La vida esta llena de momentos inimaginables, lugares inexplicables, tiempos raros, espacios locos y millones de cosas maravillosas que están a la espera de ser descubiertos. Una de esas etapas que definitivamente nunca volverán son las que pasamos en la U, por ello, tratar de aprovecharla y sacarle hasta la última gota es algo de lo que nadie podrá arrepentirse. Una de las muchas formas de hacerlo es a través de un intercambio académico. Estoy seguro de que todos soñamos alguna vez con tener la oportunidad de viajar, conocer, experimentar, comer, visitar, estudiar, turistear, etc. Esta fue mi motivación, traté de proyectarme y empecé a gestionar algunos asuntos (materias, universidades, idiomas, ahorrar la money, etc). Después de indagar, pensar, analizar, etc, el destino ganador fue Alemania, quise ponerme el reto de ir a un país sin saber nada del idioma, y pues ver que sucedía.

Mi viaje fue Bogotá – Paris – Berlín y de ahí tomar tren a Würzburg. La llegada a la capital alemana fue chistosa-loca, ya que arribé a la 1 am (hora alemana) y todo estaba vacío, nada de personas, nada de agentes de información en el aeropuerto para preguntar, absolutamente nadie, me pareció muy raro. Mi teléfono se descargó, así que Google maps se fue, y tenía un rango de tiempo para llegar a la estación principal de Berlín y no perder el tren. Después de dar como 3 vueltas en la calle (con el equipaje) me tocó montarme en un bus x que logré encontrar. Por fin había gente, pero ninguno hablaba inglés, así que por señas me dieron unas indicaciones. Esas indicaciones resultaron ser peor, terminé por allá en unos trenes rarísimos y lejísimos. Afortunadamente, no sé cómo, me monté en un tren todo raro y logré llegar a la estación principal (no había nadie eran como las 3 am, entonces yo era el único loco a esa hora en el metro). Ya el resto fue fácil para llegar a Würzburg porque cargué el celular y ya había gente que hablara inglés. Fue chévere sentirse en la época antigua (caminando a la deriva y con mapas).

La primera semana en Würzburg fue espectacular, conocí gente de todas partes (hasta de Malasia), la comida buenísima, la ciudad espectacular, los estudiantes super amables, y el clima chévere (por ahora). Las primeras dos semanas son de muchas vueltas, aquí en Alemania siempre toca hacer varias formalidades burocráticas (registro de almendung, abrir cuenta bancaria extra, formalizar el seguro médico con una compañía alemana, firmar documentos de la habitación, certificar el carnet de estudiante para el tiquete del transporte, etc). En cuanto a la universidad, debo decir que es enorme, ya que cada facultad está en distintas partes de Würzburg, entonces prácticamente la universidad esta en toda la ciudad. Me pareció excelente que cuentan con un espacio deportivo inmenso, canchas de volley playa, gimnasio, futbol de todo tipo, etc. Lo mas importante es que tienen muchas canchas de tenis y juegan muy bien, eso definitivamente es clave.

Las clases iniciaron con un curso intensivo de alemán opcional, realmente me ha ayudado demasiado. Por otra parte, lo que son las clases curriculares se dictan en ingles o alemán, esto depende de la disponibilidad y preferencia del estudiante. Como estudiante de intercambio tienes todas las facilidades de un estudiante curricular. Además, existe un grupo de tutores super amable que te ayuda con cualquier cosa, algunos hablan español. Una cosa muy importante es que es una ciudad que recibe muchísimos estudiantes internacionales, por eso es muy fácil hacer amigos con nacionalidades super diversas, en mi caso me he llevado muy bien con los italianos, tienen muchas cosas en común y son bastante chistosos. Respecto a los alemanes debo decir que son personas muy educadas, cultas, y que por supuesto beben cerveza que da miedo, aquí la cerveza es como el agua (mañana, tarde, y noche, de lunes a domingo).

En fin, una experiencia extraordinaria, los retos que se puedan presentar, las situaciones fuera de lo común, la mescla cultural que se vive, y la oportunidad de brindar lo mejor de ti a otras personas. Vamos a ver que cosas maravillosas siguen pasando.

No puedo terminar este testimonio sin antes dar gracias a Dios y a toda mi familia que siempre están a mi lado, especialmente a mis papas, mis hermanos, mi tía Lucero y mi tío León, a todos los quiero mucho.   

Juan Felipe SardiJuan Felipe Sardi 1
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