¿Cómo lograr un ecosistema de diversidad, equidad de género e inclusión? Estos son los retos para gobernantes y sector privado

En el marco del Mes Internacional de la Mujer, el Observatorio para la Equidad de las  Mujeres, la Fundación WWB Colombia y el Programa Ciudadano Cali Cómo Vamos  comparten los retos que tienen los gobernantes y las empresas privadas para lograr un  ecosistema de diversidad, equidad de género e inclusión desde tres grandes temas: la  situación de cuidado, las autonomías económicas y las violencias basadas en género. 

  1. El cuidado como centro de la vida y labor reconocida 

Un estudio del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) en el 2021  reveló que el trabajo doméstico no remunerado corresponde a la quinta parte (21,7%) de  la producción total nacional en términos del Producto Interno Bruto (PIB). No obstante, el  tiempo que dedican las personas a cargo de estas labores, que son principalmente las  mujeres, no suele considerarse una labor que aporte a la economía del país, aunque sea la  segunda actividad más importante después de la manufactura.  

Por eso, uno de los primeros pasos para la construcción de equidad de género es brindar  formación sobre la redistribución del cuidado y los sesgos de género, al tiempo que se  generan políticas de prevención, abordaje y transformación que fortalezcan los sistemas de  cuidado y se reconozca el rol conjunto del Estado, el mercado y la comunidad para  garantizar la cobertura de servicios que alivianen las cargas de cuidado.  

“Después de la pandemia de COVID-19, el reconocimiento del trabajo de cuidado es algo  que deberíamos hacer como ciudades en lo público y como empresas en lo privado. Tener  sistemas de distribución de carga de cuidado, poner el cuidado en el centro de la vida,  implica que tanto el aparato público como el privado generan políticas de conciliación de  trabajo productivo y reproductivo para que las mujeres tengamos menos tiempo dedicado  a estas labores y más a la generación de resultados económicos, que nos hagan tomar  decisiones de manera más soberana y contribuir de manera eficiente al desarrollo de los  países, pero, sobre todo, generar nuevos escenarios sociales justos con redistribución de  trabajo reproductivo”, afirmó Lina Buchely, directora del Observatorio para la Equidad de  las Mujeres. 

En el informe ‘Recomendaciones para fortalecer los emprendimientos liderados por  mujeres’ se menciona, por ejemplo, que los hombres podrían vincularse de forma más  directa en la vida familiar ,a través de una paternidad activa, el cuidado de los adultos  mayores y personas enfermas en el hogar. También, que haya una mejor distribución de  las labores domésticas, sumado a la superación de los estereotipos de género.

Para ello se pide a los gobiernos generar políticas de prevención, abordaje y transformación  que fortalezcan los sistemas de cuidado; realizar programas de formación a nivel individual  y organizacional sobre perspectiva de género, y la participación de hombres y mujeres en  el trabajo de cuidado, así como extender esta formación al ámbito educativo. 

  1. La inclusión financiera con perspectivas de diversidad, equidad e inclusión 

La inclusión financiera aporta a la consolidación de autonomías económicas. Para que se  convierta en una realidad, es necesario que las instituciones u organizaciones que prestan  servicios de fortalecimiento técnico en temas financieros se articulen para evitar dobles  esfuerzos y fortalecer las sinergias existentes entre las diferentes ofertas. 

También se requiere cambiar los prejuicios que tienen algunas entidades y que limitan la  inclusión financiera de las mujeres, especialmente con los mecanismos de evaluación del  riesgo al otorgar productos de diverso tipo. Además, es pertinente fortalecer el rol de las  mujeres en los emprendimientos familiares, con su participación en las decisiones  productivas y comerciales. 

En Cali, por ejemplo, el 61% de los emprendimientos en contextos vulnerables están a cargo  de mujeres. Más de la mitad de estos negocios funcionan en casa para, según las mujeres,  poder conciliar la vida familiar y laboral. Así lo reveló una investigación de la Fundación  WWB Colombia, que también indicó que el 68% de las mujeres emprendedoras son las  encargadas del cuidado y atención de niños, frente al 15% de los hombres. 

La inclusión financiera es un pilar fundamental para el desarrollo económico y social de  nuestras regiones y de nuestro país. Debemos trabajar en conjunto, integrando cada vez a  más actores que quieran aportar a la construcción de un futuro equitativo y próspero, para  no dejar a nadie atrás y crear cada vez mejores oportunidades para todos y todas”, expresó  Daniela Konietzko Calero, presidente de la Fundación WWB Colombia. 

Desde la Mesa Intersectorial de Inclusión Financiera, conformada por 16 organizaciones del  sector público, privado, academia y tercer sector, se recomienda a los nuevos gobiernos de  Cali, Bogotá y Medellín diseñar acciones enfocadas en lograr mayores niveles sostenibles  de inclusión, que estén incorporadas a los planes de desarrollo locales, tengan indicadores  reales y datos que faciliten la destinación de recursos.  

Asimismo, se pide promover los encadenamientos productivos. Con estrategias integrales  de acompañamiento a personas y/o unidades productivas que garanticen el acceso y uso  adecuado de los productos de crédito, ahorro y servicios financieros.  Para las personas emprendedoras se recomienda que haya programas entre los gobiernos  locales y las cámaras de comercio, que faciliten la tenencia de registros formales de los 

micronegocios y aportar al cumplimiento de requisitos para acceder al sistema financiero,  así como atender la inclusión financiera con enfoque en migrantes, mujeres, niños, niñas y  adolescentes, acorde con sus necesidades. Todo ello encaminado a generar garantías y  ecosistemas de inversión que faciliten el microcrédito empresarial. 

  1. Entornos libres de violencias basadas en género 

Por último, las tres organizaciones hacen un llamado para la construcción de espacios  familiares, laborales y sociales en los que no se presenten violencias de ningún tipo, pero  en especial aquellas que ocurren contra las mujeres o personas diversas. En los años  recientes, por ejemplo, el aumento de feminicidios, como último peldaño de la violencia  machista, pone al descubierto una serie de violencias sistemáticas que se han normalizado.  

Debido a lo anterior, se deben fortalecer las rutas de atención, desarrollar estrategias de  sensibilización, generar políticas públicas que aborden esta problemática y propiciar  escenarios laborales que respeten la diversidad, que garanticen la equidad de género y que  fomenten la inclusión.  

Es necesario trabajar con los líderes empresariales, con todos los grupos de colaboradores  y tener un plan de acción para trabajar para el cierre de brechas. Y, por supuesto, tener  políticas que apunten hacia la diversidad, equidad e inclusión”, manifestó Viviana Argueta,  Gerente de Transformación e Inteligencia de Futuros de la Cámara de Comercio de Cali.

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