Boletín de prensa #147

Los milénicos son personas nacidas entre 1982 y 1992, son creativas, diversas y heterogéneas. Profesionales que hacen parte de la fuerza laboral, pero que se comportan de una manera diferente; encuentran todo y exactamente lo que necesitan, están siempre informados, son flexibles, se emocionan poco por salarios de oferta y se cautivan con salarios emocionales.
Su forma de ver la vida y el entorno laboral contribuye a organizaciones más transparentes y sociales.

 millnial

 

Unir las generaciones que existen en la empresa contribuye a explorar y aprovechar la diversidad que hay en cada una de ellas. Así como hoy existen personas en las compañías con diferentes edades, gustos, experiencias y necesidades, el mundo global nos lleva también a entender que somos diferentes y que nos necesitamos
mutuamente.

No solo quien tiene más experiencia tiene las capacidades para enseñar, también el talento joven puede y además está dispuesto a hacerlo. Los milénicos algunas veces conocen con más detalle los productos/servicios que los propios vendedores y eso puede
aprovecharse para crear estrategias colaborativas que incrementen las utilidades de la empresa.

Los milénicos tienen algo en particular que debe verse como una oportunidad y no como una amenaza para las compañías: “no sienten la empresa como algo propio y esperan más intangibles que tangibles de su puesto de trabajo”. Para ellos, el trabajo es temporal porque el empleo para siempre ya no existe. Por eso, es la oportunidad de entender qué es lo que realmente los atrae, para que quienes lleguen a la empresa, sean realmente los que quieren trabajar en ella, y el tiempo en que van a estar sean lo más productivos posibles.

La milenización de las empresas es un tema al cual no se le ha puesto mucha atención, pero es tan necesario como globalizarse. Quien se queda encerrado en las cuatro paredes que lo rodean, se está perdiendo la oportunidad de aprender y ser más productivo. Las organizaciones deben escuchar a los milénicos, conocer lo que quieren y lo que les interesa, lo que están dispuestos a hacer y a entregar. Preguntar y dar respuesta, no suponer.

No milenizarse tiene un alto costo de oportunidad que le puede salir muy caro a las organizaciones.

Nota del editor: la voz milénico es la recomendada por la Academia para sustituir el anglicismo ‘millenial’.

Por: Carolina Machado Z., Jefe de Relación con Egresados