El marketing directo es un tipo de publicidad donde se comunica directamente con el público objetivo mediante uno o varios medios, para posteriormente obtener una serie de datos medibles.

Para crear una buena campaña de marketing directo es necesario tener en cuenta una serie de aspectos. Lo principal es conocer nuestro target. Para ello, se realizan mapas de públicos claves con el objetivo de identificar a las personas a las cuales queremos vender nuestros productos o servicios. Este primer paso es vital porque sobre todo queremos llamar la atención y ser persuasivos sobre nuestro público objetivo y por ende generar una acción de compra.

El siguiente paso a seguir consiste en investigar los hábitos de consumo de nuestros clientes potenciales. Se realiza un estudio del mercado y se buscan nichos existentes o también llamados productos interrogantes. En este aspecto, se trata de encontrar oportunidades de negocio y de establecer la diferencia de nuestra marca con respecto a la competencia.

La importancia de la base de datos

Para desarrollar una perfecta campaña de marketing directo, hay que tener en cuenta a los leads. Se trata de crear una base de datos, para posteriormente organizar la gran cantidad de información que tendremos sobre nuestros clientes.

Después tendremos que segmentar el mercado. Es decir, dividir el mercado en grupos de personas muy concretos: clientes con hábitos de consumo similares e intereses comunes, con el objetivo de que cada vez que les enviemos mensajes directos estos sean muy atractivos para ellos. Hay que personalizar los mensajes. Para ello, se utilizarán los datos personales de cada uno de los clientes que constan en la base de datos. Con esto, se intentará crear un vínculo emotivo entre la empresa y el cliente.

En la era del marketing digital 3.0. es de vital importancia crear contenido que apele a las emociones de los usuarios para que se identifiquen con la marca. Para captar la atención del público y generar una estrategia exitosa de marketing directo, es necesario generar contenidos de calidad y originales.

El contenido tiene que ser siempre lo más claro y concreto posible. Se valora la brevedad y la síntesis de la información. Hay que ser muy cauteloso a la hora de redactar los mensajes claves, ya que estos deben de ser muy precisos. Para ello es importante utilizar palabras sencillas y en la mayoría de los casos frases cortas y comprensibles.

Finalmente, como último paso para crear una campaña de marketing directo, hay que elegir el medio adecuado. En función del mensaje que queramos difundir, es muy importante saber elegir bien cuál será el medio de comunicación idóneo para lanzarlo. Hay que analizar y sopesar las ventajas e inconvenientes de cada medio, antes de enviar nuestra campaña al usuario. No es lo mismo un email, que un SMS, un banner en una web o un anuncio en una red social. Tendremos que adaptar nuestro contenido, hacerlo más o menos corto, en función al medio por el cual lo queramos difundir.

Una vez seguidos todos estos pasos, se mide el impacto de la campaña de marketing directo monitoreando los resultados obtenidos. En función a esos análisis se valora si la campaña tuvo el éxito esperado o no.