Los datos y análisis más recientes de Cali Cómo Vamos y el Observatorio para la Equidad de las Mujeres (de la Universidad Icesi y la Fundación WWB Colombia) evidencian brechas significativas en indicadores sociales y económicos para la población afrodescendiente de la capital vallecaucana. En el caso de las mujeres afro que viven en Cali, casi 6 de cada 10 no tienen un empleo remunerado, situación agravada por mayores cargas de cuidado en el hogar. Estas desigualdades se visibilizan en el marco del Día de la Afrocolombianidad, con el fin de subrayar los retos pendientes en materia de equidad racial y de género.
Mayor desempleo y menores ingresos que el promedio
En 2024, la tasa de desempleo de la población afro en Cali-Yumbo alcanzó el 14,9%, lo que supera en 3,9 puntos porcentuales la tasa general de la ciudad (11,0%). Esto significa que los afrocolombianos tuvieron más dificultades para conseguir trabajo que el promedio de caleños. Además, quienes lograron ocuparse obtuvieron ingresos laborales en promedio 24,6% inferiores a los del conjunto de la población.
El salario mensual de un trabajador afro fue de aproximadamente $1.518.905, frente a $1.891.983 del promedio de Cali, lo que evidencia una brecha económica importante. Estas disparidades se suman a menores coberturas de seguridad social: 48 de cada 100 afrocolombianos cotizan a pensión, por debajo del promedio general de afiliación (52 de cada 100).
“En Cali-Yumbo, la población afrocolombiana enfrenta condiciones más frágiles frente a la población general. Esto se visibiliza no solo en el mercado laboral, sino en otros aspectos de su calidad de vida. En 2024, en el caso de las condiciones de vivienda, una mayor proporción de hogares vivía en estratos 1 y 2, y en condiciones de hacinamiento. En cuanto a la educación, un factor clave que permite la movilidad social, una menor proporción de población afrocolombiana tuvo como máximo nivel educativo la educación terciaria (21 de cada 100 afrocolombianos frente a 28 de cada 100 de la población a nivel general)”, expresó Alejandro López, director de Cali Cómo Vamos.
Cabe destacar que Cali y Yumbo registran una población afro de 555 mil personas (23% del total), con una mayor proporción de mujeres (55%) que, de hombres, por lo que estas brechas afectan a un sector significativo de la sociedad.
Mujeres afro: menos acceso al empleo y con emprendimientos informales
Las mujeres afrodescendientes de Cali son particularmente vulnerables en el mercado laboral. De acuerdo con la encuesta más reciente del Observatorio para la Equidad de las Mujeres, solo el 39,1% de las afro caleñas reportó tener un trabajo remunerado, por debajo del 45,1% registrado entre las mujeres no afro de la ciudad. La mayoría (36%) de las que no tienen trabajo remunerado aseguraron que el principal motivo es porque no consiguen, seguidas de un 26% que afirmaron que las labores del hogar no se los permiten.
Ante la escasez de oportunidades formales, muchas optan por el rebusque o el emprendimiento: aproximadamente 34% de las mujeres afro que trabajan lo hacen en negocios propios (emprendimientos), porcentaje superior al 22% observado en el resto de las mujeres. Sin embargo, se trata en gran medida de emprendimientos de supervivencia e informales.
Un estudio de la Fundación WWB Colombia encontró que 57% de los negocios de mujeres en contextos vulnerables operan desde la casa, 59% no cuentan con registro (RUT) y 70% no cotizan a salud; además, en el 78,5% de los casos estos negocios surgieron para complementar los ingresos familiares más que por vocación empresarial. Apenas un 39% de emprendedoras obtiene un ingreso fijo de su negocio.
Estos datos reflejan la precariedad de las condiciones laborales de muchas mujeres afro, que ante la falta de empleo formal se ven abocadas al trabajo independiente sin protección social ni estabilidad económica. “Nos preocupa mucho la situación de las mujeres afrodescendientes que tienen estas problemáticas muy diagnosticadas. Por eso es tan necesario que las políticas públicas piensen en sus realidades, que estén en contacto con sus comunidades, conozcan las condiciones que enfrentan, se vinculen a sus distintos proyectos, para entender sus necesidades de ocupabilidad, de lo que implica el trabajo de cuidado comunitario, cuáles son los retos y encontrar así oportunidades para mejorar sus condiciones de vida”, manifestó Soraya Husain, directora de Investigación de la Fundación WWB Colombia, al referirse a la necesidad de visibilizar estas brechas.
Movilidad limitada y altas cargas de cuidado
Las brechas se extienden al ámbito de la movilidad y las responsabilidades de cuidado, algo que profundiza la inequidad. Los hogares afrodescendientes cuentan con menor acceso a medios de transporte privados: solo 19% de las familias afro en Cali poseen automóvil, ligeramente por debajo del promedio de la ciudad (23%), y 25% disponen de motocicleta, frente a 36% en los demás hogares. En línea con ello, apenas 1 de cada 5 mujeres afro (20%) tiene licencia de conducción, comparado con casi 3 de cada 10 mujeres no afro. Además, cerca del 60% de las caleñas afro indican que “nunca” pueden usar el vehículo de su hogar (ya sea por no tenerlo o no tener permiso), porcentaje mayor al registrado entre otras mujeres (51%).
En consecuencia, dependen más del transporte público para sus desplazamientos cotidianos: 30% de las trabajadoras afro usan el bus o sistema masivo para ir al trabajo, casi el doble que en el resto de las mujeres (17,5%). Esta menor movilidad autónoma puede dificultar el acceso a empleos de calidad ubicados lejos de sus comunidades, así como la conciliación de horarios. Por otra parte, la sobrecarga de tareas de cuidado recae desproporcionadamente en las mujeres afro, lo que limita su participación laboral. Más de la mitad de los hogares afro de la ciudad tiene a una mujer como jefa de hogar (52%), una proporción más alta que el promedio general de Cali (47%). Esto significa que muchas son el sustento principal de sus familias, a la vez que asumen las labores domésticas y de cuidado. De hecho, a nivel general, 43 de cada 100 caleñas afirman no tener tiempo en el día ni para su propio autocuidado debido a las responsabilidades del hogar.
“En el caso de las cargas de cuidado, el 36% de las mujeres afro en Cali viven solas con sus hijos, frente a un 12% de las que no se reconocen como afro. Esto indica que para ellas no hay manera de redistribuir la carga de cuidado de los hijos con las parejas. Lo anterior tiene implicaciones en el tiempo de autocuidado. Por otra parte, en los hogares de las mujeres afrodescendientes, ellas son las responsables en mayor proporción del cuidado de los menores de cinco años, y las dificultades que encuentran en el mercado laboral hacen que tengan menos posibilidades para pagar guarderías o jardines, por ejemplo”, explicó Sandra Balanta Cobo, investigadora del Observatorio para la Equidad de las Mujeres.
Un llamado en el Día de la Afrocolombianidad
La radiografía social y económica de la población afro caleña expone brechas persistentes que demandan atención urgente. En el Día de la Afrocolombianidad, organizaciones como Cali Cómo Vamos, el Observatorio para la Equidad de las Mujeres, la Fundación WWB Colombia y la Universidad Icesi señalan la importancia de visibilizar estas desigualdades y formular políticas públicas incluyentes. Garantizar un mayor acceso al empleo formal, incentivar la formación y formalización de emprendimientos afro, mejorar la movilidad urbana en sectores populares y reconocer el valor del trabajo de cuidado con apoyos institucionales son pasos fundamentales para cerrar la brecha.