Mitología valenciana para la Noche de Todos los Santos

La Comunidad Valenciana tiene toda una tradición cultural y mitológica enraizada en la cultura mediterránea que vale la pena conocer, reivindicar y perpetuar. Se trata de una serie de mitos, tradiciones y leyendas que van mucho más allá de las ya mundialmente conocidas fallas que han extendido la cultura valenciana de ‘foc i fum’, fuego y humo, por todos los rincones del mundo.

Tan sólo hay que echar un ojo a las noticias culturales de Valencia para observar cómo esta tierra está en permanente ebullición cultural. Y mientras, como buena ciudad mediterránea que es, permanece abierta a todas las innovaciones que llegan de todas partes del mundo, por otra parte, hunde profundamente sus raíces para seguir mostrando y manifestando su carácter propio y único.

Así pues, la Comunidad Valenciana le planta cara a Halloween, tradición importada de EEUU, y saca a pasear en la Noche de Todos los Santos, a toda una serie de personajes y monstruos mitológicos, propios de la tradición oral, las leyendas, la mitología y en definitiva, la cultura de la Comunidad Valenciana.

¿Cuáles son los monstruos legendarios con los que se atemorizaba a los valencianos del pasado en su infancia?

En la víspera del 1 de noviembre, las familias valencianas se reunían para celebrar la noche de Todos los Santos, en memoria de sus difuntos. Esas celebraciones distaban mucho de las actuales celebraciones de Halloween. No había disfraces ni repartos de caramelos, no existía el truco o trato, pero sí un profundo respeto por los miembros de la familia ya fallecidos.

Sin embargo, sí que existían historias y leyendas propias de la cultura y tradición oral valenciana, que nada tienen que ver con los zombies, vampiros y demás monstruos de la cultura anglosajona.

Desde hace unos años, el Museu Valencià d’Etnologia, viene realizando una campaña con el lema “Espanta la por! Per Tots Sants, monstres valencians”. El objetivo principal de ésta es el de reivindicar, durante los días anteriores a la festividad de Todos los Santos, la existencia de un imaginario colectivo valenciano de monstruos propios. De este modo se pretende fomentar la lectura de la literatura popular valenciana donde estos personajes son protagonistas de rondallas y leyendas para que los más pequeños. De este modo se pretende la perpetuación de la cultura valenciana, ya que estos niños, de mayores trasladarán estas historias a sus descendientes. De esta iniciativa se han hecho eco las principales noticias culturales de Valencia.

Desde aquí también queremos colaborar haciendo un breve repaso por los principales monstruos y leyendas de la mitología valenciana 

¿Preparados para pasar miedo?

El Butoni

No, no es una pizza. En realidad no se sabe muy bien cual es su apariencia, aunque se trata de, un personaje habitual en el bestiario del imaginario valenciano. Unas veces aparece con forma de demonio, otras de monstruo y otras también como bestia terrorífica. Lo que está claro es que tiene la forma ideal para dar miedo, principalmente, a los niños pequeños. 

Al parecer, los niños que lo temen nunca lo verán, pero no vale no creer en él, porque aquellos que no creen en el Butoni, serán raptados por éste. 

Durante la Edad Media, servía como para asustar a los niños que se portaban mal o que eran traviesos, donde se les decía que si no eran buenos, o sea, si no obedecían sin rechistar a lo que se les ordenaba, vendría el Butoni y se los llevaría. 

El Butoni es uno de los monstruos que más ha calado en la cultura popular, tanto que tras la Guerra de la Independencia Española, existió un cuerpo policial que patrullaba la ciudad bajo el nombre de la “ronda del Butoni”. Se trataba de una patrulla creada por el capitán general Elío. Por lo visto recibió dicho nombre por la forma, los métodos y la fuerza bruta con la que combatía a bandoleros y maleantes.

El Moro Mussa

El Moro Mussa, también conocido en Alicante como “El Moro o El Morusso”, y en los pueblos de la Ribera como “El Moro Mus”, es uno de los personajes del imaginario de la Comunidad Valenciana que además forma parte de la historia de La Valldigna. Allí es tradicional un sortilegio contra el Moro Mussa.

Cuenta la leyenda que el Moro Mussa era un monarca de la época musulmana, que perdió sus dominios después de la conquista de Jaume I. En venganza, acosaba a los niños, y por eso se le utiliza como figura para atemorizar a los pequeños.

Se cree que este personaje era, en realidad, Musa ibn Nusair, un caudillo militar musulmán yemení, gobernador y general del califato Damasquino Omeya en el norte de África. Musa, a la edad de 71 años, participó en la invasión musulmana de la península ibérica, siendo el primer valí de al-Ándalus, gobernando entre los años 712 y 714.

La leyenda narra una historia de un personaje malvado que lleva consigo una serpiente y un gato negro. Tras raptar a una bella doncella se convierte en un ser fantástico con cola de serpiente y cabeza de dragón. Se acabará enfrentando a Jaume Ferrisa, un caballero cristiano que salvará a la bella doncella.

La Tarasca

La Tarasca es una de las bestias que se sacan en las procesiones del Corpus Christi para representar al maligno. Puede visitarse en el Museo del Corpus de Valencia. Es una criatura mitológica que tiene su origen en una leyenda sobre Santa Marta. Se trata de figura que sale junto a las rocas y que está representada como un monstruo con cuerpo de tortuga, seis patas, cola de escorpión y la cabeza de un león. 

Su origen proviene de una leyenda medieval provenzal. Esta leyenda nos cuenta que Santa Marta, hermana de Lázaro, a la muerte de Jesús se marcha a Occitania y en la villa de Tarascón, en la Provenza francesa, la gente del lugar le piden auxilio para vencer a un monstruo conocido como la Tarasca. 

Santa Marta, armada solamente con agua bendita, logra apaciguar a la fiera y la pasea atada de una correa por toda la población. Sin embargo, estos atacan a la criatura dócil, y la asesina impunemente, a pesar de que la Tarasca no opone resistencia.

La Quarantamaula

La Quarantamaula, Corantameula en Ontinyent, es una criatura de origen demoníaco. Se trata de un ser misterioso y  fantástico, propio del imaginario valenciano del miedo. Se usaba principalmente para asustar a los niños poco obedientes.

Se le describe como a un monstruo medio humano y medio gallina, con la mitad del cuerpo cubierto de plumas, las patas largas y el cuello como un buitre y que tiene su guarida entre los cañaverales del pantano. Sin embargo en otros lugares como en la Vall d’Albaida se dice que es una bruja que se parece a un gato y hace lo que más les gusta a los gatos, subir a los tejados. De este modo va de casa en casa, haciendo ruido para atemorizar a los niños. En otras zonas adopta la forma  de un inofensivo caracol. En todo caso, siempre se repite la idea de ser una criatura que va por los tejados y hace ruido con piedras contra las ventanas con el fin de asustar a los niños de la casa. Esta criatura que tiene tantas formas nos recuerda que las formas del mal son infinitas e incluso coge el cuerpo de seres inofensivos como un gato.

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