ya no es definitivamente intocable en su país natal. El Gobierno de Estados Unidos y otros ocho estados han denunciado a la compañía de Mountain View por supuesto monopolio en el mercado de la publicidad digital.

En la demanda, consignada este martes en los tribunales, se acusa a Estados Unidos de abusar de su «poder monopolístico» para propulsar su propio negocio en detrimento de la competencia.

«El comportamiento anticompetitivo de Google ha elevado las barreras de entrada a niveles artificialmente altos, ha obligado a competidores clave a abandonar el mercado de herramientas de tecnología publicitaria, ha disuadido a competidores potenciales de entrar en el mercado y ha dejado a los pocos competidores de Google marginados y en desventaja injusta», subraya la demanda, al frente de la cual está el Departamento de Justicia de Estados Unidos.

Los demandantes exigen a Google que se desprenda de parte de su colosal emporio publicitario. En 2022 la compañía trató de esquivar la denuncia desgajando el negocio de subastas de anuncios de su división de publicidad digital. Sin embargo, la escisión no fue en realidad tal porque el negocio de subastas de anuncios de Google pasó a depender de Alphabet, matriz del titán de internet.

El 80% de los ingresos de Google procede de la publicidad digital

El cambio no ha sido suficiente a ojos del Departamento de Justicia de Estados Unidos, que echa en cara a Google haber actuado con el último objetivo de «neutralizar o eliminar» a sus rivales en el mercado de la publicidad digital.

A día de hoy Google es líder absolutamente incontestable en el mercado de la publicidad digital. En 2022 llegaron a sus arcas 168.440 millones de dólares procedentes de la publicidad online, de acuerdo con las cifras barajadas por Insider Inteligence.

Ningún otro «player» digital presume de tan exorbitantes cifras en el mercado de la publicidad online y tan solo Meta, matriz de Facebook e Instagram, se aproxima a los abultados números de Google.

La publicidad es la columna vertebral del negocio de Google. El 80% de los ingresos de la compañía echan anclas en la publicidad, por lo que si los demandantes se salen con la suya y logran que los tribunales obliguen a Google a dividir su negocio publicitario, la multinacional se vería inevitablemente lastimada.

No es la primera que el Departamento de Justicia de Estados Unidos coloca en la mirilla a Google. En 2000 demandó también a la compañía y la acusó de monopolio ilegal en el mercado de las búsquedas, donde su buscador lleva la voz cantante prácticamente en solitario.