Noticia Publicada en el diario El País, el 07 de febrero de 2012 El número de personas que trabajan en la informalidad en la capital del Valle bajó 2,40% en el trimestre octubre -diciembre del 2011, frente a igual periodo del 2010. En cifras, Cali reportó, al cierre del año pasado, 569.000 informales , 14.000 personas menos que en el 2010, de acuerdo con las cifras del Dane. Según analistas, la reducción de la informalidad en la ciudad, a pesar de que la tasa de desempleo es de las más altas de Colombia (15,4%), está asociada a la tendencia que registra todo el país en esta materia. “Hay una mejoría en Cali, pero no como uno quisiera. El problema de la ciudad es que la economía no crece al mismo ritmo que la de Bogotá, Medellín y Barranquilla y los indicadores muestran un rezago frente al resto del país”, explicó Julio César Alonso, director del Centro de Economía y Finanzas, Cienfi, de la Universidad Icesi. Destacó el analista que la informalidad se presenta también por la pérdida de la dinámica económica de la región y la falta de atractivo para la inversión, por lo que recomienda a la nueva administración municipal crear estrategias para generar confianza entre los inversionistas y en los caleños, pues esto es algo que se logra en el largo plazo. El sector con mayor presencia de informales en Cali, como sucede en las trece principales ciudades del país, es el de comercio, hoteles y restaurantes. También prevalecen los trabajos por cuenta propia. Geovanny Castro, profesor de economía de la Universidad Javeriana, afirmó que la reducción en la informalidad se ha dado posiblemente por las inversiones en infraestructura que se están realizando en la ciudad, pues este tipo de obras fomenta el empleo calificado y no calificado. El docente afirmó que la reducción de la informalidad no es la esperada, debido a que la creación de empresas todavía tiene un ritmo bajo y las compañías establecidas no generan trabajo de la manera en que demanda la ciudad”, explicó el académico. Fernando Echeverry, director de Acopi Valle, opina que a pesar de la reducción del empleo informal de que habla el Dane, el fenómeno es muy preocupante. “Todos los días vemos que se abren locales, tiendas, salones de belleza, panaderías que operan en la informalidad y es lo que uno percibe cuando recorre la ciudad”, aseguró el directivo. La razón, según Echeverry, es que no existe la suficiente confianza en las herramientas que ofrece el Gobierno para que más personas formalicen sus negocios y por lo tanto es difícil cambiar la cultura de la informalidad, en especial en los microempresarios. “Se requiere una política apropiada para este grupo empresarial, que es sujeto de mediciones e indicadores, pero no de repuestas que tengan real impacto por parte del Gobierno local y nacional”, afirmó. Otros analistas consideran que el aparato productivo de Cali tiene que crecer a tasas más altas, porque actualmente no alcanza para absorber ese exceso de mano de obra disponible en la ciudad.

En Colombia

La informalidad en las trece principales ciudades del país llegó al 51,3% de los ocupados. Medellín, Cali y Barranquilla representaron el 35,3% de los informales de todo Colombia y Cúcuta, Pasto y Montería fueron las ciudades que registraron más rebusque al final del 2011.